Ninguno de los dos pudo pegar un ojo esa noche pensando en lo sucedido.
Cuando Damián vio que la luz del amanecer se comenzaba a asomar por su ventana, se pregunto si sería muy temprano para llamarle, y lo era, así que decidió tomar una ducha. Toda la noche le dió vueltas a lo sucedido, no estaba seguro de lo que había pasado, pero de lo que sí estaba seguro era de que lo averiguaría, definitivamente quería volver a verla lo más pronto posible, al salir de la ducha no pudo resistir más las ganas y marcó los números de aquel papel que ella le había entregado y que atesoro como si fuera lo más preciado. Mientras sonaba el ruido de espera, se cuestionó, ¿estará durmiendo?, pero sus pensamientos fueron interrumpidos por su voz al otro lado del teléfono:
~¿Hola?~
~¡Anya!~ dijo emocionado como si por algún momento hubiera dudado de que no había marcado el número correcto
~¿Te desperté?~ continúo
~No, estaba saliendo de la ducha~
~Que bien, ¿Ya desayunaste?~
~No~
~¿Te gustaría desayunar conmigo?~
~Me encantaría~
~¡Bien! Juntémonos en el café frente a la plaza de Viereck en 30 minutos~
~Ok, Nos vemos~
Damián colgó, estaba emocionado, se apresuró a vestirse y salir, le pidió a su chófer que lo llevará hasta allí, en auto llegaba en 20 minutos, mientras iba de camino pensó que fue muy descortés al darle tan poco tiempo para llegar hasta allí, ¿dónde viviría ella?, ¿cuánto tardaría en llegar?, Y es que las ganas de verla lo hicieron actuar por impulso y sin pensar, se bajó del auto y la vio allí, estaba fuera esperándolo, su cabello aún estaba húmedo y lo llevaba suelto, vestía una falda, una blusa y un abrigo, se veía hermosa, cruzaron sus miradas y ambos se sonrieron:
~Llegaste rápido, ¿esperaste mucho? Perdón te dije 30 minutos sin pensar en la distancia~
~No te preocupes, vivo aquí cerca~
~¿Te parece que pasemos?~
Entraron, se sentaron en una mesa y los atendieron enseguida
~Pensé en este café porque aquí sirven un pastel con crema de maní exquisito, creí que te gustaría~ sonrió
~Entonces eso ordenaré~ le devolvió la sonrisa
Cuando les trajeron su orden, Damián la miraba atento que probará el pastel que le sugirió, y su reacción lo hizo soltar una carcajada:
~Pareces una niña~ la molestó al verla comérselo con tanto entusiasmo
~¡Es tú culpa por sugerirme algo tan delicioso!~ protestó
Ambos rieron, los dos actuaron como cuando eran niños y tenían esa dinámica de molestarse mutuamente.
~Oye dime, ¿Sigues en contacto con Emil y Ewen?~
~Sí, aunque todos estamos muy ocupados con nuestras cosas, nos hacemos del tiempo para poder reunirnos de vez en cuando~
~¡Me alegro!~
~Oí que fuiste la dama de honor en la boda de Becky, supongo que siguieron en contacto~
~¡Oh Si!, Becky siempre viajaba a visitarme a Westalis en las vacaciones, y nos hacíamos llamadas todo el tiempo, luego de la boda se fue de luna de miel y al regresar nos volvimos a juntar, pero últimamente he estado ocupada así que no nos hemos visto~
~Claro, a estado ocupada con su noviazgo~ pensó Damián volviendo a su expresión seria, quería preguntarle sobre eso pero a la vez no quería saber nada, lo mejor sería no sacar el tema para no tener que arruinar el momento.
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Casi algo | DamiAnya
FanfictionCuando las circunstancias se anteponen a los deseos, las infinitas posibilidades de lo que pudo ser se van colando en la piel dejando grietas dolorosas, a veces llegan a herir hasta lo más profundo del corazón, algunas se curan con el tiempo y hay o...