James despertó seguramente era muy tarde, pero no podía saberlo con certeza, el sol estaba oculto por los densos nubarrones que en ese momento dejaban caer un torrente pluvial sobre la endeble cabaña.
<<Solo eso nos faltaba>> pensó, en esas condiciones ninguna ayuda podría llegar hasta ellos, lo bueno de todo era que así como no podría llegar la ayuda, tampoco podría hacerlo la gente que quisiera hacerles daño, eso les daba un respiro, porque por unas horas o cuando menos mientras durara la torrencial lluvia podían por fin relajarse y dejar de estar a la defensiva, aunque eso para él no aplicaba, dejaría de estar a la defensiva de los de fuera porque tendría que seguirlo estando mientras ella estuviera cerca.
Era un verdadero tormento, porque lo que más deseaba era darle rienda suelta a sus sentimientos y a sus deseos, jamás había sentido por nadie lo que sentía por ella, pero sabía que era una locura, ella no era como él, por el contrario, eran polos opuestos, como sobreviviría alguna relación entre ambos? Y por supuesto, él no quería que eso fuera un romance de ocasión, además, Simón no se lo perdonaría y si era sincero, él tampoco, ella era buena chica, muy locuaz, pero buena e inocente, aunque pareciera lo contrario, aún no conocía a cabalidad la maldad de la gente, por eso se exponía de tal manera, no entendía que no todos la respetarían y que ahí afuera había montones de hombres que se aprovecharían de ella, de su ingenuidad.
Se hubiese levantado, pero ella, quien sabe en qué momento de la noche se había dado de nuevo la vuelta y lo tenía abrazado. Intentó moverse con cuidado, pero ella se aferró a él pronunciando algunas palabras ininteligibles. Derrotado dejo de intentarlo y se quedó quieto, después de todo ¿qué podía hacer? o ¿cuál era su prisa por levantarse?, no había nada por hacer más que esperar.
*****
Olivia despertó desorientada quiso moverse pero no pudo, unos brazos la rodeaban y ella también estaba abrazada a él, su rostro recostado sobre el pecho masculino, iba a salir de la bolsa de dormir, pero se sentía tan a gusto, tan protegida, que decidió disfrutar de un momento más, él estaba quieto, parecía dormir.En un impulso se movió poniendo su rostro a la altura del de él y besó sus labios, se sorprendió cuando él se movió y correspondió a su beso, había colocado una de sus manos en su nuca y no le permitió separarse, ella solo pretendía darle un beso fugaz, pero todo se le salió de control. Sus sentidos explotaron y fue incapaz de rechazarlo.
Después de varios segundos sintió como él se separaba y salía de la bolsa lanzando maldiciones, estaba furioso y ella se asustó. Desde su lugar lo miró tomar su ropa y vestirse con rapidez, estaba segura de que, de no haber estado lloviendo, se hubiera marchado, quizás la hubiese dejado sola a su suerte, pero en lugar de eso, se había parado frente a la única ventana, ahí había permanecido mirando hacia el exterior por largo rato.
Ella también salió de la bolsa de dormir, busco y recogió su ropa y se la puso. No sabía que hacer o que decir, no estaba arrepentida, porque desde que lo conoció había querido que él la besara y no podía decir que no le había gustado, porque le había encantado, lo único que lamentaba era que él estuviera enojado y que quizás la despreciara, seguramente la consideraba una niñita boba y sin gracia, claro, solo tenía dieciocho años estaba a punto de cumplir los diecinueve, en cambio él debía tener unos veintiséis, veintisiete más o menos, todo un mundo de diferencia.
_ ¡Olivia! - se volvió él por fin hacia ella. _ lamento tanto lo que sucedió...
_ Sé que no soy suficiente mujer para ti. - lo interrumpió. _ pero a mí me gustó y no me arrepiento, por favor no me lastimes diciendo que no fue agradable para ti... por favor... - suplico mientras sus ojos se cristalizaban.
Él llegó hasta ella y la rodeó con sus fuertes brazos.
_ Jamás diría que fue desagradable. - depositó un beso sobre su cabeza. _ tú eres una gran mujer, cualquiera desearía besarte y estar contigo, incluido yo, solo que eres joven y temo que aún no sabes lo que realmente quieres, ahorita crees querer estar conmigo, pero pronto pasará y desearás estar con alguien más acorde a tu edad, que comparta tus gustos y tus sueños, yo soy viejo para ti.
_ Deja que yo decida eso. - lo miró con anhelo. Él no la estaba rechazando del todo, le acababa de confesar que al menos sentía algo por ella. Levantó su rostro y besó de nuevo sus labios. El dudó, pero no pudo resistir y respondió con pasión. Deseaba dejarse llevar y perderse en esas sensaciones tan placenteras, pero tenía que conservar la cabeza fría, antes que nada, tenía que sacarla de ahí y regresarla sana y salva con su familia, luego ya vería. Mentiría si dijera que esa hermosa chiquilla le era indiferente, no sabía ni como se había metido en su mente y en su corazón, y se estaba dando cuenta de que, entre más convivía con ella, más difícil iba a ser separarse una vez que esto terminara. Lo que si sabía era que quizás cuando ella ya estuviera en casa, con su familia y que pudiera regresar a la escuela, su enamoramiento por él pasaría, así que no podía dejarse llevar, y mucho menos hacerse ilusiones. Si era realista cualquier relación entre ellos era prácticamente imposible, sobre todo si pensaba a largo plazo..
Luego que él por fin la separó, no pudo alejarla, simplemente la abrazó y sintió su calor. Estaba loco por dejar que las sensaciones lo dominaran, debería apartarse de ella y evitar cualquier contacto posterior, pero en lugar de eso apretó su abrazo y la beso de nuevo.
_ Eres tan especial. - dijo con ternura. _ sé que me voy a arrepentir, pero quiero que sepas que me tienes cautivado, tu belleza, tu inocencia, toda tu, eres tan especial, que estoy seguro de que jamás encontraré a alguien igual.
Ella sonrió complacida, no podía creer lo que oía, tanto tiempo soñando con este momento y tanto tiempo sufriendo porque sabía que nunca sucedería, él jamás se fijaría en alguien como ella, sin embargo, ahí estaba diciéndole que era hermosa, que era especial, que era única.
Las lágrimas asomaron a sus ojos. Sabía que al regresar las cosas no serían fáciles, pero estaba dispuesta a luchar con todo y contra todos para estar a su lado, claro, si él la aceptaba, porque contra el primero contra quién tendría que luchar, era contra él mismo.
*****
James miró consternado el camino que pasaba a lo lejos, después de dos largos días encerrados en esa cabaña, imposibilitados de salir a causa de la constante lluvia, por fin el cielo se aclaraba y por fin él podía dar un reconocimiento al lugar, no se dio cuenta pero hacia media hora que había salido, Olivia debía estar preocupada, además el que estuvieran cerca de ese camino no era bueno, se dio cuenta de que estaban más expuestos de lo que creía, con prisa regreso sobre sus pasos, tenían que salir de ahí y empezar a moverse de nuevo.Estaba cerca de la cabaña, cuando se detuvo abruptamente y la sangre se le heló. Empezó a notar otras pisadas que no eran las de él y no era una persona, como mínimo eran tres, aunque podían ser cuatro o más.
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AMOR ENTRE BALAS Y COMPUTADORAS No.1️⃣2️⃣//SERIE: HOMBRES DE LA SIERRA
RomanceÉl fue el hijo más deseado del mundo, pero también el más odiado, su padre, un importante diplomático de Estados Unidos, que viajó por varios países del mundo, amaba a su esposa y esperaba con alegría el nacimiento de su primogénito. Después de vari...