Capitulo 20

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Riviera Maya

Aria

Refunfuño al escuchar la alarma, siento que apenas y me acosté, aunque siento que he dormido horas nada compensa el sueño que no he tenido en días desde Chechnya muevo la mano hacia el otro lado de la cama aunque se encuentra vacío, las cortinas aún están cerradas y me incorporo ya que me parece extraño.

–Al fin. – dice desde la pequeña sala. – Prepárate, los objetivos ya están en camino al hotel.

Salgo de la cama encontrándome con que se encuentra preparado y mirando el movimiento del clan conforme da un sorbo a su taza de café, salgo de la cama prácticamente corriendo cuando se que la alarma estaba programada con tiempo de sobra. Procedo a ducharme, vestirme y recogerme el cabello a la velocidad de un rayo.

Desayuno algo conforme alisto mi arma y observo la pantalla, estamos en silencio. No hablamos más que lo necesario, tampoco esperaba más. Si algo he aprendido es que esperar más de las personas hace que los golpes duelan igual.

–Estoy preparada para salir.

Termina de preparar su arma sin responder lo que acabo de decir, tomó el auricular que nos mantendrá comunicados. No puedo irme hasta confirmar que estoy en enlace con el. Tomo mi teléfono y marco el número de mi hermano que no demora en contestar.

–Buenos dias para ustedes.

–Lista para enlazar, Belia.

–Buenos dias para ti tambien, veo que no estas de buenas. Solo no lo golpees y procura que regrese vivo, sabes que te seguiria hasta el final de la tierra, pero no si el que te persigue es el destripador.

–Belia...– habló en tono de advertencia al levantar la vista y ver que Eric tiene el auricular puesto.

–Ya entendí. Enlazando.

Espero unos segundos y el auricular manda la confirmación, asiento encontrándome con una mirada fría y cargada de prepotencia. Como dije, no esperaba menos.

Tomo mis cosas y soy la primera en salir de la habitación ya que tengo la ruta más larga tanto de llegada como de escape. Voy en el ascensor y los latidos de mi corazón se disparan de repente indicando que estoy nerviosa, nunca un trabajo me había puesto tan nerviosa, tocó el comunicados para silenciar un momento.

–Tienes que calmarte no es el primer trabajo que haces. Solo haz lo tuyo, vuelve a Londres y todo seguirá tal cual.

Lo repito, las veces necesarias hasta que salgo del elevador más tranquila y comienzo a caminar por las calles que aún no están abarrotadas de gente, vuelvo a poner el aparato como estaba. En cada paso que doy veo las cámaras de las calles.

–Belia ocúpate de las cámaras de tránsito de ambas rutas.

–Cambiando imagen en tres... dos... listo. Tienes el tiempo que marca tu ruta para llegar al punto.

–Recibido y corto.

No digo nada más, nadie dice nada más. Camino comenzando a sentir el calor por la humedad, las calles aún se encuentran mojadas debido a la tormenta del día anterior lo que significa que este clima va a empeorar. Pasar por la playa que desató todo es obligatorio ya que está frente al hotel, pero hago caso omiso no es el momento para ponerme en estas cosas en un lugar como este.

Camino unas cuadras pasando por los puestos de comida y tiendas turistas hasta dar con la zona hotelera de clase media, doy con la azotea que me corresponde y entró por el callejón con el sol calentándome la cabeza al punto de arrepentirme de no traer gorra. El sol da en mi espalda, preparo el arma y me agacho a esperar.

InquebrantableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora