39. No puedo estar contigo

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Narra Diego

Estabamos a punto de tomar el vuelo a Londres, estábamos todos, excepto Aly, había tenido que quedarse en México por cuestiones de trabajo.

Todos le dimos nuestro apoyo, pero no voy a negar que me hará falta.

—Que ganen— me dijo en un susurro mientras nos abrazabamos.

—Eso espero— le sonreí melancólicamente, porque sin duda la iba a extrañar.— Te llamaré en cuanto pueda.

—Si, porque te voy a extrañar.

La voz llamándonos para nuestro vuelo privado se escuchó, era hora de irnos.

Le di un suave beso en los labios y un último abrazo para por fin separarme de ella e ir camino al avión.

***

Era nuestro primer partido contra Korea, estaba muy nervioso. Aly me hacía tanta falta, espero que esté donde esté, nos esté viendo y apoyándonos como siempre.

Como teníamos planeado, ganamos. Me sentía muy feliz, pero incompleto. Quería hablar con Aly, pero por el cambio de horario no sabía si estaba despierta, así que no quise llamarle.

Llegamos al hotel y tomé una larga ducha, después de salir y ponerme la pijama, una llamada entró a mi celular. "Aly❤️" decía.

Llamada

-¡Hola!— le dije emocionado, no pensé que estuviera despierta, y viendo el partido.

—Hola Dieguito— cuando me dijo eso, mi corazón latió fuertemente y la extrañé aún más—¿Estás ocupado?

—No, acabo de salir de bañarme, iba a cenar. ¿Tu que haces preciosa? Creí que estabas dormida, por eso no te marque.

—¿Dormida? Claro que no, no puedo perderme un partido— rió— Ganaron.

—Ganamos—le dije algo desganado.

—Pero deberías estar feliz, ¿pasa algo?

—No estás aquí.— hubo un silencio no muy largo.

—Lo se.

—Es injusto.

—¿Qué es injusto?

—Todo. Que cuando no podíamos estar juntos, nos acompañabas a todos los partidos, y justo cuando todo el mundo lo acepta, nos separan.

—Lo se, la vida es injusta. Pero éramos mas chicos, yo no tenía tantas responsabilidades como ahora, hemos crecido.

—Me gusta que estés haciendo lo que te gusta.

—Pero no puedo estar contigo— me dijo triste, eso sinceramente destruyó mi corazón.

—No será para siempre Aly, pronto regresaré a México y estaremos juntos, lo prometo.

—Sabes que aún a la distancia te apoyo, ¿cierto?

—Lo se amor. Y sabes que yo también te apoyo en todo, absolutamente en todo.

***

Narra Aly

Después de unos días, por fin era el partido de México contra Gabón, y hasta este momento, los chicos estaban jugando espectacular.

Estaba en mi casa, era de noche, estaba bañada y había pedido la cena para ver el partido.

En el primer tiempo, México anotó un gol, había sido un poco complicado, pero no tanto como yo lo esperaba.

Había comenzado el segundo tiempo, y ya había terminado mi comida, estaba nerviosa. En los primeros diez minutos, México anotó otro gol.

Estaba gritando más que nadie en el país. Después anotaron otro y otro. Al final quedaron 2-0, había sido el mejor partido hasta ahora.

Estaba llorando de la emoción, el equipo estaba jugando con todo. Pronto lo emoción se convirtió en tristeza, México estaba ganando en todos sus partidos, mientras yo solamente estaba en mi casa viéndolos por televisión. Esto no me gustaba para nada, tenía que hacer algo al respecto.

***

Iba rumbo a mi trabajo, estaba nerviosa, hablaría con Lorena para comentarle toda esta situación.

—Hola, Lorena, ¿podemos hablar?

—Claro— dijo como siempre en su celular.

—Veras, quería comentarte algo. Quería saber si había alguna posibilidad de pedir algunos días, viajaré a Londres.—por fin me miró.

—Me temo que no— siguió en su celular.

—¿Por qué no?

—Si quieres hacerlo, adelante. Puedo encontrar a alguien más en cinco minutos.

—Gracias.— di media vuelta, tomé mis cosas y me fui.

No pensaba quedarme en un lugar donde yo era reemplazable en menos de dos segundos. Además, quería apoyar a los chicos, y ver a Diego.

Llegando a mi casa, arreglé mis cosas, tomé un taxi y me dirigí al aeropuerto a tomar un vuelo de último momento. No le avisé a nadie que iba para allá, ni siquiera a mi padre y quería que así se quedara, quería que fuera sorpresa.

Al llegar a Londres, me hospedé en un hotel no tan lejos de donde se hospedaba la selección. Me duché y dormi un par de horas solo para recuperarme y acoplarme el cambio de horario.

No desempaque, pues solamente me quedaría una noche. Hoy la selección se enfrentaba contra Suiza y era obvio que iba a estar presente en el partido y por fin vería a mis chicos.

Al despertar me arreglé, comi algo y me fui para el estado Millennium. Al llegar, las piernas me temblaban, estaba muy nerviosa de verlos, en especial a Diego.

Cuando entré al estadio, busqué con la mirada a mi padre y lo vi, estaba sentado en la banca, supongo que esperando a los chicos, porque ninguno de ellos estaba, tal vez estaban en los vestidores.

Me acerqué a él.

—¿Me puedo sentar?— volteó a verme y su reacción fue muy graciosa, claramente jamás pensó verme ahí. Se levantó y me abrazó.

—¿Qué haces aquí?— me preguntó riendo.

—Una larga historia. ¿Y los chicos?

—En los vestidores, no deben tardar en salir.

Y si, justo cuando terminó la oración, salieron a la cancha, era hora de irme a mi asiento. Tendría que esperarme a que terminara el partido para verlos.

Ahí estaba Diego, cantando el himno nacional mexicano. Se veía tan guapo.

El partido comenzó y en la segunda parte anotaron un gol, lo grité como nunca. Los aficionados estaban aún más felices, dándoles ánimos.

Y así quedamos 1-0 a favor de nosotros, Suiza no pudo anotarnos un gol.

Al término, baje las gradas, y corri hacia Diego, que estaba dándome la espalda. Llegué a él, lo tomé del hombro haciendo que me mirara y lo abracé. El un poco desconcertado me abrazó.

—¿Que haces aquí Aly?— aunque no podía verle el rostro, sabía que estaba sonriendo.

—No podía perderme más partidos.— nos separamos y me dió un beso lleno de un "te extraño" en los labios.

—Te extrañe, pequeña.

—Y yo a ti Dieguito— acomodé su cabello que caía por su cara.

Fui a saludar a los demás y nos fuimos al hotel.

Amor prohibido [Diego Lainez]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora