CAMERON
Procuré que mi móvil estuviese resguardado en el bolsillo de mis vaqueros. En un ambiente repleto de adolescentes que no están en su cuarto sentido es algo que alguno debe tener en cuenta. Además de tener compañía en estas celebraciones. La mayoría de veces me metía en conversaciones en donde me recibían encantados debido a mi estatus en el pueblo. Después me ligaba a una chica y terminábamos en un cuarto en el piso de arriba. Perfecto.
No, mentira, en esta ocasión el cuerpo no me valía. En los entrenamientos mis pensamientos se dirigían a mi mejor amigo. La falta de su ser, hace capaz percibir un vacío en el pecho. Razón por la cual he ido a visitarlo todos estos días, mejor dicho, que su hermana me abriese la puerta para contarme sobre él. Me sorprendí cuando me atendió el teléfono.
Ahora esperaría hasta poder beber juntos.
Qué mejor manera que hacerlo en el aire fresco con un cigarro entre mis labios. El humo me tranquilizaba, mi salvador. Envolví mi torso con la cazadora y sin mirar a quién me cruzaba, logré alcanzar la salida. Saqué los utensilios necesarios, pero la falta de un mechero me hizo maldecir. Siempre desaparecían, no le encontraba el sentido.
— ¿Tienes fuego?
El chico de mi misma edad me dio lo pedido, en solo un minuto ya estaba encendido el pequeño trozo. Mis pulmones respiran con más delicadeza y ligereza como un atleta siente al correr un maratón.
Miré en dirección del hogar de la anfitriona, las luces salían de ella como si fuese una bola de discoteca, al igual que el sonido que invadía en la desértica calle. Sitio que dos cigarrillos después, se percibe el motor acercarse. Este se estaciona en una esquina del peatón, al cual me acerco.
Entrecerré los ojos para notar que dos personas se sientan en la moto, espero que no sea efecto del humo tóxico en mis pulmones que haya subido a mis neuronas.
Gemma.
Y Ethan.
Automáticamente, mi espalda se rige. Aprecio cómo se quitan los cascos y se dirigen hacia mi dirección. Aprovecho la distancia para tirar el cigarrillo al suelo y aplastarlo con la suela del zapato. Después lo recogería, creo.
— Cam.
Mi sonrisa tembló al tenerlo enfrente. Hace días que no lo veo en persona. Se le ve devastado en el fondo, espero que su madre no sea la principal causa de eso. Me acerco y lo envuelvo en mis brazos, no es muy visto hacerlo entre nosotros, pero la ocasión lo vale. Que no seamos buenos con las palabras no significa que un poco de contacto físico no venga mal, nuestra manera de expresarnos.
— Se te ve bien— confieso mirándolo a los ojos
Asiente con la cabeza hasta que decide girarse hacia su acompañante. Trago duro.
— Nos volvemos a ver.
— Perdón que no sea de tu agrado— suelta la morena frunciendo el ceño
Uy, supongo que mi tono ha salido más borde de lo que esperaba. Intencionalmente, desciendo la mirada, detallando su conjunto al igual que el peinado. El recogido le hace elevar la forma de su rostro.
Pestañeo y actúo como si nada ha pasado. Me inclino mientras con mi brazo señalo la estancia, creyéndome que las personas delante de mí sean de la realeza, casados con tres hijos.
Me quedo quieto hasta que la distancia aumenta entre los tres. Ella le incita a agarrar su mano, Ethan acepta con mucha rapidez. Mierda.
GEMMA
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La Ola sin Rumbo
عاطفيةTodo el mundo tiene un pasado. Para algunos solo hay recuerdos felices en los que desearían volver a experimentarlos de nuevo a medida que crecen. Otros prefieren nombrarlo a todo pulmón lo que habían experimentado, sin miedo a las críticas. Como na...