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Jimin se sentía muy cansado, se había dormido bastante tarde y hubiera seguido descansando por algunas horas más de no ser porque algo o alguien no dejaba de molestarlo.

Al abrir sus ojos todavía adormilados, lo primero que vio fue el dedo de Jungkook sobre su cara, tocando la punta de su nariz sin parar como si fuera la bocina de un auto. Las risitas bajas del pelinegro le hicieron sonreír también a pesar del sueño que tenía.

Giró su cabeza un poco hacia los lados buscando al culpable de su despertar, Jungkook estaba sentado en el suelo a su lado mirándolo muy divertido.

—Buen día Kookie— habló bajito el rubio.

Solo recibió más risas en respuesta.

Se incorporó sobre el colchón para poder desperezarse estirando sus brazos en lo alto.

— ¿Dormiste bien?— preguntó luego al pelinegro que simplemente asintió con su cabeza.

Jimin revisó la hora en su celular que estaba sobre la mesita, eran las ocho de la mañana, demasiado temprano para sus neuronas domingueras pero no le diría eso a Jungkook que lo miraba tan contento.

— ¿Querés desayunar?— preguntó luego y recibió otra afirmación del chico.

Así que se levantó y juntos sin necesidad de hablar acomodaron las mantas y almohadones sobre el sillón para después ir a la cocina.

Jimin sacó dos tazas y las dispuso sobre el desayunador, estaba a punto de abrir la heladera para buscar la leche cuando la mano de Jungkook lo detuvo.

— Y-yo lo hago— dijo y el rubio algo sorprendido se hizo a un lado.

—¿Tomas c-café?— preguntó luego.

— si, con un poco de leche— respondió Jimin.

—Yo t-también—

Lo observó preparar el desayuno para ambos completamente sorprendido y embobado. El chico se movía en la cocina con seguridad y se notaba que sabía lo que estaba haciendo.

Finalmente se sentaron juntos a disfrutar de la tranquila mañana. Todos los demás seguían durmiendo y dudaba que se despertaran pronto, al menos no Taehyung que solía aprovechar cualquier momento libre para dormir.

— está todo muy rico— halagó Jimin— ¿Te gusta cocinar?— preguntó ilusionado por escuchar la voz de Jungkook otra vez.

El pelinegro asintió.

—s-si... P-pero mi papá n-no me deja— dijo algo apenado el pelinegro.

—¿Por qué?—

Jungkook bajó la mirada a su taza pensativo, buscando las palabras para responder, hacía mucho tiempo que no hablaba tanto con alguien.

— p-piensa que s-soy tonto— fue lo que respondió finalmente.

El corazón de Jimin se estrujó un poco al escucharlo decir aquello.

— no creo que esa sea la razón Kookie— Intentó consolarlo— seguramente solo lo hace para cuidarte.

Una sonrisa triste y resignada se formó en la cara Jungkook.

—¿qué te parece si un día de estos venís y cocinamos juntos?— propuso el rubio con entusiasmo, quería volver a verlo sonreír en grande mostrando sus hermosas paletas de conejo.

El pelinegro levantó la mirada y sus ojos brillaron con ilusión. Asintió felizmente.

— También podemos terminar de ver las otras películas de Harry Potter, Tae nunca quiere verlas conmigo— agregó Jimin entre risas. Su mejor amigo realmente odiaba toda la saga y convencerlo para ver alguna era un arduo trabajo.

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