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P.D:  Este capítulo tiene como unas 1700 palabras. No podía cortar lo porque o sino no tendría sentido. JAJAJ. Espero que os guste y que no se os olvide votar (abajo en la estrellita) Agur<3


Gemma


¿Por qué has vuelto?

En aquel momento presencié un momento donde mis latidos se ralentizaron haciendo que esa simple pregunta me causara dolores en el órgano principal. Pensaba que estaba lista para afrontar la realidad, pero Ethan fue la prueba que colmó el vaso. ¿Qué debía responder?

¿Le digo que mi ansiedad ha estado en su máximo y que tenía que volver aquí para poder respirar? ¿O qué allí en Nueva York me sentía incómoda por las personas y que nadie estaba conmigo por mi verdadera yo? ¿Me desahogo con él?

¿Qué respuesta espera él de mí?

¿Quiere que me disculpe y hacer que mi orgullo se vaya a la mierda? Seguro que esta oración entre signos interrogativos tiene la respuesta correcta.

Me fijé en su cara que ahora tenía las cejas fruncidas dando a notar el deseo de escuchar mis palabras. No tenía nada que contarle. No veía la necesidad. Podía contárselo a otra gente, empero Ethan no entraba en ese grupo.

—Se te da bien esconder tu asco hacia mi llegada— me atreví a pronunciar, haciéndome la indiferente

Por un milisegundo observé sorpresa en sus ojos, pero ese sentimiento desapareció como cuando un ladrón consigue exitosamente robar una joyería y justamente se encuentra a la policía en la puerta de salida.

—Olvidaba que te encanta evitar temas fundamentales.

Imité su anterior gesto al ver cómo ponía un mohín en su cara al soltar esas palabras. No estaba de acuerdo con su declaración. Debo admitir que sí era infantil la manera de replicarle. De todos modos ya no hay vuelta atrás, así que tenía que seguir con esa actitud.

Subí mis hombros para demostrar desinterés, lo cual él lo pilló al segundo. Nos pasamos unos segundos manteniendo el contacto visual. Algo en mi interior, muy en el fondo, extrañaba que esos ojos verdes me miraran con admiración y cariño.

Lo pasado, pasado está.

Dejé el vaso en la encimera y emprendí mi camino hacia donde la hermana de este idiota estaba tirada en el sofá, pero, sin darme cuenta, en vez de rodearlo, mi cuerpo decidió seguir hacia enfrente ocasionando un choque contra el pecho del pelirrojo, cubierto por una camiseta ancha. Incliné mi cabeza haciendo posible el observar de cerca a Ethan. El espacio entre nosotros era invisible.

Tragué duro al apreciar sus pecas decorando su nariz y mejillas. Siempre tuve envidia de sus pestañas largas. Repasé toda su cara despacito hasta llegar a la manzana de adán. Determiné la manera en la que se movía. No pude evitar subir la mirada a sus carnosos labios. Dios, ¿qué me pasa?

En el fondo, si pudiese, pasaría mis dedos sobre él como si fuera un manuscrito. Muy romántico, ¿no?

¿Qué? ¿Eso lo he dicho yo?

Ha sido Patricia, no yo.

Tenía que irme si no quería cometer un error.

—Gracias por la bebida— parpadeé para alejarme de esa fantasía

Ahora sí que lo había rodeado y conseguí llegar al sofá donde Anne ocupaba todo el sillón. Me tiré encima de ella ocasionando una queja, pero no duró mucho. Inmediatamente, me abrazó, rodeando mi cintura y se volvió a dormir. Traté de conciliar el sueño, luego no pude hasta notar cómo la luz de la cocina se apagaba y oír los pasos subir por la escalera.

La Ola sin RumboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora