5. Nadie te necesita

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Narra Diego

Han pasado algunos meses desde que Aly sale con el tal Alonso, ella siempre me cuenta de lo lindo que se porta con ella, yo siempre la escucho, aunque me duela verla con alguien mas, siempre voy a estar para ella.

Me duele tanto verla feliz a lado de otra persona, pero es lo que ella se merece, merece ser feliz, merece ser libre, sin que nadie le prohiba el amor.

Ella no sabe nada de lo que siento por ella y es mejor así, no quiero que las cosas cambien entre nosotros.

El día de hoy había partido, tomé mis cosas y salí de mi departamento junto a Edson, ahora vivíamos juntos.

Era momento de salir a la cancha, nos alineamos y salimos como siempre. Vi a lo lejos a Sofi, estaba junto a Aly, pero Aly estaba junto a alguien más, era un chico, supuse que era el tal Alonso, eso me hizo sentir un nudo en la garganta y un vacío en mi pecho inexplicable. No sabía porque lo que ella hacía me hacía tanto daño, nunca fuimos nada, ni siquiera intentamos serlo, pero eso no quitaba que me sintiera mal.

Aunque no estuviera bien anímicamente, tuve que seguir adelante con el juego, hoy era solamente un partido amistoso con Estados Unidos.

Llegó el medio tiempo, me sentía distraído, estresado y sobre todo triste. El marcador aún estaba en ceros.

—Chicos, ¿que les está pasando?—hablo Miguel— Tienen que esforzarse más, quiero ver aunque sea 1 - 0 en el marcador— me miró— Y tu Lainez, te noto distraído.

—Estoy bien.

—Concéntrate.

Tomé agua, me sentía bastante cansado, aunque había jugado muy poco. Voltee a ver a Aly, estaba recargada en el hombro de aquel chico y de repente, se besaron, se veían felices.

No pude evitar sentir el nudo en la garganta que cada vez se iba desvaneciendo para dejar que las lágrimas salieran. Estaba dando mi mayor esfuerzo para no llorar, estaba frente al ojo público.

Los observaba de lejos, le tenía tanta envidia a aquel chico y ni siquiera lo conocía, tenía a la mujer más maravillosa en todo el mundo a su lado. Solo espero que la sepa valorar, yo daría lo que fuera por tenerla a mi lado.

El segundo tiempo comenzó, estábamos jugando, tenía que desquitar mi ira de alguna forma y que mejor manera que en el partido, nos serviría para ganar.

Yo tenía el balón, un jugador de Estados Unidos venía tras de mí. Burle al estadounidense varias veces, estuve cerca de la portería y patee el balón, el estadounidense quiso quitármelo antes de lanzarlo, pero no pudo y cayó al suelo.

Al levantarse, se puso frente a mi de manera retadora, era lo que menos le convenía en este momento, pues tenía tanta rabia en la sangre que no iba a dudar en sacarla con él.

Me gritó unas cuantas cosas que obviamente no entendí, pero sabía que no eran cosas buenas.

—¡Chinga tu madre!—le respondi y lo aventé.

El árbitro llegó rápido para parar la discusión. Menos mal, sino iba a ser un desastre. El gringo siguió gritando estupideces, e hizo señas con las manos de que era mas alto que yo.

En eso llegó Edson, que esta de la misma estatura y lo empujó. El gringo ya no dijo absolutamente nada, los jugadores de ambos equipos llegaron a decirse cosas, yo estaba dispuesto a ir de nuevo, pero el árbitro dio la señal de que era suficiente.

Narra Aly

Esta noche fue especial para mi, era la primera vez que Alonso me acompañaba a un partido.

Amor prohibido [Diego Lainez]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora