Estoy en un país extranjero, no tengo billete de vuelta y acabo de perder a Mimic.
Rebusco por enésima vez en la mochila y abrí la maleta en mitad del aeropuerto. Mi ropa interior acaba esparcida por el suelo y no hay rastro de Mimic. No he podido perderlo. ¿Verdad?
Mimic, mi querido diario, ha desaparecido. Pero, vamos, que no voy a ponerme nervioso porque todos mis secretos más íntimos pueden ir a parar a manos de cualquiera ¿no?
Cierro la maleta, agarró la mochila y corro hasta la terminal de mi avión. Allí reconozco a una de las azafatas.
-¡Disculpe, señorita!
-¿En qué puedo ayudarlo?
-Me he olvidado a Mimic dentro del avión.
Me mira desconcertada.
-Creo recordar que viajaba solo.
-¡Sí, sí! Mimic es... mi diario.
-Lo lamento mucho, pero no puedo entrar en ese avión.
Parece que la azafata no comprende que Mimic es uno de los pilares fundamentales de mi vida.
-¿Qué? A ver... -Respiro. Intento calmarme, pues no quiero parecer un psicópata-. Es muy importante para mí, se lo juro. Solo será un momentito.
-Lo ayudaría, pero no puedo. El avión ya se ha ido.
Empiezo a marearme. Me agarró al asa de mi maleta. "Mimic ha desaparecido. Katsuki me ha dejado. Acabo de quedarme sin trabajo, vuelvo a estar en el paro y en un país que no es el mío. No es el fin del mundo, Izuku. Mimic ha desaparecido y puede estar en manos de cualquiera".
-¿Se encuentra bien?- pregunta la azafata.
Antes de cerrar los ojos ya me he caído al suelo.
Me despierto en un hospital. Al abrir los ojos me encuentro con un hombre de bata blanca. Cuando comienza a hablarme con voz calmada, asiento con cara de no enterarme de nada. A veces digo ye u ok, para que no crea que soy un lerdo monolingüe. Pero ¿quién me manda a mí a viajar a un país cuyo idioma no controlo?
¿Sabes que es lo mejor de todo? Que ni siquiera he comprado un billete de vuelta. Tenía la absurda esperanza de que Katsuki me detuviera antes de montarme en el avión en plan comedia romántica de cine. Ahora que mi plan B ha fallado, me temo que voy a tener que improvisar.
-Midoriya seonsaengnim, joh-eun sosig-i issseubnida. -Me dice el médico.
Asiento como si me estuviera enterando de todo.
-Dangsin-eun gwaenchanh-ayo. Singyeongsoeyag-e geollyeossda.
-Ye, ye -respondo, pese a no entender ni una palabra.
El médico frunce el entrecejo. Creo que acaba de pillarme.
-You can go now. -señala la puerta con amabilidad.
Vaya, eso sí que he pillado.
Tras dedicarle una sonrisa, doy por hecho que mi salud es de hierro, por lo que salgo del hospital. Luego recuerdo que he perdido a Mimic y me da un ataque de risa histérica.
"Cálmate, Izuku. Nadie va a saber qué eres tú".
Hasta que caigo de un pequeño e insignificante detalle y necesito sentarme en un banco. A esa parte de mí que siempre me empuja a cometer locuras, véase renunciar a puestos de trabajo, liarme con mi jefe o viajar a Busan... a esa puñetera parte de mí también le pareció buena idea colocarle a Mimic un número de teléfono con mi nombre completo.

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My Boss? No!
FanfictionIzuku es un joven un poco desastre, recuperandose de un ruptura con su novio de siempre, su familia un poco inestable. Al menos tiene un gato y un nuevo trabajo, que sería perfecto si no fuera por su nuevo jefe: Mr. Smile". Pareja: Katsudeku Género:...