Capitulo 48

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Vendetta


Belia

Aria está determinada, lo veo en sus ojos la conozco lo suficiente para saber que está harta de ser un simple peón en un juego de ajedrez. Donde quien sea que ha estado moviendo las piezas la ha manipulado, tecleo los comandos pertinentes para devolver las cámaras de seguridad junto con todo lo demás al hotel una vez termino cierro la computadora y por el retrovisor le dedicó una mirada a Rania.

Mi chica de ojos verdes, no niego que tengo ojos solo para ella, sin embargo ella mira a Aria quien conduce concentrada en el camino y rápidamente desvió la mirada hacia ella, aunque se diga a sí misma que no siente nada por Eric y viceversa. Esos dos llevan negando lo que todos vemos.

El móvil vuelve a sonar y es un mensaje.

Ven a mi casa, apenas terminen lo que estás haciendo.

Eric.

Ha vuelto, sin embargo no respondo solo guardo el móvil sin decir nada, no quiero empeorar el ánimo de Aria.

-Oye te sientes bien?- pregunto preocupado- No has dormido bien en días.

-Si, estoy bien

Vuelvo la vista hacia el camino, conduce rápido y entiendo que la pobre chica debe de estar nerviosa Camille estaba hecha un manojo de nervios antes de que nos fuéramos el silencio es sepulcral en la camioneta.

-Samael, ¿estás listo para hacer de guía turístico?- pregunto mordiéndome la lengua para no reírme.

-Claro que está listo- responde Aria por él.- Si hubieras visto cómo le miraba el culo incluso desayuno con ella y toda la cosa.

-Hablamos de la misma persona.

-Ohh si, ni yo me lo podía creer.

Recorremos las calles hasta llegar a Pimlico y ver el edificio, entramos al estacionamiento y apagó las cámaras, bajamos rápidamente Ian abre la puerta del maletero toma la maleta llena de armas y corremos todos al elevador como cuando jugábamos de niños.

-Por suerte no venimos tan cubiertos de sangre como para que nuestra nueva amiga se espante.- Espeta Seth soltando un suspiro.

Aria introduce el código, rápidamente nos movemos hacia su piso un poco apretujados pero bueno peor es nada las puertas se abren dándonos la vista de si impecable apartamento con vista a Londres y mostrándonos que el ocaso.

-No les pasó nada ¿verdad?- Camille viene corriendo hacia nosotros, hasta que se detiene en seco y observa a Samael, miró de reojo a mi hermano sin poder creerlo París va a ser muy interesante.

- No nos pasó nada... bueno a nosotros no.- responde encogiéndose de hombros.

La chica nos mira con ojos muy abiertos y algo espantada, sin embargo por respeto nadie se le acerca pues tenemos salpicones leves encima.

-No volverán a molestarte.- Samara le dedica una sonrisa.

-Yo... gracias.- expresa con lágrimas en los ojos - Deben de querer privacidad yo me voy a mi casa es lo mejor.

-Como que a tu casa, destrozaron los muebles y todo tus cosas.- Aria la mira cansada- Cuando resolvamos eso podrás volver mientras tanto quédate aquí. Míralo como una renovación. - explica dedicándole una sonrisa.

-¿Segura no te molesta?.- pregunta tímida.

Desde aquí puedo ver a que mi hermana le importa su amiga, de cierta manera la entiendo es una persona con una vida normal y entiendo que Aria quiera conservarlo eso pero su vida no volverá a serlo. Está fichada por la bratva y solo es cuestión de tiempo antes de que den con ella y su destino se cumpla.

InquebrantableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora