Capitulo 11

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Sanación

Aria

El viaje de vuelta no llevo contratiempos o eso supe ya que dormí todo lo que pude en el trayecto, no es que dormir en un asiento de esos sea una maravilla aunque comparando con el suelo del avión era mejor eso. Nada absolutamente nada se compara con la suavidad y la calidez de una cama, camino por los pasillos de la fortaleza la única ventaja de estar herida es que no me toca descargar nada de lo que se utilizó, cruzo las puertas donde se encuentra la pequeña habitación para despojarme de la ropa que pesar de ser negra lo mas seguro es que esté empapada de sangre, el torniquete ayuda y hace lo suyo aunque no lo suficiente. Llegar al cuarto de sanación nunca se había sentido tan bien, la legión de las bestias tiene uno en cada fortaleza para estos casos de cierta manera es una habitación iluminada con la luz de velas para llevar a una atmósfera de relajación y que los niveles de adrenalina bajen hasta tornarse normales, incluyen tinas hechas de piedra volcánica para relajar el cuerpo del estado que se encuentre están llenas de cera en estado líquido y a una temperatura relativamente agradable algunos se meten para relajarse otros para sanar.

En este momento me encuentro totalmente sola mientras mi brazo se dedica a ser curado y desinfectado con las propiedades de la cera de vela. Escucho pasos, dirijo la mirada hacia la entrada y lo que veo debe ser una puta mentira, veo a Eric Hart entrar con una toalla mostrando un abdomen perfectamente marcado siento calor en las mejillas por los pensamientos que llegan a mi mente.

-¿Qué tanto miras?- pregunta envuelto con una toalla mostrando su abdomen esculpido.

Y por una jodida vez en la vida no tengo un carajo que decir

-Mira que sorpresa-hace una pausa- La leona no tiene nada para decir es que nunca habías visto a un hombre desnudo o que te pasa - dice sacándose la toalla mientras me da la espalda dándome una vista inigualable de su culo bien formado y trabajado. Se mete en la tina y coloca los brazos fuera.

-¿Porque estas aquí?- logró preguntar luego de ver el cuerpo del pecado de ese hombre que puedo jurar que su belleza no es de este mundo de mierda.

No me contesta y optó por el silencio, tampoco pretendo hablar con él sobre lo que pasó en la cabina, ¿Qué se sentirá montar a un hombre como ese?, la pregunta vaga en mi memoria de forma constante.

Juego con la cera líquida quitando la mirada de su torso bien trabajado me reviso el brazo y la herida está comenzando a cerrarse, me quedo unos minutos más para que el proceso termine, juego con la cera entre mis dedos y suspiro, dándome por bien servida de que regrese solo con un rasguño y no fui una caída en este trabajo. Giro para tener la toalla a mano para salir, pero ohh sorpresa me he dejado la jodida toalla y yo no soy de las que se hecha para atrás así que salgo de la tina siento su mirada sobre mi, llegó al área de las toallas y tomó una envolviéndome en ella.

-Viejo, iremos a purgatorio - le avisa Maude – Dime que te apuntas, no tenemos una noche así desde hace mucho. Vamos todos

–No veo porqué no ir.

– Hola Aria.

–Hola - contestó mientras comienzo a caminar hacia la salida

Una vez salgo tomo un respiro apoyando la espalda en la pared, recuperó el aliento y vuelvo a caminar por los pasillos intentando procesar el hecho de que también ira con nosotros a celebrar, quería quedarme otro rato más en la tina, pero el concepto de relajarse con el revoloteando cerca de mi queda en nada. Siento en mi que todo ha cambiado desde la cabina y eso es algo que no quiero mucho menos puedo permitirme aprieto el paso temiendo hasta llegar a mi habitación ya que confieso que temo que pasará si me lo encuentro en pleno pasillo en estas condiciones, entro rápidamente cierro la puerta y apoyó la frente para recuperar el aliento junto con la poca paz que tengo desde hace unas horas.

InquebrantableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora