38. Te apoyo

1.5K 105 2
                                    

Narra Aly

Estaba en el estadio viendo como los chicos entrenaban, llevaban un buen ritmo, sabía que podían ganar, tenían el potencial.

Sonó la alarma de mi celular, tenía que ir a la agencia a practicar, ya que se acerca una pasarela importante.

Me despedí de papá, y le dije que me despidiera de los chicos.

Llegué a la agencia, estuve practicando y viendo las prendas que modelaríamos, lo único que faltaba era la fecha exacta de la pasarela, aún tenía la esperanza de que fuera antes de irnos a Londres.

—Bien chicas, lo han hecho muy bien— dijo Lorena— Nos vemos mañana para hacer la prueba de maquillaje.

Me acerqué a ella.

—Hola— le sonreí.

—Hola Aly, ¿que se te ofrece?— me dijo amablemente mientras escribía algo en su celular.

—Oh, nada, es solo que no nos has dicho cuando es la pasarela.

—Si se los dije— me miró.

—No, me temo que no.

—Amm— lo dudó— Si, espera— hizo algunos movimientos en su celular— Bien...— tomó aire— Será el veintisiete de julio—para mi maldita mala suerte, al día siguiente del partido, no podía creerlo— ¿Todo bien?— me preguntó sacándome de mi trance.

—Si... si, claro— traté de sonreírle de la mejor manera— Gracias.

—De nada. ¡Nos vemos mañana!

Tenía que ser una maldita broma, de todos los días del año, ¿por que justo cuando comienza la temporada de los olímpicos?

Llegué a casa, mi padre estaba en la sala y me senté junto a él.

—Hola, ¿cómo te fue?— me preguntó. Tomé aire pesadamente.

—Bien.

—Eso no sonó muy convincente.

—Bueno, Lorena me acaba de decir que la pasarela es el veintisiete de julio. Me temo que no podré viajar con ustedes, ni tampoco estar en el primer partido.

—¿En serio ese día? ¿No puede posponerlo por lo menos un día mas? Así podrías viajar con nosotros, estar presente en el partido y llegar justo a tiempo a la pasarela.

—No lo creo, ya debe tener todo listo, el lugar, las prendas, los paparazzis. Todo.

—Es parte de crecer, hija.— tenía tanta razón, pero no quería aceptarlo, quería estar con ellos, con el equipo y con Diego.

—Pero ¿y si quiero ir con ustedes?

—Puedes venir con nosotros, si es lo que quieres. Pero debes tener en cuenta que estas en el trabajo de tus sueños, se que habrá más agencias que quieran tenerte, pero debes ser responsable con tus obligaciones. No puedes estar faltando a trabajar cada que quieras ir de viaje o cada que tengas otra cosa que hacer. Pero lo que decidas está bien y te apoyaré.

—Gracias— le dije a papá y me recargué en su hombro como solía hacer cuando tenía ocho años. El no dijo nada, solo me dió un beso en la cabeza como respuesta.

Después de ver la televisión juntos un rato, decidí ir a mi habitación a dormir, estaba mentalmente agotada, aún no tomaba una decisión.

Al día siguiente me desperté temprano para ir al gimnasio y a clases de gimnasia, uno de mis deportes favoritos.

Después llegué a casa y no había nadie, supuse que mi padre estaba en su trabajo, hice caso omiso a eso y decidí darme una ducha relajante, aún no sabía que hacer.

Recibí un mensaje, así que tomé mi celular y abrí el mensaje.

¿Estas en casa? Estoy afuera.
-Diego.

Me emocioné al saber que estaba aquí. Le respondí solamente un "bajo en unos minutos" y salí de la ducha para ponerme algo cómodo.

—Hola—me dijo apenas salí.

—Hola, ¿Que haces aquí?— le dije amablemente y después deposité un suave y tierno beso en sus labios.

—Traje comida, espero no interrumpirte.

—No, para nada. Solo me daba una ducha. Creí... ¿no tuvieron entrenamiento hoy?

—No, después de entrenar sin parar, Miguel nos dió el día.

—Raro.

—¿Por qué?

—No lo he visto— hicimos una pausa— En fin, debió haber tenido otros deberes.

Servimos la comida y fuimos a mi habitación, estuvimos viendo películas toda la tarde. Algo que aunque no fue un plan muy elaborado, fue relajante. Extrañaba tenerlo cerca, las últimas semanas solo había estado entrenando.

—Estoy nervioso por los olímpicos — tomó mi mano— Es extraño, no es el primer campeonato al que vamos, pero estoy nervioso.

—Sería extraño que no lo estuvieras.

—Tienes razón, lo que me calma es que estarás ahí acompañándome.

—Si, sobre eso...— tomé aire— Lorena me dijo que la pasarela es un día después del primer partido—se quedó callado por un momento.— Por favor dime algo— lo miré preocupada.

—Aly, claro que quiero que vengas conmigo, pero entiendo que es tu trabajo y aunque estemos separados físicamente, se que nunca nos dejaras.

—Vere que puedo hacer...— tomó mi mano.

—Te apoyo, en cualquier decisión que tomes— beso mi mano.

Amor prohibido [Diego Lainez]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora