Razón número treinta y dos.

405 48 9
                                    

Ambos ya estábamos en casa, yo estaba de muy buen humor, pero Inui no se veía en la misma sintonía que yo. Probablemente no había tenido el mejor de los días en el trabajo, por lo que yo pretendía animarlo de alguna u otra manera. Hoy era un día diferente para mí, un día mejor, incluso. Era un día martes, pero salir con él para tener una cita era algo que definitivamente quería hacer.

Quise que antes de cualquier cosa preguntarle si todo estaba bien, si necesitaba hablar conmigo de lo que seguramente le había pasado el día de hoy.

―Inupi ―él estaba a punto de cambiarse de ropa a algo más cómodo para estar en casa―, espera, cariño. ¿Queres hablar? ¿Pasó algo? ―le pregunté con calidez y denotando empatía. Él se volteo a mirarme, con la camisa a medio desabrochar.

Él suspiró, esbozó una débil sonrisa y se acercó a mí, se sentó y dirigió su mirada hacia mí.

―Tuve un mal día. No porqueme hubiese pasado algo malo, no. Sino porque siento que estoy algo agotado a veces, hoy simplemente estaba desganado.

Me senté al lado de Inui, él no apartó su mirada de mí. Le sonreí, y pasé una mano por su suave cabello. Él cerró los ojos, disfrutando del tacto, como si lo hubiese necesitado durante todo el día. probablemente era así.

―Necesitas distraerte un rato ―le dije, con convicción. Él me miró como si hubiese dicho algo extraño, y negó con la cabeza. A decir verdad no podía dejarlo irse a dormir estando así de desganado, todos merecemos irnos a dormir estando felices―. Vamos al cine, solo tú y yo en los asientos de atrás.

―Koko, me gustaría quedarme en casa leyendo ―una parte de mí quiso respetar su decisión, pero otra parte de mí se sentía como un niño, y quería salir igualmente al cine porque me hacía ilusión. Y la parte más importante de mí, quería que Inupi se distraiga y sea feliz hoy, quería ser yo quien lo haga feliz.

―Inupi... Vamos, de verdad será divertido, te lo prometo. ―Le sonreí levemente. Nos miramos unos segundos, y supe que él lo estaba meditando y por consiguiente, lo estaba considerando seriamente.

Suspiró y volvió a esbozar esa débil sonrisa.

―Está bien, vamos.

―Heh, Inupi, cariño... ―aproximé mi cuerpo al suyo, él se quedó quieto y nervioso, me acerqué a su oreja para susurrarle― Te amo porque siempre cedes por mí.

Él se estremeció y yo por mi parte sonreí satisfecho al lograr todos mis cometidos por hoy. Tenía algo planeado para esta noche en el cine.

Fui al ordenador y lo encendí, mientras él buscaba algo que ponerse en el clóset. Se puso un suéter de cuello alto holgado de color azul marino y unos pantalones negros, junto a unos tacones negros. Se veía para comérselo, si se me permite sinceridad absoluta.

Compré las entradas y me cambié de ropa, me puse una sudadera negra y unos pantalones blancos, junto a unas vans de color negro.

―Compré los asientos de atrás, como te dije ―le sonreí en una expresión traviesa y "maliciosa". Él se sonrojó un poco porque sabía lo que se le venía...


◇◇◇


(TW: Relaciones sexuales, erotismo).

Estábamos ya en el cine, viendo una película americana de acción que se había estrenado hace poco. Inui estaba concentrado viendo la misma, ya se nos habían acabado los aperitivos pues habíamos comprado poco, a Inui le gustaba cuidar su cuerpo, no comer cualquier cosa mientras ve algo. Y yo estoy de acuerdo con ello y hago lo mismo.

Pasé mi mano lentamente por su muslo, mientras pretendía ver la película. Sí, había planeado venir para tener relaciones con él en un lugar público. Me había asegurado de que no hubiesen niños alrededor, así que todo estaba bien. Supongo.

Noté que el cuerpo de Inupi se tensó por mi tacto, y decidí seguir subiendo la mano hasta tocar su miembro y empezar a manosearlo por sobre su ropa. Giré mi cabeza hacia él para mirarlo disimuladamente, su expresión me fascinó. Se estaba mordiendo levemente el labio inferior, mientras sus mejillas estaban ruborizadas. 

Quería darle una emoción distinta al asunto, quería que la adrenalina corriera por nuestros cuerpos, sin terminar por mal acostumbrarnos a ello, claro. Quería hacer feliz a mi chico de cualquier manera, y no voy a mentir, yo estaba deseoso de hacerlo en algún momento.

Sentí que su miembro estaba teniendo poco a poco una erección, miré a ambos lados para asegurarme de que nadie estuviese incordiando nuestro momento luego bajé el cierre de su pantalón.

Inui cubrió su boca con su antebrazo para no soltar ningún gemido, y luego fingió un bostezo para que nadie sospechara ni atrayese la atención de algún curioso que de reojo pudiese captar algo.

Seishu se veía tan excitado y nervioso, que simplemente quería complacerlo. Disimuladamente, me agaché y me puse frente a él, de rodillas y lo miré con una sonrisa pervertida.

Saqué su miembro de su pantalón, y escuché una risotada que me hizo voltear, seguido de un "shh"... Volví a lo mío al momento en que supe que no tenía que ver con nosotros.

Le di una lamida e Inui se sobresaltó, mordiendo su labio para evitar gemir. Al parecer él también se había asustado pensando que nos habían atrapado por un microsegundo. Continué estimulándolo con la mano y con la lengua, pasando por su glande. Él jadeaba levemente, estando sonrojado y a mi merced.

Me encanta verlo así. Sólo mío.

Metí su miembro a mi boca y empecé a chuparlo, usando la lengua para estimular a la vez que succionaba un poco su miembro. Inupi casi gime, por lo que fui despacio al principio, aumentando mis movimientos poco a poco. Él jadeaba disimuladamente, mientras yo sentía la adrenalina de estar en un lugar público haciendo este tipo de cosas, con el temor de ser sorprendido, pero a la vez con placer y satisfacción, de alguna manera.

Él llevó sus manos a mi cabeza después de un momento de estar en el acto, me empujó hacia él y se corrió en mi boca. Afortunadamente, había estado muy bien preparado para ese momento, y llevé papel higiénico. Limpié donde hubo que limpiar y me volví a sentar en mi asiento.

Lo miré, y nos sonreímos con complicidad. No habíamos sido atrapados.


-------------------- 

-くんね en Twitter.

N/A:

Debo confesar que me siento como Ran; dormí dos días seguidos- Me quedan mil y un cosas pendientes, pero, ¿me arrepiento? Claro que no. Les aconsejo que le den a sus cuerpos los descansos que merecen, no terminen colapsando como yo.

Y díganme, ¿les gustaría que les quiten el mal humor como Koko a Inui? (?

Las 46 razones por las que te amo. | Kokonupi, TokRev.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora