Capitulo 32

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Un rayo de luz.

Aria.

Incluso a miles de kilómetros pienso en Eric, estoy sentada en la cama lista para dormir masajeo las cien soltando un suspiro la frase del Saiko-Komon viene a mi mente, pero decido apartar todo lo que pueda para poder dormir y descansar bien necesito la mente fría para hacer esto.

Me levanto quitando el enderdon y dejarme ir por el sueño en el cual muy en el fondo albergo la esperanza de que muestre un poco más del recuerdo que he tenido anteriormente.

Un olor a almendra mezclado con canela avasalla, estoy sentada en otra parte veo al suelo y hay juguetes por doquier, alguien me alza. Son las manos de un hombre y el olor proviene de él.

–Te quiero mucho, Aria.

Abro los ojos de repente, estoy cubierta de sudor y el cabello pegado a la cara, mi respiración es errática, las dudas avasallan mi mente, las lágrimas quieren salir, los brazos de Eric intentando calmarme vienen a mi mente sin invocarlos. Vuelvo a acostarme procurando relajarme y que mi mente deje de maquinar para poder dormir, mi mente se va relajando conforme pasan los minutos dejándose ir por el cansancio.

El sonido de mi alarma me despierta y camino hacia el baño si quiero estar preparada debo de hacerlo desde temprano, tomo una ducha salgo cepillo mis dientes tomo mis cosas para vestirme rápidamente unos jeans, camiseta manga corta y las botas vienen bien por lo general soy de usar negro, me pongo el collar que llevo conmigo desde niña.

-Señorita- una joven del servicio desde el otro lado del pasillo anuncia y giro. - Los señores indicaron que el desayuno será en la terraza.

-Gracias, podrías guiarme a la terraza- pido con vergüenza.

-No se preocupe venga por aquí.

Me guía hasta el otro extremo de la casa, la terraza que da una vista impresionante de gran parte de la ciudad es como si pudiera ver sus dominios desde su castillo.

-Buen día- saludo amablemente.

Kenji y Nara levantan la vista algo preocupados y Sayuri se levanta de su silla para saludarme con un abrazo, tira de mi mano guiándome a mi asiento.

-Dormiste bien?- pregunta Kenji.

-Si, muchas gracias.

En la mesa hay de todo un poco y en gran cantidad cosa que agradezco me sirvo y disfruto de mi comida, junto con los demás.

-Debo irme- Anuncia Sayuri levantándose de su asiento- Aria podemos jugar a las muñecas cuando termine mis clases.

-Claro que si- respondo emocionada nunca he jugado a las muñecas.

Se va emocionada y vuelvo a lo mío.

-Aria.- Nara dice mi nombre nerviosa- ¿De donde sacaste ese collar?.

-Lo tengo desde niña ¿porque?- pregunto sin importancia.

Ellos se miran el uno al otro, como si estuvieran buscando las palabras adecuadas para decir algo delicado.

-¿Pasa algo con el collar?.- pregunto inquieta.

-Ese collar... Se parece al de una amiga nuestra.- responde Kenji de forma tensa.

Nara se levanta acercándose a mi .

-Si me permites, en el broche debe de tener una letras grabadas de ser así te diremos de quien es el collar- explica colocándose detrás de mi donde esta el broche del mismo.

Kenji no aparta los ojos de su esposa el ambiente se siente tenso.

-Las tiene.- confirma Nara.

-Si, hasta donde se son las iniciales de mi madre biológica no se ni porque lo conservo si quien te quiere no te vende. - respondo tranquilamente.

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