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Después de su última charla con el pelinegro Jimin no había podido dejar de pensar en lo que le había confesado.

Jungkook escuchaba a su madre, en su cabeza.

Esto abría un sinfín de posibilidades más sobre lo que podría estar pasándole al chico.

En un principio cuando lo conoció y la familia Kim le contó un poco sobre la historia de los Jeon había estado seguro de que el problema en el habla y la falta de herramientas para socializar de Jungkook eran resultado del trauma que le causó el abandono de su madre a tan corta edad.

El tartamudeo o la personalidad introvertida del pelinegro que todos le habían descrito podían mejorar notablemente con un buen apoyo psicológico, llevaría tiempo pero no era algo imposible de lograr.

Luego de las primeras interacciones con él había estado casi seguro de que el chico tenía alguna especie de retraso madurativo, por su inocencia y forma de juego tan infantil, luego había pensado en que podía ser autista.

Pero Jungkook le había sorprendido, demostrándole poco a poco todo lo que sabía y podía hacer. Como se desenvolvía seguro cuando estaba haciendo cosas que le gustaban, como trabajar en el jardín por ejemplo. Lo había visto manejarse perfectamente en la cocina aquella mañana en la que desayunaron juntos. Habían charlado muchísimo todas las últimas noches, a veces le costaba un poco encontrar las palabras para expresar algunos sentimientos o tartamudeaba pero eso no había sido un obstáculo entre ellos. Jungkook era inteligente, divertido e incluso algo coqueto también.

Le hacía poner colorado cuando de la nada le halagaba diciéndole que estaba bonito o que le gustaba mucho su compañía.

Si era inocente en algunos aspectos y terriblemente tierno pero no como había creído en un principio.

Jimin ahora se sentía algo perdido. Necesitaba investigar y descubrir que era lo que realmente estaba pasandole al pelinegro.

No pudo evitar conectar lo que Jungkook le había confesado con la palabra esquizofrenia.

Escuchar voces era uno de los síntomas más característicos de esa enfermedad.

De ser así debería estar en tratamiento, probablemente medicado pero nunca le había comentado nada al respecto.

Cuando por la tarde le contó a su mamá por teléfono todas estas preocupaciones que le abrumaban ella simplemente le aconsejo que le pregunte a Jungkook de forma directa.

Eran amigos, el mismísimo pelinegro se lo había dicho así que podía tomarse el atrevimiento de preguntar cosas más privadas.

Sería más fácil ayudarlo sabiendo exactamente que era lo que tenía.

También aprovechó la llamada con su madre para pedirle que le envie por correo aquel celular viejo que había dejado en su antigua casa. No era un aparato increíble pero funcionaba y serviría de maravillas para mantenerlo comunicado con Jungkook durante el día a través de mensajes.

Además tenía cámara, una de poca calidad pero para lo que la necesitaban serviría de maravillas.

(...)

Cuando la noche llegó lo encontró ansioso nuevamente por volver a estar con Jungkook aunque sea un rato.
Tenía que ser paciente y esperarlo ya que a veces se demoraba un poco más en salir.

El señor Jeon solía dormir temprano pero había días en los que le costaba conciliar el sueño, según le había comentado Jungkook, y tenía que esperar pacientemente a que el pelinegro escapara a hurtadillas y saltara la cerca para acompañarlo.

Fix you ✨Completa✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora