Capitulo 36

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Un rato en el paraíso

Aria.

Siento besos calientes recorrerme el cuello, sus manos viajando por mis piernas cubiertas por el enderdon comienzo a removerme para quedar encima pero, ejerce presión con su pelvis para que me quede donde estoy.

–Veo que estas despierta.– la voz que sale de Eric es ronca–¿Tienes hambre?

Desde Osaka ha estado diferente y quisiera decir algo sobre eso pero no quiero tentar la suerte no hoy, mañana volvemos a la realidad en la que él está con Briana y yo sigo mi camino sola.

–Si, un poco – aunque no puedo evitar el sonido de tristeza en mi voz.

Deja de besarme el cuello para mirarme con confusión en medio de la oscuridad que gobierna en su habitación.

–Estamos en Londres y mañana volvemos a la realidad en la que tienes una relación con ella. – hablo con amargura.

–Yo no estoy con ella – suelta sin remordimientos –Que ella piense que este conmigo es su problema.

–No me gusta compartir.– hablo con capricho.

–¿Qué quieres decir con eso?– pregunta pero es inevitable ver que su mirada se oscurece.

–O es ella o soy yo, te advierto que si la eliges a ella no me vuelves a poner un dedo encima.

–Saliste caprichosa.

–No salí caprichosa.– respondo haciendo un movimiento que me deja sobre él –Soy caprichosa.

–Y si las escojo a ambas ¿Que?.– ataca elevando su pelvis reafirmando su erección en el punto donde su cuerpo y el mío se unen.

Me río moviendo las caderas y su respiración comienza a ser pesada.

–Ningún hombre vale tanto como para tener dos mujeres. Ni siquiera tú.– respondo y su mano me recorre la cara aunque parezca un gesto inocente en esta posición y por la forma en que sus ojos avellanas cargados de lujuria me miran.

Se lo que valgo y no voy a tolerar esa mierda, hago ademán de levantarme cuando sus manos rápidamente atrapan mi cadera dejándome donde estoy, Eric se sienta quedando a mi altura su aliento se funde con el mío su olor a sándalo me invade por completo dejándome sin concentración alguna.

–Eres caprichosa, mala e inteligente.– comienza a besarme el cuello.

–La combinación más letal que he visto en mi vida.

Rompe mis bragas y el corazón se me va a salir del pecho, guía su glande a mi entrada y comienzo el descenso de forma lenta echando la cabeza hacia atrás cuando comienza invadir con su grueso miembro.

–Esto me estorba.

Rompe la camiseta en un segundo, mis manos se aferran a su cabello y poso mis labios en los suyos de forma dominante y salvaje me toma de las piernas colocándome debajo de su cuerpo donde comienza a moverse de forma dura, sin tregua y demanda, mis caderas responden a sus embates cada que se mueve lanzandome a la espiral de placer donde mi detonante fueron sus palabras.

–Eric.

Muerde mi labio inferior y mis uñas terminan en su espalda, su mano pasea por mis piernas que están alrededor de su cintura, sale de mi por completo y penetra en un solo movimiento obligándome a echar la cabeza hacia atrás.

–Ahh– jadeó apretando el agarre de mis piernas pero él parece hacerse el desentendido ya que comienza a hacer movimientos circulares, para luego pasar a moverse de atrás hacia delante.

InquebrantableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora