Narra Aly
Desperté en mi casa de Ciudad de México, a la cinco cuarenta y cinco de la mañana. Prepare todas mis cosas para ir a la escuela.
Baje a la cocina, ahí se encontraba mi padre ya desayunando con un gran periódico en las manos, aún le gusta leerlo.
Desayunamos, seguido de eso, mi padre me llevo hasta la secundaria, es una tradición que se le hizo a mi padre desde que falta mamá, aunque este repleto de trabajo, busca su tiempo para llevarme a la escuela, me dijo que nada era mas importante que pasar tiempo conmigo así fueran cinco minutos.
Llegué a la escuela, estuve con mis amigos, no me molestaba absolutamente nada de ésta escuela, pues estaba con las personas que más quería.
Las clases pasaron rápidas a mi parecer, pues ya era hora de la salida.
Tomé un uber hasta el estadio Azteca, donde mi papá se la pasaba la mayor parte del tiempo junto a su equipo.
Después de la muerte de mi madre, no me gustaba llegar a casa porque estaba sola, y los recuerdos me invadían, además, me gustaba estar con ellos, llevo mucho tiempo conociéndolos, todos me tratan muy bien y me caen muy bien a pesar de la diferencia de edad.
Llegué al estadio, todos estaban practicando, fui a las gradas, saqué mis cuadernos y mis plumas, y comencé a hacer mi tarea, no era mucha en realidad.
—¡Descanso!—grito mi padre a lo lejos.
Los jugadores se dispersaron, unos fueron a secarse el sudor, otros a tomar agua.
—¿Como te fue en la escuela mi amor?—dijo mi padre acercándose a saludarme.
—Bien, como siempre—le sonreí.
—Que bueno hija, me alegro. Tengo que ir con uno de los chicos.
—Si, esta bien.
A veces siento que mi padre se siente culpable por no tener el suficiente tiempo para mi, pero comprendo que es porque trabaja muy duro para darme todo lo que necesito.
—Llegaste pequeña—dijo Memo sentándose a mi lado. El siempre ha sido muy protector conmigo, lo veo como un hermanos mayor, al igual que Raul.
—Si, no salude a nadie porque estaban ocupados.
—¿Que haces?
—Tarea de Artes.
—¿Puedo ver?—asiento y le doy mi cuaderno—¿Tu lo hiciste?—dice sorprendido.
—Si.
—Sabes dibujar muy bien.
—Solo son dos manos entrelazadas—reí— No es para tanto.
—Pero los detalles y todo lo que le pusiste, se ve muy bien. Si yo quisiera hacer eso, te juro que no me sale.
—¿Qué es eso?—pregunto Raul que acababa de unirse a nuestra conversación. Memo le pasó mi cuaderno.
—¿Verdad que le quedó bien?
—¿Quién te ayudo?
—Nadie—reí.
—Si, le quedó bien, aunque no creo que tu lo hayas hecho, esta muy bien elaborado.
—¿Me crees estupida?—reí— Claro que yo lo hice. Puedes ver mis otros dibujos ahí mismo.
Hojeó el cuaderno y vio que efectivamente eran mis dibujos.
—¿Qué piensas estudiar?
—Aún no lo se—si sabía, pero no lo quería decir, temía no lograrlo y decepcionarlos.
—Pues eres muy buena dibujando y con todo esto del arte.
—Y me gusta...
—Chicos, vengan—les habló mi padre y ellos se fueron.
Yo seguí con mi trabajo de artes. Escuché a lo lejos que mi padre les informó que un chico nuevo se unía al equipo, eso me interesaba y me gustaba demasiado, pues con cada chico que llegaba me llevaba bien, no importaba la diferencia de edad.
—...Su nombre es Diego Lainez Leyva, viene de Tabasco, tiene solo dieciséis años. Las reglas son las mismas, ya las saben, sean amables.
—¿Cuándo llega?—pregunto Guardado.
—Mañana.
***
Al día siguiente me levanté temprano para ir a la escuela, pero para mi mala suerte, desperté enferma, tenía unas ganas inmensas de vomitar, me contuve demasiado para no hacerlo, igual me alisté y fui a la escuela, solo iba a dejar mis tareas y regresaría a casa, si todo salía bien, me quedaría todo el día.
Lamentablemente mi estado no mejoró, así que fui con cada profesor que me tocaba hoy para decirles mi malestar, después de un largo proceso, me dejaron salir de la institución.
Tomé un uber y fui al estadio donde se encontraban todos. Mi padre al verme entrar, se sorprendió, mas bien dicho todos me miraron extraño, ¿tan mal me veo?
—¡Descanso de cinco minutos!—grito mi padre que venia caminando hacia mí—¿Qué pasa? ¿Qué haces aquí? ¿Te sientes mal? ¿Te duele algo?
—Me duele el estómago y tengo náuseas.
—¿Estas bien?—preguntó Memo.
—¿A caso se ve bien?—le contesto Raul.
—¿Tan mal me veo?
—No, no te ves mal—dijo de inmediato Memo.
—Te ves enferma, pero mal, nunca.
—¿Quieres que te lleve al doctor?
—Puedo esperar, hoy es un día importante para el equipo, un nuevo integrante llega, no puedes dejar al equipo así como así.
—¿Segura?—asentí.
—No te preocupes.
Siguieron entrenando, el chico nuevo aún no llegaba y yo me seguía sintiendo mal. Me recosté en las gradas esperando que cediera un poco el dolor de estómago, al parecer estaba funcionando un poco.
—¿Quieres mi chamarra?—me preguntó Alan.
Tenía demasiado frío, así que acepté y me la dio, me tapé con ella, trate de relajarme y pensar en otra cosa.
De pronto, vi una silueta a lo lejos de un hombre, debía ser el chico nuevo. Todos dejaron de entrenar, y se formaron, le dieron la bienvenida al chico y se presentaron.
—Hija, ven—me hablo mi padre una vez que todos terminaron de presentarse. Yo fui hacia donde ellos, aunque no quería, mi aspecto no era el mejor— Por último, quiero presentarte a la persona más importante en mi vida, mi hija Alyson. Alyson, de ahora en adelante, él será parte de nuestra familia.
Estrechamos manos. Sentí una corriente eléctrica en todo mi cuerpo, fue algo muy extraño, no se si él también lo sintió, pero yo si.
—Un gusto—sonreí.
—El gusto es mío.
—¿Te sientes mejor?—me pregunto mi padre.
—Estoy bien, te espero hasta que termine el entrenamiento.
Me fui de nuevo a las gradas, pasó una hora y el entrenamiento había terminado.
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Amor prohibido [Diego Lainez]
Fanfic-Por ti renunciaría a todo lo que soy... #1 en "america" 5/11/21. #1 en "Diego Lainez" 18/08/22.