Lamentablemente lunes, antes del trabajo, Inupi y yo estábamos por levantarnos de la cama. Habíamos despertado hace unos minutos atrás, pero quisimos esperar un poco para levantarnos. Él se acurrucó en mi pecho, y empezó a pasar las yemas de sus dedos por mi pecho en suaves caricias. Pensé en lo de Agatha, sintiéndome un poco culpable por ello. A decir verdad, también tengo derecho a enojarme, pero odio enfadarme con ella. Somos mejores amigos desde que yo estuve en Tenjiku, ella siempre me ha apoyado. Cuando discutimos, siento que voy a perder su valiosa amistad y eso me aterra.
Pensaba en que tenía que reconciliame con ella, disculparme, pero no sabía bien cómo lo haría. Agatha se había convertido casi en un pilar una vida, era la familia que había elegido yo mismo, al igual que mi prometido, por supuesto. Ella había sido, de hecho, quien hace un tiempo atrás me hizo notar que estaba enamorado de él.
Pero esa es una historia distinta, ahora tenía que enfocarme en no seguir arruinando mis relaciones personales.
—Koko, ¿estás bien? —Inupi me sacó del trance. Decidí que iba a contarle lo que pasó, pues él yo somos una pareja y compartir nuestras cosas era fundamental. Además, necesitaba de sus consejos y su consuelo.
—Inupi, huh... —Lo miré a los ojos, para por fin contarle lo que había pasado— El otro día dicutí con Agatha porque no quise salir con ella, para quedarme contigo. Ambos nos enfadamos por eso, pero ahora que lo analizo es una tontería... ¿Qué debería hacer?
Inui me miró, acariciando sutilmente mi cabello. Parecía siempre tan sereno, que me calmaba a mí también.
—Creo que simplemente deberías hablarlo con calma con ella, sin que ninguno de los dos vuelva a enfadarse —me dio un pequeño beso en los labios—, creo en cómo has mejorado de todas las situaciones tensas que hemos vivido, y que has aprendido de ellas. Tú también deberías confiar en ello, cariño.
—¿Qué pasa si me enfado? A veces mi temperamento es peligroso, ¿sabes?
—Confío en que lo arreglarás, sólo debes mantener la calma.
—Definitivamente,debo intentar aprender más de ti.
Inupi se acercó a mí y nos besamos, un corto beso que me motivó a seguir mi día con más ánimo que antes.
—Debemos ir a trabajar, Koko. Levantémonos antes de que nos volvamos a quedar dormidos.
—Sí, tienes razón.
◇◇◇
En el trabajo, me puse a pensar en Inui como un maldito adolescente enamorado. ¿Qué habría hecho él en mi lugar, en una situación como esta? Pensé en que es mi complemento, que a veces somos contrarios y otras veces muy compatibles, que juntos creamos armonía. Sonreí, al pensar en sus besos... Al pensarlo a él en general. Sus manos tocándome, sus ojos mirándome...
El sonido de la puerta y por consiguiente la entrada de alguien a mi oficina me sacó abruptamente de mis pensamientos, o quizá más bien me despertí de haber estado soñando despierto durante un considerable rato. Era Agatha, me miró un poco angustiada, y supe que se había estado sintiendo quizá tan mal como yo.
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Las 46 razones por las que te amo. | Kokonupi, TokRev.
Fiksi Penggemar―Koko, ¿por qué me amas? La pregunta de Inupi resonó unos días en la cabeza de Kokonoi, puesto que solo supo contestar con un balbuceo. Ese día, Kokonoi empezó a escribir las 46 razones de por qué amaba a su querido y fiel compañero, cada día tenía...