Querido Mimic:
Vaya asco de día. Al final, la ansiedad me ha obligado a zamparme una tableta entera de chocolate. Lo sé, este es uno de esos momentos en los que decides que soy una persona con un grave problema de bipolaridad, pero si supieras lo que he tenido que soportar esta mañana comprenderías por qué tengo ganas de asesinar al señor Bakugo. Es el hombre más insoportable, seco, antipático e injusto que existe. Y no estoy exagerando.
Iba yo al trabajo de un humor radiante y cargado de vitalidad. Estaba convencido de que el señor Bakugo, por más que Yuga me lo hubiera advertido, no sería tan malo.
Llegué a la oficina diez minutos antes porque quería causar buena impresión. Escuchaba EXO cuando crucé la puerta de cristal y saludé a Yuga con la mano. Rodeó el escritorio de recepción para salir a darme dos besos.
-Cariño, has triunfado.
-Estoy un poco nervioso -admití, guardando los airpod en su caja-. ¿Ha llegado ya el señor Bakugo?
-Suele llegar el primero, se encierra en su oficina hasta que se harta y entonces sale a ladrarle a todo el mundo.
Puse tal cara de susto que Yuga se echó a reír.
-Tranquilo, nunca despide a nadie en su primer día. Les da una semana de margen, o dos.
-Pues yo voy a ser la excepción -le aseguré, resuelto a permanecer en la empresa más tiempo que mis antecesoras.
Yuga me contempló poco convencido, pero no dijo nada. En su lugar, me entregó una caja con una etiqueta que decía «Informes de personal» y me dijo que debía dársela al señor Bakugo en cuanto saliera de su despacho. También hizo mucho hincapié en que no lo molestara ni le pasara llamadas hasta que él se dignara a salir a darme órdenes, pues a veces se encerraba para no ver a nadie.
Llegué a mi puesto de trabajo, situado a la derecha del cubículo de cristal en el que el señor Bakugo se había encerrado a cal y canto. Todos los estores estaban bajados, por lo que no pude verlo. Había un letrero en su puerta en el que se leía: Katsuki Bakugo, CEO. Entre un par de plantas y un extintor había un escritorio blanco e impersonal con un cartel que rezaba: secretaría. Había un moderno ordenador, un teléfono inalámbrico y algunas bandejas vacías.
Me senté decidido a dar la talla y, sobre todo, a no meter la pata. Y esperé. Esperé. Esperé...
Dos horas más tarde, no sabía si desoír el consejo de Yuga y llamar a la puerta de mi jefe para hacerle notar mi presencia a la búsqueda de instrucciones o quedarme tal y como estaba, frente a la pantalla del ordenador.
Al final, opté por la cautela y decidí que si el señor Bakugo no me echaba en falta era porque no me necesitaba para nada importante. Jamás había trabajado como secretario, así que tampoco sabía cómo gestionar la situación.
Con un título universitario y sin ningún tipo de ambición. Pluriempleándome en trabajos que distaban mucho de mis sueños iniciales, desilusionado de todo a mis veinticinco años. No es que yo no hubiera tenido la culpa, desde luego. El hecho es que era una persona comodona por naturaleza que había buscado un empleo que pudiese conciliar con mi vida social (de la que actualmente carezco), así que cuando Hitoshi cortó conmigo para irse con otro, todo, absolutamente todo, comenzó a carecer de sentido.
¿Qué había hecho con mi vida, salvo desaprovecharla? ¿Dónde se habían quedado mis planes e ilusiones, las ganas de viajar, conocer mundo y convertirme en un hombre de provecho? ¿Por qué había construido mi vida alrededor de Hitoshi y sus escasas metas, si en realidad no estábamos hechos el uno para el otro?
Decidí dejar de ponerme existencialista, pues no me llevaba a ningún lado. Consulté el reloj del ordenador y descubrí que habían transcurrido casi tres horas. Me moría de aburrimiento y el señor Bakugo se había olvidado por completo de mí. Genial, que me pagara por no hacer nada. Si él no tenía ningún inconveniente, yo tampoco.
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My Boss? No!
FanfictionIzuku es un joven un poco desastre, recuperandose de un ruptura con su novio de siempre, su familia un poco inestable. Al menos tiene un gato y un nuevo trabajo, que sería perfecto si no fuera por su nuevo jefe: Mr. Smile". Pareja: Katsudeku Género:...