56. Tal vez

692 44 0
                                    

Narra Hector

—¡Hola!— dijeron efusivamente en cuanto abrí la puerta de mi departamento.

—Hola, Frida— le contesté sin ganas.

—Traje palomitas— sonrió. Yo no dije nada, solo me hice a un lado para que pudiera pasar y así lo hizo.

—¿Qué haces aquí?— pregunté sin ser grosero.

—Vengo porque tengo algo importante que decirte— me miró seria, tanto que hasta su tono de voz cambió. La miré atento, su tono no me agradaba.

—Bueno, te escucho— me senté en el sillón e hice una seña para decirle que se sentara.

—Tengo un retraso de un mes— soltó de pronto.

—¿Qué?

—Así como lo escuchas Hector, estoy embarazada. Ayer fui al ginecólogo y me lo confirmó.— tenía que ser una broma, entiendo que estuvimos juntos demasiado tiempo, pero no quería nada serio con ella, mucho menos un hijo.

—¿Y que piensas hacer?

—¿Qué pienso hacer? El problema es de los dos, no solo mío— alzó la voz.

—Si, lo se, pero es tu cuerpo, cualquier cosa que quieras hacer yo te apoyo— esperaba con toda mi alma que quisiera interrumpir el embarazo.

—Lo voy a tener. Más bien, lo vamos a tener— mierda.

No pude evitar pensar en Aly y la emoción que sentí cuando me dijo que estaba embarazada, aunque esa emoción duró tan solo unos minutos.

Sea como sea éste problema ya lo tenía.

Tomé aire pesadamente.

—Esta bien.—no se porqué, pero sentía que el bebé no era mío, a pesar de que siempre tuvimos encuentros, siempre me cuidé y si, se que ningún método es 100% efectivo, pero algo dentro de mí me decía que no era mío.

—¿No te emociona?— sonrió.

—La verdad no, no me emociona en lo absoluto, no quiero tener hijos, pero entiendo que soy tan responsable como tú y no me queda nada más que afrontar los errores que he cometido.

—¿Errores?— se enojó— No puedo creer que hagas esto, y no te preocupes, que no te necesito a ti para sacarlo adelante.— ¿que era lo que estaba ocurriendo? Apenas en la mañana desperté como un hombre libre y ahora tengo a Frida diciéndome que va a sacar adelante a un niño que es "mío".

—Hey, espera— le dije con cansancio, porque aunque no quisiera absolutamente nada con ella, tampoco era justo que la dejara así.— Para mí es un error, si querías que me alegrara y saltara de gusto por la noticia, pues siento mucho decepcionarte, pero eso no lo verás, no quiero nada contigo ni con nadie y me haré cargo del bebé, pero eso a que estemos juntos, jamás ¿entendiste?

—Como quieras— dio media vuelta y se fue dando un portazo.

Estaba muy cansado, pero era un cansancio muy diferente, no como cuando llegaba cansado a casa de algún entrenamiento, no. Era mas bien un cansancio mental, estaba muy agotado, con todo este tema de la boda de Aly y la nueva noticia de Frida que aún no procesaba.

Si tan solo le hubiera dicho que "no" a Frida, nada de esto estuviera pasando, tal vez ni siquiera hubiera terminado con Aly y esta estupidez del bebé no hubiera pasado.

Comencé a llorar, y me sentía estupido por esto, todas mis malas decisiones me llevaron a esto, sabía que era mi culpa, pero aún así no podía desaparecer la impotencia de mi cuerpo.

Fui a la terraza de mi departamento, donde se encontraba un costal de box y comencé a golpearlo repetidas veces con mucha intensidad, era tanta mi impotencia que ni siquiera me molesté en ponerme los guantes.

Seguía pegándole, sin ninguna técnica, sólo quería sacar la rabia de mi cuerpo.

"Estoy embarazada"

"La vi dormida junto a mí"

"Aly es el amor de mi vida y estoy contento de que por fin vayamos a casarnos"

"Tuve un aborto espontáneo, tuvieron que hacerme un legrado porque prácticamente era la vida del embrión o la mía"

Todas esas frases se repetían en mi cabeza una y otra vez, desgarrando cada fibra de mi corazón.

Le pegaba aún más fuerte al costal, hasta que éste cayó. Vi que mis nudillos estaban muy rojos, casi a punto de que les salieran sangre.

Di un grito desgarrador, pero liberador.

Me tumbe en el suelo tratando de calmar mi aliento agitado por los golpes y por las lágrimas. Respiré hondo varias veces hasta que me calmé.

Me sentía dentro de un hoyo negro y hondo donde nadie podía escucharme, ni ayudarme, y la única persona que podía hacerlo, estaba con alguien más, feliz, a punto de casarse y eso era lo que más me mataba.

Tal vez debía dejarla ser feliz con el amor de su vida, tal vez debía viajar a verla y tratar de hacerla cambiar de opinión, tal vez debería resignarme a vivir con este dolor, solo tal vez.

—————————

La esta pasando mal... 👀

Amor prohibido [Diego Lainez]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora