Capitulo 28

197 10 0
                                    

Ligue

Aria

Abro los ojos estoy acostada en su pecho y sus brazos rodean mi cuerpo, joder. Se quedó a dormir. Me remuevo un poco, pero está tan dormido que ni lo nota procedo a levantarme, sin embargo sus brazos ejercen presión.

–Una hora más– pide con los ojos cerrados.

Asiento volviéndome a acurrucarme en la cama, escucho los truenos y me sobresalto, sigo sin entender de donde tengo el miedo irracional aunque en el recuerdo llueve y los truenos no paran. El cuerpo de Eric es cálido me arrimo a su lado tomó una de mis piernas y se la coloca en la cintura, vuelvo a dormirme nuevamente.

Un parque grande y verde rodeado de edificios, estoy sentada en un columpio y alguien me empuja.

¿Te gusta Aria? pregunta una voz tierna

Si, mami

Deja de columpiarme y se coloca enfrente de mí agachándose a mi altura

Aria siempre recuerda que te amo y que pase lo que pase siempre voy a estar contigo. recalca acariciando mi cabello.

¡Nicole! la voz de un hombre exclama a lo lejos y ella gira.

La figura del hombre es borrosa, siento que no puedo respirar alguien me zarandea y abro los ojos acompañados de lágrimas, rápidamente termino refugiada en sus brazos llorando como una niña pequeña mi cara se entierra en su cuello y sus manos van a mi cabello.

–Respira, cálmate y dime que pasa.– intenta calmarme, pero es imposible pega mi cuerpo al suyo –Pequeña dime que pasa.

–Tuve un sueño mi madre biológica o eso creo–hago una pausa por los sollozos –Tenía un tatuaje de la legión fénix.–Confieso volviendo a enterrar mi cara en su pecho.

–Perdón tu no debes de estar acostumbrado a tanto drama con tus ligues.– sollozo.

–Realmente las hecho antes de que pase el drama.

Intento levantarme de la cama, pero no me deja. Detesto llorar la sensación de ser vulnerable, de quebrarme cuando no me quiebro ante nada, me sobrepasa de maneras que no puedo explicar.

–Te haré algo de comer- anuncia haciendo ademán de levantarse, pero niego – Aria deja el berrinche tengo hambre aquí no hay empleada y tu no cocinas.

–¿A qué debo el honor de que hagas el desayuno? .– pregunto encima de Eric.

–A que tengo hambre y no hay empleada. –recalca.

–Y que estoy haciendo un berrinche.– le recuerdo besando su cuello, su olor a sándalo me invade por completo.–No, que yo era tu desayuno... –mi voz provocativa sale y puedo ver en sus ojos ese rastro de maldad ante lo que acabo de decir.

–Pequeña- gruñe y me rio.

–¿Lo provoco señor Hart? – mi voz en su oído le ronronea, chupo el lóbulo de su oreja aumentando el calor de su cuerpo. Pero su teléfono suena cortando la diversión.

–Tu y yo seguimos luego, lo prometo – me dice contestando la llamada.

–Qué pasa Belia– responde llevándose el teléfono a la oreja, Belia dice algo y Eric lo pone en altavoz.

–Se puede saber ¿Qué cojones haces en el departamento de Aria? – pregunta. – El rastreador muestra que ambos están en su casa, Eric no he has movido desde anoche- explica

Mierda...

–Pues si sabes sumar saca cuentas y no jodas. Estoy ocupado. –Responde mientras me despeina más de lo que ya estoy.

InquebrantableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora