15: Similitudes.

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A veces me pregunto, Mimic, por qué las cosas buenas duran tan poco.

Ser el novio de Katsuki Bakugo durante unos minutos me dejo embriagado y con una sonrisita tonta durante todo el día. Lo sé, Mimic, no era más que un favor. Probablemente le había provocado la suficiente lástima como para defenderme de mi ex.

La euforia duró hasta que llegué a casa, donde la realidad me dijo que mi vida no era tan bonita. Mamá y Denki discutían mientras Shokko aprovechaba la ocasión para ponerse morado de galletas de chocolate. Le quité la caja y me dedicó una mirada asesina. Tenía la boca llena de chocolate.

—¿Cuántas te has comido?

—Dos.

—Ya, y yo me lo creo. Te dolerá la barriga si comes muchas.

Cerré la puerta de la cocina para conseguir algo de paz.

—¿Qué pasa? —le pregunté a Shokko.

—Están discutiendo porque tu madre ha encontrado a un hombre desnudo en la habitación de mi hermano. Lo he visto, Izuku ¿por qué los viejos tienen tanto pelo ahí?

—¡Vale!

Volví a coger la caja de galletas y le di unas cuantas para tenerlo entretenido. Luego salí de la cocina, cerré la puerta y separé a mi madre y a Denki.

—¡Con tu hermano pequeño delante! ¡Tendrás poca vergüenza!

—A ver, señora. Se suponía que usted se había ido de compras y mi hermano estaba durmiendo en la habitación de Izuku. No es para tanto...

Dejé a mi madre gritando como una posesa, agarré a Denki del brazo y me lo llevé a mi habitación. Él evitó mirarme.

—¿Se puede saber en qué estabas pensando?

—Es complicado... —murmuró con desgana.

Me senté a su lado. Denki tenía la espalda encorvada y la cabeza gacha, como si fuera un crío al que estaban por reprender.

—Denki, a mí puedes contármelo. Desde hace unas semanas no eres el mismo. Te comportas de forma extraña, faltas al trabajo... Y ahora esto.

—Se llama Shota y está casado. Es uno de los abogados senior del bufete.

Me quedé callado, asimilándolo y sin saber qué decir. Él continuó. Al parecer necesitaba desahogarse.

—Llevamos unos meses follando. Al principio no era nada serio. Hasta que me enamoré de él.

—Denki...

—Me dijo que iba a dejar a su mujer, pero no ha cumplido su palabra. Me cabreado, juré que lo nuestro había acabado, falté al trabajo... Hoy a venido a casa a suplicarme que lo perdonara y he sido incapaz de no abrirle la puerta. Y, bueno, el resto ya lo sabes.

Abracé a mi amigo, quien siguió llorando durante un buen rato. Creo que nunca lo había visto romperse de aquel modo. De todas las cosas que había imaginado que le sucederían, nunca creí que colarse por un tipo mayor y casado fuera el problema. Denki era fuerte e independiente, no la clase de tío que estaba dispuesto a ser "el otro" y, sin embargo, ahora me parecía la persona más triste del mundo.

My Boss? No!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora