Copycat
Aria
El tráfico hacia las afueras de Londres es pesado, la lluvia es una pesadilla de primera, su sonido me hace recordar a lo que mi madre adoptiva solia decir. Que a pesar de ser lo que somos podemos tener alma y sentimientos, porque hasta para matar hay que sentir. Sin embargo la culpa no es algo que albergue en nosotros, es algo prácticamente inexistente.
Una vez de pequeños Harper robó uno de los cuchillos de la sala de preparación, Ethan nos interrogó a todos. Cuando confesó Ethan le preguntó si le gustaba el cuchillo y simplemente le dijo que no debería de sentir culpa tomar lo que le gusta, Harper y yo llegamos a la par o bueno con unos días de diferencia. Los demás ya estaban cuando llegué.
Nuestra madre hizo lo mejor que pudo y no la culpo por ello, nos amó como pudo en medio de un entorno de mierda. Cuando la enfermedad llegó y se la llevó consigo, Ethan no nos dio el derecho de llorar. Pero al llegar a mi habitación lloré hasta quedarme dormida, todo lo que ella me inculcó se quedó conmigo uno de sus mejores consejos fue que no debía dejar que nadie me viera débil por que así no tendrían manera de como atacar. El conducir a la fortaleza me genera ansiedad, subo el volumen de la música Copycat la voz de Billie Ellis, llena el auto dándome una dosis de paz antes de la tormenta, esa fue una costumbre que ella nos dejó antes de morir, una vez a la semana tomamos la cena y luego cada quien vuelve a lo suyo.
Han pasado dos horas mientras conduzco a mi vista aparece la enorme fortaleza de piedra de la legión fénix el lugar donde crecimos, donde nos hicieron lo que somos. Llamarlo hogar quizás es demasiado. Pesadilla suena más apropiado, cada que estoy aquí agradezco que paguen bien. Con los pagos pude sacar mi departamento y sucesivamente todos nos fuimos, teniendo dinero no le vimos el sentido de quedarnos a vivir aquí. Aparco el auto, me bajo encontrándome a Harper en la entrada y me ayuda con mi equipaje ya que pasaremos toda la noche aquí.
-¿Hey, lista para pasar la noche en la mansión de los horrores?.- pregunta dándome un abrazo que me da mil años de vida.
Harper es un chico moreno de un metro setenta con sonrisa que da tranquilidad hemos para unas y otras cosas para otras, es musculoso en fin todo un don juan en toda la regla.
-Tan lista como se puede, Belia me lo contó esta mañana. Ahora lo que quiero saber es si nos darán de comer algo que no tengamos que usar tenedores o cuchillos no vaya a ser que en un arranque mandemos al otro mundo a la princesita.- bromeó.
-Tacos o nachos tal vez- me secunda riendo. Cierra la cajuela y le pongo seguro al auto.
-Lo cierto es que había considerado sopa- interviene Ethan sobre saltándonos. Le saludo con un asentimiento de cabeza. - ¿Qué tal estuvo el trabajo?
-Relativamente sencillo, Mantícora- se cuanto le cabrea el termino porque le recuerda que es el último eslabón de la cadena de mando, rueda los ojos y comenzamos a caminar hacia dentro- Por cierto Gregori comunicó que el pago ya esta hecho mas una propina la cual quiero completa.- índico y el asiente.
-¿Algo más que deba saber?.- pregunta
-Nada importante, Ethan.
-Quería hablar contigo de algo más, quiero que moderes tu temperamento cuando estén Briana y Eric aquí.
Me paro en seco soltando una carcajada que hace que todos se me queden mirando.
-No voy a moderar nada - digo riéndome y dándole la espalda con Harper a mi lado emprendemos el camino hacia la escalera que al segundo piso puedo sentir los pasos de Ethan detrás de nosotros.
-Hablo en serio.-sigue. Provocando que ponga los ojos en blanco y vuelva a mirarlo.
-Yo también, no fuiste tu el que alguna vez nos dijo que no importara cómo fuéramos no tenemos que escondernos.- Uso sus viejas lecciones en su contra provocando que resople.
ESTÁS LEYENDO
Inquebrantable
RomanceLa vida de Aria Blake da un giro inesperado cuando a la Legión Fénix llega Eric Hart soberbio y arrogante a dictar un nuevo método de entrenamiento para los asesinos a sueldo de esta temida rama de la legión de las bestias. Eric Hart simplemente es...