⚠️╰⊱ 12 ⊱╮⚠️

476 55 14
                                    

✷        ·
  ˚ * .
     *   * ⋆   .
·    ⋆     ˚ ˚    ✦
  ⋆ ·   *
     ⋆ ✧    ·   ✧ ✵
  · ✵

⚠️ADVERTENCIA⚠️
Contenido explícito.
No apto para personas sensibles.
Se recomienda discresión.

Lloré durante todo el camino de regreso al Palacio, Lord Lee me reñía duramente y acusaba de ser la causante de aquella masacre. Crucé a toda prisa la entrada principal del santuario para encerrarme en mis aposentos cuando la voz de Sukuna resonó en la oscuridad.

—Jena, vamos al comedor— sentenció de forma demandante desde su trono. Me detuve en seco y con una mezcla de temor le respondí.

—Su majestad, no tengo hambre— me giré para alejarme. Pero antes de poder dar un paso más, sentí cómo su mano agarraba firmemente mi muñeca y me detenía bruscamente.

—No me importa lo que desees, Jena. Te ordeno ir al comedor de inmediato— dijo Sukuna con una mirada fría y autoritaria.

Ignoré su orden, di un paso sobre la escalera y de inmediato, Sukuna tiró de mi brazo haciéndome caer.

—Te he dado una orden— vociferó iracundo —. Vamos al maldito comedor.

—No pienso ir contigo, Sukuna. No deseo compartir mi vida con un asesino— respondí tajante.

—¡No te atrevas a desafiarme, Jena!— rugió Sukuna mientras su rostro se distorsionaba por la ira. Con fuerza tiró de mi brazo para levantarme del piso. Las lágrimas caían de mis ojos como lluvia.

—¡Te he dicho que vayas al comedor!— fui tomada del cuello y a velocidad sobrehumana arrastrada hacia otro lugar —. ¿Sabes, Jena? Todavía no me decido acerca de si me gustan tus agallas o no— escupió irritado tirándome al piso —. Al principio resulta hasta enternecedor y divertido cuando te pones así, exigiendo e intentando darme órdenes, pero últimamente no le veo la gracia.

Intenté ponerme en pie para salir corriendo, pero el charco de sangre bajo mi cuerpo me congeló.

—¿Por qué lloras?— repitió Sukuna con burla obligándome a mirar hacia arriba.

Algunas llamas brotaban de cuencos de aceite suspendidos del techo con cadenas. Y justo en medio, como si se tratase de un adorno, un cadáver colgaba despellejado.

—¿Qué... qué has hecho?— murmuré temblorosa.

—¿Sabes quién es él?— Sukuna esbozó la misma cruel sonrisa que hacía cuando mataba sin piedad —. ¿Te das alguna idea...? "Divirtámonos esta noche"

—¡Ayuda!— grité aterrada, echándome a correr hacia la puerta. Kyteler y Lord Lee ingresaron seguidos por mis doncellas, sin embargo, Sukuna me tomó del brazo y me lanzó sobre el charco de sangre.

—No hay escapatoria para ti, Jena. Estás atrapada en mi mundo— susurró Sukuna mirándome con aquellos ojos llenos de malicia.

—Dios, ayúdame...— rogué aterrada echa un mar de llantos —. ¡Dios!

—¿¡Por qué lloras!? ¿¡Por qué mierda lloras por un hombre que apenas conociste!? ¿¡Tanto deseabas a ese hombre!?— rugió furioso. Kaya y Vesela intentaron acercarse para levantarme, pero Sukuna las azotó dejándolas inconscientes —. ¡Déjenla llorar! ¡Qué llore!

༻𝑬𝒕𝒆𝒓𝒏𝒐𝒔 𝒎𝒂𝒍𝒅𝒊𝒕𝒐𝒔༺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora