29: Lluvia

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Querido Mimic:

Todavía estoy recuperándome de lo que acaba de suceder hace unos minutos. No estoy preparado, él lo sabe. Hasta tú lo sabes. Pero déjame empezar por el principio.

La tercera edición del libro acababa de ver la luz pero quien necesitaba verla era yo, que me sentía perdido con todo lo que estaba sucediendo. De repente, me veía concediendo entrevistas de manera anónima.

Cada día llegaban decenas de pregunta de periódicos y blogs literarios. La mayoría me exigía una segunda parte, porque según ellos Izumi y Kentaro no podían acabar así. Hasta mi editora me había sugerido que le diese un final feliz. "El que a ti te hubiera gustado vivir, Izuku". Pero a mí sinceramente, lo último que me apetecía era inventarme mi propia vida.

Me costaba contestar a las preguntas sobre mi vida privada. Lo sé, Mimic. Es un poco tarde para eso. Pero necesitaba guardarme un pedacito de mi intimidad para mí.

Además ¿Qué podía decir? ¿Qué no tenía intención de volver a ver a Katsuki? ¿Qué nuestra historia jamás tendría un final feliz?. Eso no es lo que quería el público, seamos sinceros. Se habían emocionado con la historia de Izumi porque era de verdad. Pero, como en toda novela romántica, debía tener su final feliz. Y yo me negaba a escribirlo.

Me podía llamar mi editora, el emperador o hasta Buda. Y yo me negaba a escribirlo.

Me puse a leer una entrevista que me habían enviado por correo mientras Smash remoloneaba a mi alrededor. Como finalmente había decidido quedarme en Busan por tiempo indefinido, le había pedido a mi madre que me lo enviara, a pesar de todo el papeleo que ello requería.

"¿Algún día darás la cara Izumi?".
Sinceramente creo que nunca.

"¿Sigues enamorado de Kentaro?".
Uf, vaya preguntita. Por supuesto que seguía enamorado de Katsuki. ¿La gente se desencadenaron.oraba con tanta facilidad?

"Dices que la decepción con Kentaro fue más devastadora que con Haruki ¿a qué crees que se debe? Con Haruki saliste durante muchos años y con Kentaro fue una relación muy breve.".
Haruki era Hitoshi. Y sí, yo también me sorprendía al darme cuenta que mi roptura con Katsuki me está resultando más... traumática. Con Hitoshi sentía que me había arrebatado mi futuro y que eso no era justo. No lo echaba de menos a él, sino a lo que teníamos. Con Katsuki todo fue profundo. Lo echaba de menos a él. A la persona que era yo a su lado. A sus caricias, a su forma de mirarme. Incluso a nuestras discusiones. ¿Eso cómo se curaba?.

"¿Alguna vez te has parado a pensar que Kentaro lo estaba pasando mal y que por esa razón necesitaba estar solo un tiempo? Me pareces egoísta, Izumi".
Y tú un gilipollas, no te jode. No quería que me juzgaran, eso sí que no. Katsuki no me quería, era egoísta y no había sido sincero conmigo. O sí. Yo qué sé. Tenía derecho a odiarlo, que me dejarán en paz. ¿O también iban a arrebatarle mis sentimientos?

En esas estaba cuando, de repente, Smash saltó de mi regazo y se escapó por la ventana. Voy a castrar a ese gato.

Corrí en su busca, pues no era su entorno y podía perderse. Cuando abrí la puerta, un hombre lo tenía en brazos. Lo miré para agradecerle el gesto y entonces sentí que toda la seguridad que había construido en incluso surtidas semanas se desmoronado de golpe.

Era Katsuki.

Contuve la respiración. No era capaz de reaccionar, ni de mover un solo músculo.

Sostenía al gato en una mano. En la otra no sé lo que llevaba. Vestía de calle. Era él y no lo era. Eran sus ojos rojos, su cabello rubio rebelde. Y su boca, en una desconcertante media sonrisa.

My Boss? No!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora