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Jimin volvió a la casa Kim muy emocionado por la "cita" con Jungkook, claramente no era una cita romántica ni mucho menos pero al rubio le gustaba pensar que si.

El solo hecho de pasar un momento más con el pelinegro le hacía ilusión así que estaba contento.

Repasó unos apuntes de la Universidad mientras esperaba que la cena estuviera lista, también charló con su mamá por teléfono un rato. Ella le contó de su nuevo grupo de pacientes y Jimin sobre su interacción de la tarde con el hermoso vecino.

Cuando Na-Ra lo mandó a buscar con Tae para cenar bajó dando saltitos de alegría por la escalera.

Como cada noche al terminar de comer se dedicó a lavar todos los platos y mientras lo hacía espiaba con ansiedad a través de la ventana para poder ver a Jungkook.

El pelinegro no estaba allí bajo el rosal como solía hacer.

Jimin no pudo evitar fruncir su rostro con preocupación y un poco de desilución.

- estuvo ahí hace un rato- dijo la señora Kim asustandolo sin querer- mientras preparaba la cena lo ví- agregó.

- ahh- respondió el rubio y algo deprimido continuó su labor, ya con menos energía claro.

Sólo esperaba que más tarde el vecino saliera y al menos intercambiar algunas palabras con él.

Verlo tan retraído esa tarde le había dejado un mal sabor. Una sensación extraña, que todavía no comprendía del todo.

(...)

Las noches cada vez se ponían más frías pero eso no impediría que Jimin disfrutara de ellas, así que allí estaba sentado en el pasto con la espalda apoyada en la cerca que separaba la casa Kim de la casa Jeon.

Había salido todavía con la ilusión de ver a Jungkook rondando por el patio vecino pero lamentablemente no había sucedido.

Resignado se sentó a tomar aire fresco mientras revisaba en su celular las últimas fotos que su mamá había subido a Instagram. Por teléfono ella ya le había contado y le había dicho que esperaría sus corazones como siempre.

Las fotos hicieron reír al rubio, su mamá definitivamente era única.

En la imagen podía ver un grupo de personas sentadas como indio en el salón de su antigua casa, que ahora se utilizaba cómo aula para dar clases, todos sonrientes posando para la cámara y en el centro de todos ellos su madre, pero ella no podía tomarse la foto sentada como todos los demás, claro que no, ella estaba realizando una pose de yoga en la cual tenía su cuerpo en forma de V invertida, con la cabeza mirando el suelo y el trasero hacia arriba en todo su esplendor.

Amaba tanto a esa mujer maravillosa, no podía esperar a tener un fin de semana libre de tareas para ir a visitarla y llenarla de besos.

Estaba sumergido en esos pensamientos cuando escuchó una puerta abrirse y cerrarse delicadamente. Dejó el celular sobre el césped y elevó la cabeza por sobre la cerca para espiar.

Jungkook se acercaba a él de manera sigilosa y con una enorme y hermosa sonrisa en sus labios.

En pijama y descalzo, claramente había salido a escondidas otra vez.

Jimin se puso de pie cuando el pelinegro estuvo pegado a la cerca.

- creí que ya no venías - dijo feliz de haberse equivocado.

- mi p-papá no se d-dormía- respondió el contrario entre risas.

Jimin quería estar aún más cerca de Jungkook, y la cerca en medio le molestaba así que sin calcular muy bien intentó cruzar sobre ella pero falló en el intento. A pesar de no ser tan alta requería cierta habilidad para poder saltarla.

Fix you ✨Completa✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora