16. Vuelo 173

2.3K 179 7
                                    

Narra Aly

—Ho... Hola—dijo aquel chico por el que he sufrido estos últimos meses, el chico que con solo verlo me pone nerviosa. Estaba en shock, no sabía que decir, no creía lo que estaba viendo.

Reaccione en milésimas de segundo y fui a él. Lo abracé, extrañaba tanto su aroma, su perfume, su piel suave y el sonido de su voz.

—¿Que haces aquí?—lo miré, a este punto mis ojos ya estaban cristalizados.

—Te prometí que estaría en tu primer pasarela—acarició mi mejilla.

—¿Viniste desde Sevilla?—fue lo último que supe de el, y eso porque de casualidad vi la televisión, estaban hablando de él y de su ausencia en el mundial.

—Solo por ti.

Escuché unos pasos venir al camerino.

—Metete al baño—le dije en voz baja y se encerró. Tocaron la puerta, era mi padre.

—¿Ya estas lista?

—No.

—Abre la puerta— la deje entreabierta— ¿por que no quieres que pase?

—Me iba a cambiar—odiaba que me cuestionara todo, antes no era así.

—Bueno, iba a ver si ya estabas lista pero al parecer no, te espero afuera.

—No hay cuidado, puedo irme sola.

—Sabes las reglas.

—¿Y Rogelio?

—Al chofer le di el día.

—¿Por qué?... bueno no importa le llamo y que venga— me miró, y queriendo o no, me dejó.

—Te veo en casa— asentí.

Cerré la puerta con llave y Diego salió del baño.

—¿Siguen enojados?—pregunto Diego con algo de pena.

—Desde esa noche nuestra relación cambió bastante, ya no me emociona acompañarlo a sus entrenamientos ni a ningún juego, ya no hablamos de nuestras cosas, todo se ha roto.

—Como lo siento Aly, si yo...—lo interrumpí.

—Nadie tiene la culpa de nada, mucho menos tú. No cambio lo que vivimos por nada, todo ha valido la pena—tomó mi mejilla, me vió con ternura y deposito un beso rápido en mis labios. Extrañaba tanto su tacto.

—¿Y ahora tienes chofer?

—Cuando llegamos de Rusia, mi padre hizo una nueva lista de reglas de la casa. Tengo prohibido ir y venir sola, contrato un chofer para tenerme mas vigilada, tengo prohibido quedarme en casa de Sofi o de cualquier amiga, canceló todas mis tarjetas y tengo prohibido ir al aeropuerto.

—Aly... yo no tenía idea.

—Mi vida no ha sido la mejor estos últimos meses.

—No puedo permitir esto.

—No hay mucho que hacer.

—Claro que si—lo miré sin entender— No voy a dejar que te traten así Aly, nadie, aunque sea tu padre, no me importa. No dejaré que nadie trate mal a la mujer que amo— apenas estaba procesando sus palabras, era la primera vez que me decía que me amaba— Ven a vivir conmigo—dijo de pronto.

—¿Que? ¿Así nada más? Pero no tengo equipaje, no tengo dinero, te recuerdo que mi padre me quito mis tarjetas.

—El dinero es lo de menos, me he esforzado demasiado para salir adelante y darte lo que mereces.

—No te ofendas pero no quiero dar un paso tan grande solamente porque mi padre se volvió mas estricto.

—Te entiendo, pero si no te quisiera lo suficiente, no te lo diría. Quiero estar junto a ti y que ya nadie nos aleje. Pero si no quieres, o no estas segura yo lo entenderé.

—No, no es eso. No sabes cuanto espere para verte de nuevo—era ahora o nunca, era muestra oportunidad de hacer lo que nuestro corazón quiere— Estoy dispuesta a ir contigo hasta el fin del mundo, pero porque te amo, no por la situación.

—Pero quiero que tengas presente que puede haber problemas, esto será muy difícil, tu padre al ver que no llegas a casa puede preocuparse, puede enterarse donde estamos e ir a buscarnos, puede demandarme, puede golpearnos, no lo se.

—Se que puede hacer cualquier cosa, pero debe entender que yo te quiero y que quiero estar contigo así el mundo se ponga de cabeza.

Después de hablar de todos los pros y los contras, ambos estuvimos en la misma sintonía, queriamos estar el uno con el otro.

Salimos con cuidado del teatro para que nadie nos viera, fuimos al aeropuerto, compramos los boletos. Yo estaba muy nerviosa, volteaba a todos lados para asegurarme que ningún camarógrafo estuviera cerca.

—Tranquila—Diego tomó mi mano y la masajeó con su dedo pulgar. Me dió seguridad.

El vuelo salía en una hora y media, así que decidimos ir por un café. Nos sentamos a hablar, notaba que Diego intentaba calmar mis nervios.

Sonó el celular de Diego.

—Mierda—dijo por lo bajo, pero alcancé a escuchar.

—¿Que ocurre?—pregunte preocupada. Me enseñó su celular.

Diego, Miguel está buscando a Aly por todos lados, se que esta contigo, no se en donde, pero tengan cuidado, escuché que dijo que la saldría a buscar al aeropuerto.

-Edson

—Tenemos que irnos.

A lo lejos vi que mi padre entró al aeropuerto junto a dos hombres altos y musculosos, nunca los había visto.

-Primera llamada para el vuelo 173 con destino a Sevilla, España. Favor de abordar por la puerta 6.

Se escuchó por el altavoz.

—Tenemos que irnos ya—le dije a Diego.

—¿Estás segura? Es nuestra última oportunidad.

—Si, vámonos.

Salimos a prisa pero con cautela de la cafetería. Los nervios me estaban matando, las manos me sudaban, y mi temperatura corporal había subido.

Para nuestra mala suerte un grupo de chicas reconoció a Diego y comenzaron a gritar. Mis nervios aumentaron.

—Vamos—me dijo Diego, pues me detuve pensando que les iba a conceder una foto— No podemos arriesgarnos, lo entenderán.

Corrimos y el grupo de chicas nos comenzó a seguir. Mostramos nuestros pases de abordar y por fin subimos al avión. Un gran alivio en mi interior se hizo presente.

Amor prohibido [Diego Lainez]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora