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╰⊱ Narra Sukuna⊱╮

Abrí los ojos de golpe, mi cabeza zumbaba y el ruido del viento hacía que todo me diera vueltas, eran efectos del polvo de ensoñación.

—Maldita sea... ¿Dónde estoy?

—Su majestad, se encuentra en sus aposentos— explicó Uraume dedicándome una reverencia.

Me incorporo lentamente, sintiendo la mirada de mi sirviente y algunos soldados sobre mí.

—¿Qué ha pasado? ¿Dónde está Kyteler?— pregunté con voz ronca mientras me frotaba la cabeza.

—Lady Kyteler fue apresada bajo el cargo de alta traición— intervino un soldado.

—Quiero verla— ordené saliendo de la cama. Mi sangre hervía de furia entre mis venas, ansioso por reunirme con esa mujer para desatar mi ira sobre ella —. Tráiganla.

—De inmediato, su majestad— respondió Uraume y acto seguido, se marchó.

La ira crecía en mi pecho y se propagaba dentro de mí como la pólvora, incendiando cada fibra y cada nervio de mi cuerpo, envenenando mi sangre. ¿Por qué demonios Kyteler me traicionó? Le di todo.

Me puse mi traje de nuevo y esperé impacientemente en la habitación hasta que uno de mis hechiceros de confianza se presentó.

—Su majestad, el Príncipe de las Tinieblas le ha enviado un regalo— informó Arata Zenin.

—No lo quiero, tíralo— ordené gélido.

—Pero su majestad, aún no sabe lo que el Príncipe le envió.

—Seguro una de sus prostitutas. Dásela al Comandante Adramelech y si él no la quiere, entonces quédensela ustedes— concluí —. Y respecto a Jena, ¿Cómo está?

—Aún se desconoce su estado, la sacerdotisa se escapó del Palacio, pero horas más tarde fue encontrada en medio del bosque, inconsciente— explicó con seriedad, sin mostrar ninguna emoción ante mi pregunta —. Aún no despierta.

Mi corazón dio un vuelco al escuchar que Jena aún no despertaba. Mi ira se disipó por el momento y la preocupación comenzó a apoderarse de mí.

—¿Qué ha dicho la dra Yan? ¿Está fuera de peligro?— pregunté de inmediato.

Su voz se tornó más profunda y su expresión era una mezcla de preocupación y tristeza. —No estoy seguro. La sacerdotisa está estable, pero aún así no despierta y la dra Yan no ha compartido información sobre su estado actual...

De pronto, un guardia anunció a Lady Kyteler y una vez hube aprobado su solicitud, ella ingresó a mi pieza. Aquella mujer se encontraba encadenada de pies y manos, sucia y tenía moratones en todo el cuerpo.

—Así que finalmente muestras tu verdadero rostro. Espero que estés lista para enfrentarte a las consecuencias de tus acciones— me acerqué a Kyteler y la sujeté del mentón con brusquedad. Aún era difícil ver aquellos ojos y aquel rostro y aceptar que no era Nadjela.

Permanecía en silencio, mirándome con una expresión fría y calculadora. Su cabello negro ondeaba mientras se inclinaba hacia adelante para hablarme: —¿Qué hará?, ¿matarme? Le recuerdo que este cuerpo pertenece a su amada Nadjela y si me mata, la perderá para siempre— soltó con burla.

༻𝑬𝒕𝒆𝒓𝒏𝒐𝒔 𝒎𝒂𝒍𝒅𝒊𝒕𝒐𝒔༺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora