12. Querida Aly

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Narra Diego

Mis lágrimas empezaron a caer, no quería irme, había perdido todo en la vida, perdí mi trabajo por el que tanto trabajé, y perdí al amor de mi vida. Si, al amor de mi vida, Aly es una persona con la que encajo tan bien, que estoy seguro que con nadie mas lo haría de esta manera.

Aunque no quería hice mis maletas, pensando en la cara de decepción de mi familia al verme llegar a casa.

Tocaron la puerta, abri. Era Edson.

—¿Te vas?—fue lo primero que dijo con aliento agitado.

—Lo eche a perder—seguí acomodando mis cosas.

—No se que decirte, me duele esta situación, no puedo imaginarme por lo que están pasando, ninguno de los dos.

—La amo—lo miré, las lagrimas amenazaban con salir de nuevo.

—Lo se hermano, te juro que trataré de hablar con Miguel para que puedas regresar al equipo.

Vi la hora en mi reloj, tenía que irme ya si no perdería mi vuelo.

—Tengo que irme—nos abrazamos— Cuida mucho a Aly y por favor, dale esto cuando la veas—le di una carta.

—Lo haré.

—Gracias.

—Te prometo que en cuanto regrese a México iré a Tabasco a verte.

—Gracias de nuevo—nos dimos un abrazo rápido, tomé mis cosas y me fui.

Narra Aly

Después de tantos intentos por salir de esta maldita habitación, me rendí y me tumbé en la cama llorar. No puedo creer que todo este sueño se acabara tan rápido, no se que le debía a la vida, por fin había encontrado a una persona con la que me sentía realmente bien y por terceras personas nos separamos. Tenía mucha impotencia, me quedé dormida de tanto llorar.

Alguien abrió la puerta, me desperté exaltada.

—Baja a cenar, y por favor trata de poner tu mejor cara—dijo mi padre en un tono seco.

No tenía apetito, así que no iba a bajar. La noche llegó y no sabía que hacer, busqué mi celular y no lo tenía. Recordé que me lo había llevado a los jacuzzis, bajé al mismo lugar pero ya no había nada, seguro lo robaron.

Regrese a la habitación y me bañé para relajarme un poco, tal vez así se me quitaría el intenso dolor de cabeza. Salí de la ducha y me puse mi pijama, estaba acostada en la cama, con absolutamente nada de ruido, no quería cenar, no quería ver tele, no tenia celular para comunicarme con él. Mi vida parecía tan vacía y aburrida sin el.

Tocaron la puerta, eran Edson y Sofi. Pasaron sin que yo les contestara, hasta hablar me dolía en esto momento.

—¿Como estas?—fue lo primero que preguntó Sofi al entrar. No respondí, solo agaché la cabeza.

—Aly, no nos gusta verte así.

—¿Prefieres estar sola?—negué con la cabeza, tal vez estar con ellos haga que mis ánimos se eleven.

—¿Sabes a donde se fue?—le pregunté a Edson en un hilo de voz evitando que las lágrimas se hicieran presentes de nuevo.

—A Tabasco.

—Por lo menos estará con su familia, no estará solo después de esto.

—Tu nos tienes a nosotros—dijo Sofi— Y a tu padre, él te ama.

—No lo se Sofi, si me amara me dejaría estar con la persona que yo amo—comencé a llorar. Edson me abrazó.

—Tranquila.

—Es que justo esto era lo que quería evitar, no quería que papá lo corriera, trabajó mucho por llegar hasta aquí.

—Diego también te ama y estoy seguro de que el no piensa así. Tranquila Aly, lo van a superar y en algún momento volverán a encontrarse, mas grandes, mas maduros y todo será como antes.

—¿Y si encuentra a alguien más? No soportaría verlo con otra, Edson.

—Conozco a Diego lo suficiente como para saber que te esperará. Oh, por cierto—rompió el abrazo y sacó algo de su bolsillo— Me dijo que te diera esto— me entregó una carta. Las lágrimas seguían escapándose de mis ojos.

—Te dejamos sola para que la leas—Sofi le hizo una seña a Edson para salir del cuarto.

—Si te sientes mal, si no puedes dormir o cualquier cosa que necesites, puedes ir a tocarnos a la habitación.

—Muchas gracias chicos, de verdad— se despidieron y se fueron del cuarto dejándome sola, cerré la puerta con seguro para que nadie mas me interrumpiera mientras leía la carta.

Tomé aire repetidas veces para calmar mi llanto antes de empezar a leer la carta, porque sabía que desde el primer párrafo mis lágrimas volverían a salir.

Abri la carta.

"Querida Aly:

No se por donde empezar para decirte todo lo que estoy sintiendo en este momento. Se que tu también la estás pasando mal, debes estar lamentándote por lo sucedido, pero tú no tienes la culpa de nada. Estos últimos días fueron los mejores para mí y aunque amo el futbol, amo la emoción, los nervios y la adrenalina antes de meter un gol, me quedo contigo, me quedo con tus besos y tus caricias, no cambiaría nada de lo que vivi estos últimos días.

No menti cuando dije que por ti renunciaría a todo lo que soy, porque nada se compara contigo. Si tenerte a ti significa renunciar al fútbol, lo haría una y mil veces.

Estoy a punto de tomar un vuelo a México para después tomar otro a Tabasco, no se que dirán mis padres, pero no importa, no pienso quedarme con las manos cruzadas, voy a buscar ofertas en otros equipos, quiero tener algo estable para después ir a buscarte y darte lo que mereces, juro que lo haré por ti. Por nosotros.

Pienso esperarte el tiempo que sea necesario para poder estar juntos, espero que me ames tanto como yo a ti para poder esperarme. Lamentablemente me fui antes de poder decírtelo, pero te amo, eres la mejor persona que pude haber conocido.

Recuerda que voy a esperarte. Te esperaría una vida y mil más, Aly.

-Con amor, DL."

Mis lágrimas caían rápidamente, por lo menos sabía que iba a esperarme, eso hacia sentirme un poco más aliviada.

Me dolía demasiado tener que despedirnos de esta manera, me hubiera gustado abrazarlo, decirle lo mucho que lo amo y que quiero estar con él pase lo que pase, pero el hubiera no existe, las cosas ya estaban hechas, iba en un vuelo rumbo a otro continente.

Me levanté de la cama sin ánimos, lavé mi cara y mis dientes, y me acosté en la cama quedando dormida.

Amor prohibido [Diego Lainez]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora