CAPITULO 33 NEGOCIANDO

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Por fin llegaron al piso indicado escoltados por personal de seguridad, ahí una mujer elegante los recibió con cortesía y después de saludarlo y ponerse a sus órdenes lo guío hacia una enorme puerta. Ella llamó y luego la abrió indicándoles que pasaran.

El lugar era sumamente elegante, sobrio y acogedor, ahí lo esperaba un hombre, al que no había visto antes, se presentó como asistente de Roberth, pero no se quedaron ahí, lo hicieron pasar a una pequeña sala de juntas. Sus escoltas fueron invitados a permanecer afuera en recepción, él iba a protestar, pero no quería que por un capricho fuera a perder su oportunidad con esa gente tan especial

Al entrar ya se encontraban en el lugar cinco hombres, quienes se pusieron de pie y lo recibieron con un saludo.

A dos ya los conocía, eran Gustavo Contreras y Roberth Hunter, el dueño y el principal socio de esa empresa, luego le fueron presentados dos de los hombres, uno era el abogado de la compañía y el otro el asistente de Gustavo Contreras, y por último miró a aquel hombre joven inmediatamente supo que era a quien había estado buscando todos estos días y que se negaba a recibirlo. Un escalofrío recorrió su cuerpo, no entendía porque, ese hombre lo imponía, sintió una sensación extraña, cuando lo saludó y sus manos se tocaron , y sus miradas se cruzaron, se soltó de inmediato, ese contacto pareció quemarlo y esos ojos parecían traspasarlo, el jamás había bajado la mirada ante nadie, pero ese hombre era algo especial, tenía que trabajar para él sí o sí.

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James sintió miles de sensaciones recorrer su cuerpo y su alma al estar frente a su padre y más ante su toque, se preguntaba cómo él podía ser el hombre que le dio la vida y que a su vez lo odiara más que nadie en el mundo, ¿cómo se podía odiar a un hijo? ¿a su propia sangre? Quizás algún día se lo preguntaría cara a cara.

Después de ser presentados y de llevar a cabo todas las formalidades, Gustavo no perdió tiempo y tomo la palabra. Él se lo agradeció, no le había dado la oportunidad a ese hombre de dirigirle siquiera la palabra, y estaba bien porque él no deseaba tener contacto con él, más que el estrictamente necesario.

_ Lo hemos citado aquí. - dijo. _ porque le tenemos una respuesta a su solicitud, y agradecería que esto fuera rápido, porque como comprenderá nuestro ingeniero. - miró a James. _ ha dejado de lado su trabajo para estar aquí en estos momentos y la verdad es que no puede darse ese lujo, así que agradeceré que todos seamos breves.

_ Señor Miller. - dijo el abogado. _ el ingeniero Mathews ha decidido prestar sus servicios como usted lo solicita, sin embargo, este es un acuerdo de confidencialidad que es indispensable que firme. - le extendió una carpeta con documentos.

_ ¿Se están burlando de mí? - dijo molesto. _ no firmaré está tontería. - regresó la carpeta. Yo no soy cualquier cliente, jamás nadie me ha hecho esto.

_ Señor Miller. - dijo Gustavo con paciencia. _ Si no hay firma, no hay servicio, no importa que tan importante sea usted, créame que hemos trabajado con gente de verdad poderosa  y han tenido que firmar lo mismo que usted firmará si quiere el servicio. Como ya le dijimos antes, existen muchas agencias de investigación y muy buenas, aquí no estamos a la caza de clientes, tenemos más de los que quisiéramos, así que la decisión es únicamente suya, y le aconsejo que la tomé rápido porque nuestro ingeniero tiene el tiempo contado, y lleguemos a un acuerdo o no él se retirará en breve.

_ En ese caso es con él con quién quiero hablar, no con ustedes. - dijo con prepotencia.

_ Estoy de acuerdo. - dijo Gustavo. _ hablará con él, una vez que haya firmado los documentos, de lo contrario no es necesario que él siga presente escuchando nuestras discusiones cuando tiene tanto trabajo por hacer.

James vio, como su actitud cambio de inmediato, seguramente se estaba dando cuenta, de que si no dejaba de lado sus desplantes perdería su oportunidad con él, ahora sabía que no la tenía fácil y que, si él salía de esa sala de juntas, probablemente no lo volviera a ver, o tardaría días, quizás semanas y aún meses antes de volver a acceder a él

A partir de ese momento las negociaciones fluyeron. Él firmo el acuerdo de confidencialidad, en donde se comprometía a no exigir nunca ni por ningún motivo se le diera a conocer la fuente de dónde se obtuviera la información respecto a su caso, así como muchos puntos más, que, aunque se mostraba renuente a aceptar, al final lo hizo.

Una vez llegado a un acuerdo, los demás se retiraron quedando él y ese hombre a solas. No le temía, pero sentía un nudo en la garganta, solo de saber que ese era su padre, que estaba ahí, en la misma habitación que él y que no podía hacer las preguntas que por tantos años deseo hacerle, primero porque ya sabía las respuestas a varias de ellas, y segundo, porque ya no quería tener parte con él, ya no quería conocerlo, ni convivir con él y su familia, ahora entre más lejos mejor, aunque eso no quitaba el dolor de su corazón, por sentirse despreciado, odiado y lo peor, sin razón.

Levantó la vista, ese hombre lo miraba con atención, ¿lo descubriría?

_ Desde que te vi, te me haces conocido. - dijo sin apartar la vista de él. ¿nos hemos visto en algún lado?

_ No lo creo. - dijo con calma.

_ ¿Has estado en Estados Unidos? ¿Eres de allá?

_ Si he estado ahí, provengo de ese país, aunque vivo aquí.

Y no era mentira, aunque no nació ahí, provenía de padres americanos, así que legalmente era ciudadano americano, y aunque no por lo que le correspondía por derecho. Si era ya ciudadano americano, no con el nombre que sus padres biológicos le hubiesen puesto ni con sus apellidos verdaderos, y no por ser su hijo, si no con el nombre que sus padres adoptivos le pusieron, ellos pensaban y así se lo hicieron saber que era ilógico ponerle un nombre y un apellido acordé a su país, porque él no era de ahí y su físico lo delataban, así que optaron por registrarlo con algo con lo que él se identificara de mayor y que no perdiera sus raíces por si algún día regresaba en busca de su padre, no le pusieron su apellido, aunque lo conocían para no exponerlo. Si su padre lo había abandonado era porque no lo quería y si sabía que había sobrevivido quizás intentara deshacerse de él, eso no lo sabrían hasta que él fuera mayor y decidiera qué camino tomar, solo que la vida no le dio la oportunidad de crecer lo suficiente, y mucho menos de elegir que camino y que decisiones tomar, todo se había dado en una vorágine de eventos, que lo arrastraron hasta dejarlo ahora en la posición en la que se encontraba.

Él en una posición de poder rechazarlo o aceptarlo y a su padre en una posición de estar esperando, si ser atendido por él o no, quisiera que esto se extendiera hacia su vida personal, pero no, ahí su padre tenía las de ganar, era él quien decidía rechazarlo, odiarlo, o darle cabida en su vida y en su corazón, algo que él ya sabía, no sucedería.

AMOR ENTRE BALAS Y COMPUTADORAS No.1️⃣2️⃣//SERIE: HOMBRES DE LA SIERRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora