Capitulo 41

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Punto alfa omega 


Aria

Caemos al suelo, la sangre brota por su camiseta, por más presión que haga, la hemorragia no se detiene. No supe porque giramos hasta que la vi, no me dio tiempo de apuntar, el dragón sigue en la línea y tomo el teléfono rápidamente.

–Traición a la legión fénix- sale de mi boca sin medir las consecuencias, porque sinceramente ya no me interesan en lo más mínimo.

Belia viene corriendo con Rania y en cuestión de segundos la otra parte que se encontraba custodiando el piso subterráneo aparecen con una camilla.

–Le disparó a Eric- logró decir controlando las ganas de llorar.

–Voy en camino.– logra decir y cuelga.

–¿Dónde está?. – pregunta Enya tomándome por los hombros.

Niego incapaz de contestar.

– Belia búscala con el rastreador.

Asiente y desaparece hacia el cuarto de vigilancia, Erica lo examina y todo se mueve en cámara lenta.

–Recupera el sentido y dime que paso. – Seth me tomó de los hombros preguntando nuevamente.

–Maude. Marcel – Los señala Erica – Necesitare un par de manos.

–Paso lo que tenía que pasar – Interviene Alex – Otro más que pagó por las consecuencias de su inconciencia.

Se produce un silencio en medio de todos, tiene razón. Soy la responsable de esto y es una realidad que debo de enfrentar.

–¿Sabes porque todos estábamos abajo? – pregunta y niego temiendo la respuesta.

–Samara entró en crisis y la cosa no pinta bien para ella.

–Alex yo...

– Tú – me corta en tono de burla y acorta la distancia entre nosotros.

–Apréndete algo.– Hace una pausa – El mundo no gira en torno a ti. –Su mirada choca con la mía y hay algo que no logro identificar en ellos, algo que solo he visto cuando tiene deseos de matar y lo entiendo, también tengo deseos de morir.

–Alex, fue suficiente. – Interviene Stefan – Ella no es responsable de las acciones de Briana, porque si a esas vamos todos lo somos aquí.

–No es necesario que justifiques mis acciones, Stefan. Se que soy responsable de lo que está pasando.

Alex comienza a aplaudir con una sonrisa cargada de sarcasmo.

–Bravo – comienza a aplaudir.

–De paso mírate las manos. Estarán manchadas de la sangre de tu hermana y de uno de los nuestros, por tu estupidez.

–¡Suficiente! – Exclama Ian

Belia viene corriendo y su semblante indica que todo va de mal en peor.

–Se fue en uno de los autos y sacó el rastreador. - informar, provocando que mi rabia crezca aún más.

–Samael – Habla Enya, con voz ronca– No debe de estar muy lejos, vamos.

Estoy llena de sangre y los recuerdos me abrazan como olas uno detrás del otro.

La cabina del avión...

El club..

México..

Su casa...

Osaka...

InquebrantableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora