Capitulo 14

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Algo evidente

Aria

Saber que el único día que tengo para descansar es este, pero el trabajo es el trabajo en el mensaje decía que trabajaría con Eric en esto, pensar en lo que le hice en el auto anoche me causa gracia, se que su próximo movimiento será pronto, aunque quiero pensar que si soy más lista que él. Puede hacer un movimiento que acabe esta jodida partida, como Erica dijo anoche, la vida es demasiado corta como para no disfrutar de los placeres que da la misma.

Al principio solo quería provocarlo, pero ahora quiero dejar de ser virgen con el, se que es un paso importante no soy idiota, pero cada que estoy cerca de el las sensaciones en mi cuerpo me piden entregarme a el. No espero que me jure amor eterno porque eso solo sucede en los cuentos.

Salgo de la cama y voy a la cocina. Necesito café, no soy nada sin él, pongo la cafetera a andar, mando plegarias a no se donde porque muero del hambre encuentro pan y algo de mantequilla de maní algo es algo, cuando me lo estoy llevando a la boca me interrumpe el sonido del timbre de la puerta. No espero a nadie y menos en estas fachas.

Me coloco de puntillas en la puerta cuando veo que es nada más y menos que el señor Eric la cobra Hart, acomodo mis lentes, porque si. Uso lentes, pero cuando estoy en mis descansos no uso los de contacto. Abro la puerta tal cual como estoy vestida porque este será mi siguiente movimiento será sacarlo de sus cabales.

-A que le debo el honor de que estés en mi casa en mi día de descanso, lo que menos me apetece es verte la cara hoy- saludo y se ríe mandando algo a mi entrepierna que no logro comprender.

-A no ser que quieras que tus vecinos te miren, me vas a dejar pasar.- dice entrando a mi departamento.- Vengo a hablar de los detalles del trabajo partimos mañana a la Riviera Maya. No sabía que eras cuatro ojos.

–No soy cuatro ojos – lo manoteo – Tengo miopía, solo que uso lentes de contacto cuando toca trabajar en casa uso estos. No es lo suficientemente desarrollada como para no ver.

Suelto un suspiro. Observa la decoración con detalle para luego observarme a mi, que me encuentro parada aún desayunando algo decente.

-Aun sigo sin entender porque nos enviaran a ambos a un simple trabajo de rutina.- digo llevándome el pan con mantequilla de maní a la boca el gesto para él no pasa desapercibido, puedo ver como me mira la boca respira hondo. - ¿Y bien vas a decirme porque necesitan a dos para este trabajo?

-Primero lárgate a vestirte.- pide exasperado.

Camino hacia él sin mostrar inseguridad porque a decir verdad no se si va a funcionar lo que tengo en mente, el contacto con sus ojos color avellana me quema la piel provocando que la poca ropa que tengo estorbe. Quedó a una distancia prudentemente cerca como para que mis pechos le rocen siento su mano cerca de mi camiseta provocando que respire entrecortado.

-Hay café en la cocina - indicó.

Comienzo a alejarme a mi habitación, una vez me encierro suelto el aire y intento no reírme tan alto lo estoy provocando y su auto control se está comenzando a tambalearse, pero debo enfocarme en el trabajo tomo una ducha rápida, lavo mis dientes coloco un poco de perfume tomó unos pantalones y una camiseta no me colocaré zapatos estoy en mi casa, peino un poco mi cabello antes de salir de la habitación.

-Ahora que estoy presentable y si te puedes concentrar ¿Cómo sabes en qué departamento vivo?, ¿Cómo tienes mi número de teléfono? y lo más importante ¿Por qué estás aquí en mi día libre para hablar sobre el trabajo de México?. - tomó asiento en el otro extremo del sofá.

-Por que no solo mataremos a la cabeza del cartel, si no a toda la estructura de mando.- informa.

Mis ojos se abren como platos cuando extiende el mapa de la organización, mostrando una foto de cada uno y adosado al valor de cada cabeza.

InquebrantableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora