[No fue un error]

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Los días habían transcurrido con normalidad, Anya mejoro bastante en sus clases de matemáticas con Damián, no así en las clases normales, no lograba entender absolutamente nada de lo que el profesor decía, Damián la observada, cómo incluso se inclinaba para dormir apoyada sobre la mesa. Una vez terminada la clase, éste le fue a reclamar por estar durmiendo:

~¡Con razón no entiendes nada, solo te dedicas a dormir!~

~¿Cómo lo haces Segundo?, Cuando me lo explicas tu parece tan sencillo, más al profesor no puedo entenderle nada~ respondió con una cara aún adormilada.

Damián solo se fue siguiendo a sus amigos quienes lo estaban esperando en la puerta.

Becky apresuró a su amiga para salir del aula.

Los rumores acerca de que Damián ayudaba a estudiar a Anya corrieron deprisa, El muchacho a estás alturas era bastante popular entre las mujeres de Edén no solo las de su curso, era reconocido entre ellas como un chico frío y seco con todas, así que era muy difícil acercarsele, pero Anya lo hacía con total descaro, ¿Cómo se atrevía? Ella que era tan solo una plebeya.

Anya estaba acostumbrada a los malos tratos, que la menospreciaran, que dijeran todo tipo de cosas de ella, pero a decir verdad esto había disminuido con el paso de los años, si bien no podía considerar a nadie amigo más que Becky, parecía haber logrado llevarse bien con sus compañeros, ella siempre que podía les ofrecía su ayuda, era colaboradora y amable, sin embargo en los últimos días a estado escuchando  pensamientos en su contra, murmullos y desprecios sobre todo por parte de otras chicas de su curso, y todo por el simple hecho de estudiar con Damián.

~¿Habrá sido un error pedirle su ayuda?~ pensó
~aunque es verdad que me ha servido muchísimo, además de conocer otra faceta de Segundo, hasta podría decir que ya no lo detesto... Tanto~ reía para sus adentros porque sabía que incluso disfrutaba los momentos en los que estaban juntos, últimamente se olvidaban por completo de estudiar y conversaban cosas de su día a día, bueno era más ella la que hablaba pero aún así era divertido:

~No, no fue un error~ sentenció.

Cuando se olvidaban de estudiar, Damián la escuchaba atento y de vez en cuando hacía comentarios sobre lo que ella le contaba, y reían juntos de sus desgracias, esto lo permitía ya que verdaderamente Anya había mejorado, cuando él le enseñaba ella lo aprendía rápidamente y cuando algo le costaba, ella se disculpaba todo el tiempo, se esforzaba por entenderlo, lo veía en su expresión porque era de concentración absoluta. Era agradable estar con ella, se sentía tranquilo, las personas siempre se acercan a él debido a su apellido, ya que incluso después del escándalo que finalizó en la absolución de su padre, seguían manteniéndose como la familia de renombre que siempre habían sido. Con Anya se sentía distinto, ella era sincera, lo notaba en su forma de hablar, de actuar, o eso es al menos lo que él quería pensar. Quizás cuando eran niños lo podía dudar, debido a su insistencia, pero viéndola, y escuchándola ahora, era honesta, nunca se molestó en elogiarlo cómo los demás, de hecho era al contrario, al parecer disfrutaba de fastidiarlo tanto como él disfrutaba haciéndola enfadar, era distinto, era agradable.

No pasaron desapercibidos los comentarios que decían sobre Anya debido a que él le "prestaba atención":

~¿Le estaré causando problemas?, ¿Cómo se sentirá con respecto a lo que andan diciendo?, Espero que no la atormenten más allá de simples comentarios~

Ya habían dado los exámenes y hoy entregaban los resultados, Anya estaba ansiosa, si bien se sentía segura de varias de sus respuestas, habían otras de las que dudaba, nunca había sacado más de 40 en esta clase así que esperaba que le fuera mejor que eso para que Damián no sintiera que había perdido su tiempo con ella.
Cuando le entregaron su examen, lo primero que hizo Anya fue girarse para encontrar la mirada de Segundo y mostrarle su calificación con una sonrisa de absoluta felicidad, fue todo un logro para ella, 87 observó Damián y le respondió con una sonrisa llena de orgullo por lo que había conseguido.

Casi algo | DamiAnya Donde viven las historias. Descúbrelo ahora