67. No es el fin del mundo

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Narra Diego

Estaba abriendo la puerta de mi casa, iba llegando del entrenamiento.

—¡Llegue!— grité, pero no tuve respuesta de nadie, supuse que Aly no se encontraba en casa.

Subí a la habitación, me quité la playera ya que tenía demasiado calor. Escuché movimientos que provenían del cuarto del closet que se encontraba ahí mismo en la habitación, así que toqué.

—¿Aly? ¿Estás ahí?— al no obtener respuesta entré con cautela, encontrándome con una Aly sentada en el piso. Fui rápidamente hacia ella.— ¿Amor estas bien? ¿Qué pasa?

—No te escuché entrar— me miro— Si, todo bien, es solo que...—se quedó callada.

—¿Qué qué?

—Te lo voy a decir, pero quiero que sepas que no estoy 100% segura, ¿esta bien?—asentí y me senté junto a ella.— Tengo un retraso, nada alarmante.

—¿Hablas en serio?— le dije emocionado.

—Si, segura, pero no quiero que pensemos que es un hecho, después de todo, es un pequeño retraso.

—¿De cuantos días?

—Cinco— tenía razón, era muy poco tiempo, espero con mi vida que no sea una falsa alarma, pero aún así, en mis adentros sentía que solo era eso, un simple retraso— Pero, es algo muy raro en mí, yo soy muy regular, por eso es que me quedé pensando en muchas cosas.

—¿En que no quisieras tenerlo? ¿O en que no estas lista?

—Claro que quisiera tenerlo, te lo dije, he cambiado de opinión...— hizo una pausa— Aunque, no lo se, no quiero decir que no estoy lista, porque nadie nace listo para nada, nadie te enseña a ser padre.

—¿Quisieras hacerte la prueba?— la miré— Bueno, solo para estar seguros— le dije con cuidado. Me miró y asintió con una sonrisa.

Fui a la farmacia lo más rápido que pude. Cuando llegué a casa, Aly estaba en el mismo lugar que cuando me fui.

—¿La tienes?— me dijo y asentí. Le entregué la prueba.

—Te dejo para que te sientas más cómoda, me hablas cuando termines— le di un beso en la frente y salí del baño.

Narra Aly

Me metí al baño que estaba dentro del mismo closet, estaba muy nerviosa por el resultado de la prueba. Tenía un sabor agridulce, pues si bien ya había cambiado de opinión respecto al ser madre, sentía que aún no era el momento, o bueno, tenía mucho miedo, no estaba preparada, no lo se.

Me hice la prueba y la cerré, tan pronto como terminé, fui por Diego, no quería estar sola.

—Tenemos que esperar cinco minutos— le dije llevando una de mis manos a mis labios.

—Estas nerviosa, ¿verdad?

—Si— le dije y sin pensarlo lo abracé, tratando de refugiarme en sus brazos.

—Tranquila, amor. Después de todo, ya estamos casados, tenernos una vida muy buena para ofrecerle, si es que la prueba llegara a ser positiva— hizo que lo mirara— ¿O que es lo que te preocupa?

—No se, tengo mucho miedo— me volvió a abrazar.

—Pero sería algo hermoso, yo jamás te dejaría sola, cielo. Lo sabes, ¿verdad?— asentí.

—Si, si lo se y te lo agradezco. Te amo Dieguito.

—Te amo preciosa— me dió un beso en la frente— Bueno, creo que ya pasaron los cinco minutos, deberíamos verla.— lo miré, pero no dije nada.— ¿Quieres que lo haga yo?

—Por favor— le dije suplicante.

Tomó la prueba y la abrió, pero antes de verla, me dió una mirada que me decía que todo estaría bien. Por fin volteó a la prueba y su cara no mostró ninguna expresión, eso me desesperó.

—¿Qué fue?— le pregunté impaciente.

—No estas embarazada, Aly— en su mirada pude lograr ver algo de decepción, y mi corazón se rompió un poco, creo que muy en el fondo e incluso teniendo mucho miedo, una parte de mí ya quería ser madre. Tomé la prueba y la vi, tenía una raya solamente.

—¿Crees que sea falso negativo?

—No lo se. Traje una prueba extra para asegurarnos, si quieres, claro.

—Me parece buena idea— fue por la prueba al cuarto. Yo estaba en shock, no sabía que sentir, tenía muchas emociones encontradas, y una de ellas era desilusión.

—Toma— extendió la mano dándome la prueba.

—La hago rápido— el asintió con la cabeza gacha. Estaba triste, lo sabía. Fui a donde estaba, le di un beso en la mejilla y me metí al baño.

Hice el mismo procedimiento, salí del baño y todo fue más silencioso que la primera vez. Pasados los cinco minutos tomé la prueba y la vi. Una raya. Parece que no era "falso" negativo.

—¿Y bien?— me preguntó.

—Negativo.

Dió un pesado suspiro, sin embargo no dijo nada, solo me abrazó. El ambiente de alguna manera se tornó triste, hasta para mí. ¿Quería un bebé ahora? ¿Ya estaba lista? ¿Cómo cambiaría nuestras vidas? ¿Él quería un hijo ahora? ¿Solo era el miedo? ¿Presentía algo?

—¿Quieres comer algo?— dijo rompiendo el silencio y distrayéndonos de lo que acababa de ocurrir, cosa que funcionó, porque interrumpió el mar de preguntas que se estaban formulando cada segundo en mi mente.

—Si amor, vamos a algún restaurante o algo— asintió.

Supe que la noticia lo había decepcionado un poco, así que quería salir con él para distraernos aunque sea un poco.

***

La noche ya había caído, estábamos en nuestra habitación, y aunque ya no se había tocado el tema de la tarde, quería hablarlo con él.

—Oye...— me miró— ¿Puedo preguntarte algo?

—Si amor, lo que sea, lo sabes.

—Te noté algo triste el resto del día— su mirada bajó.

—Si... Bueno, sabes porque fue, hablo muy en serio cuando digo que quiero formar una familia contigo, Aly. Y que saliera negativo, hizo que mis ilusiones se vinieran abajo.— me acerqué a él.

—No es el fin del mundo, amor.

—Lo se, lo se. Tal vez solo no es el momento, hasta que estes lista.— tomó mi mano.

—Si, sobre eso... Bueno, estaba asustada esta tarde, pero al ver ambos resultados negativos, algo dentro de mí se desilusionó también... Y, no lo sé, creo que también quiero lo mismo que tú.— su cara se iluminó y me miró.

—¿En serio?— una sonrisa salió de sus labios.

—Si, después de pensarlo toda esta tarde, poniendo todos los pros y los contras en una balanza, llegué a la conclusión de que ya quiero un bebé, me gustaría ser madre ahora, ahora que soy joven y tengo toda la energía para cuidarlo.

—Si, lo mismo pienso, además mientras más jóvenes, más tiempo los disfrutaremos— sonreímos— Creo que estamos en buena edad, veintitrés y veinticuatro.

—Hagámoslo— sonreí y le di un beso.

Amor prohibido [Diego Lainez]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora