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—¡Mami! ¡Mamiiii!— lloriqueó el pequeño cuando su papá intentó separarlo de ella, sus manos se aferraron al cuerpo inerte de la mujer por todo el tiempo que pudo.

—¡Shhh! ¡Mami está muerta y es por tu culpa! — gritó el hombre enfurecido mientras lo hacía a un lado— si seguís llorando vas a terminar como ella ¿Entendés? Cerrá la maldita boca y no la vuelvas a abrir nunca más— dijo amenazante y el niño simplemente se tapó la boca asustado, tragándose todos los sollozos que tenía acumulados en la garganta.

— Pensaban irse de viaje sin mi ¿Cierto? Bueno vamos a darle el gusto a mamá— exclamó para luego salir de la habitación por unos minutos.

Al volver trajo consigo una de las maletas que Hanna había preparado, Jungkook la había ayudado a guardar sus cosas, su ropa y algunos de sus juguetes favoritos aquella tarde.

La vació completa y se dispuso a acomodar el cuerpo de la mujer allí adentro.

El pequeño pelinegro observó aterrorizado como la levantaba del suelo y la metía con dificultad, las piernas y los brazos sobresalían por los lados.

Cubrió sus orejas y cerró fuertemente sus ojos cuando el primer "crack" retumbó en el living.

Luego otro... y otro.

Retrocedió a ciegas hasta chocar con algo y entonces se deslizó hasta estar sentado en el piso.

Repitió en su cabeza los nombres de todas las flores que conocía, todas aquellas que su mamá le había enseñado.

Rosa, margarita, lirio, cerezo, azucena...

Quería concentrar su mente en eso y no en el ruido que hacían los huesos de su mamá al romperse.

Narciso, lavanda...

(Crack)

Petunia, jazmín...

(Crack)

Jungkook abrió los ojos cuando aquellos sonidos horribles cesaron.

Se arrepintió al instante de haberlo hecho, volvió a cerrarlos y cubrirlos con sus manos en puñitos.

Fue solo un segundo pero lo suficientemente largo como para que la imagen de su mamá doblada de forma inhumana dentro de aquella maleta se quedara grabada para siempre en su memoria.






(...)

El pelinegro había entrelazado sus meñiques dándole a Jimin la recarga de energía que necesitaba.

Ese pequeño gesto había sido el comienzo de muchos más.

Jungkook seguía sin hablar pero ahora tomaba su mano mientras escuchaban música juntos y también lo miraba a los ojos cuando le contaba sobre su día en la universidad o los planes que tenía para ambos cuando por fin le dieran de alta.

Era un avance enorme, al menos sabía que lo escuchaba y que comprendía lo que pasaba a su alrededor y eso no era poca cosa.

Los días siguieron pasando uno tras otro y cuando menos lo esperó Jungkook lo sorprendió abrazándolo.

Jimin había reprobado un final y estaba algo triste,  mientras se lo contaba sentado a los pies de la cama no había podido evitar llorar un poco ya que sentía que nunca lograría graduarse si continuaba de esa manera. Un poco avergonzado de sus propios sentimientos se había girado en dirección a la puerta dándole la espalda para ocultar sus lágrimas.

Fix you ✨Completa✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora