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╰⊱ Narra Jena ⊱╮

—Sacerdotisa, su equipaje está listo— anunció Fuyu.

De repente, como si mi mente fuera capaz de atraerlo con solo el pensamiento, apareció delante de mí la pesadilla encarnada, la muerte andante, el hombre que había arruinado mi vida. Ryōmen Sukuna ingresó a mis aposentos seguido por sus fieles sirvientes.

—Jena, es hora de partir— demandó él, mirándome desde todos los ángulos posibles, con una sonrisa siniestra en el rostro.

Sus sirvientes se apresuraron a cargar nuestro equipaje mientras cubría mi cabello con un velo. Sukuna me guiaba através de las escaleras hasta el Pabellón principal. Con cada paso, mi corazón latía desbocado; Sabía que no podía escapar de su obsesión, pero estaba dispuesta a darlo todo con tal de proteger a los míos.

Kyteler dio inicio a un ritual de transfiguración: un círculo de fuego nos rodeó y una especie de halo helado se opuso a las llamas infernales. Finalmente, Jin Lee acabó convertido en un terrorífico dragón.

Aquella monumental bestia rugió expulsando fuego negro y después hizo una reverencia al Rey de las maldiciones. A velocidad inhumana fui cargada por los brazos de Sukuna y depositada sobre la silla de montar.

—Andando— ordenó Sukuna, dándole un manotazo al monstruo y este extendió sus majestuosas alas para dar inicio al ascenso —. No temas, Jena. Estarás a salvo en mis brazos.

El viento azotaba nuestros rostros y la oscuridad nos envolvía a la vez que dos fuertes brazos me rodeaban de forma protectora.

—Esto es maravilloso— susurré asombrada por la increíble vista. —. Su majestad, ¿Cuántos días permaneceremos en la Isla de las brujas?

—No hay fecha específica, Jena. Nos quedaremos en la Isla de las Brujas el tiempo necesario para cumplir nuestros propósitos— respondió él, apretándome contra su pecho.

—¿Nos quedaremos en el monasterio del Clan Gazhali o en alguna posada cercana? Estoy segura de que mi familia lo recibiría con honores— argumenté sonriente.

—No, Jena. Visitaremos el monasterio del Clan Gazhali únicamente para que te despidas de tu familia y para algunas negociaciones, pero después iremos a una de mis propiedades al Sur— respondió acariciando mi mejilla de forma posesiva.

༻𝑬𝒕𝒆𝒓𝒏𝒐𝒔 𝒎𝒂𝒍𝒅𝒊𝒕𝒐𝒔༺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora