El boom de los romances se había desatado, eran todos unos adolecentes llenos de hormonas y curiosidades al fin y al cabo, Damián no sabía en qué momento pero Ewen ya tenía novia.
A él claro que hace tiempo se le declaraban casi a diario, pero no le interesaba, algo así solo lo distraería de sus obligaciones, más ahora que le iban a dar su octava Stella, aunque no se sentía para nada orgulloso, tardo mucho más de lo que hubiera querido, y es que, en Edén las cosas no eran tan fáciles, cada vez era más difícil conseguir una Stella, aún así, nadie podría dudar de cuánto había merecido y ganado cada una de ellas, una vida escolar rindiendo en la excelencia académica, Damián era bueno en prácticamente todo, se esforzaba a diario para ello, ahora por fin se convertiría en un imperial.
Al terminar la ceremonia donde le entregaron la última Stella y su capa imperial, todos se le acercaron a felicitarle, decirle todo tipo de elogios, al caminar por los pasillos alumnos de otras casas lo felicitaban, a muchos ni siquiera los reconocía, sus amigos caminaban orgullosos a su lado, más de lo de costumbre, él no se sentía de esa manera, y mientras avanzaba el día hasta se sentía molesto, ¿Por qué ella era la única que no lo felicitaba?, ¿Por qué siempre encontraba la forma de hacerlo enojar?, ¿Por qué lo obligaba a pensar en ella cuando no quería hacerlo?, ¿Por qué siempre sentía esa distancia entre ellos? No importaba lo que pasará siempre volvían a dónde empezaron, ¿Por qué eso le molestaba tanto? -suspiraba- había estado engañandose, pero por más que trataba de dejar de pensar en ello cada cierto tiempo esa sensación volvía, al verla o con el simple echo de escuchar su nombre. Pero era imposible, absurdo, ¡debía ser realista!.
Al terminar las clases Damián debía dirigirse al salón de los imperiales, sus amigos lo querían acompañar pero se vieron interrumpidos por Becky:
~Ewen tu novia te busca, dijo que te está esperando, y, Emil ¿Puedo hablarte algo un momento?~
Los amigos se separaron, dejando a Damián caminado solo hacia su destino, se sorprendió cuando al girar por un pasillo se encontró con Anya quien al parecer lo esperaba.
~¡Segundo!~ dijo con una sonrisa
~Quería felicitarte por haberte convertido en un imperial, pero no quería hacerlo en frente de todos~
~toma~ estiró sus manos con una cajita en ella.
~No es mucho, son unas galletas que hice anoche, ¡sabía que lo conseguirias! Debes estar contento, no te quito más tiempo, ¡suerte!~ lo último lo dijo alejándose rápidamente.
El corazón de Damián latía con fuerza, se quedó sin palabras porque lo había tomado por sorpresa, se quedó parado ahí mismo por algunos segundos, tratando de calmarse mientras miraba la cajita entre sus manos. Cuando reaccionó prosiguió con su camino, se presentó ante los demás imperiales, hizo todo lo que tenía que hacer allí que al parecer no era poco, hasta que por fin se dirigía hasta su dormitorio, sonreía solo al mirar la dichosa cajita, cuando la abrió río aún más tapándose la boca para que no lo escucharán, las galletitas estaban decoradas con su cara enojada caricaturizada, 8 con forma de Stellas y otras con un intento de grifo, aunque trato de no ser escuchado, sus amigos se acercaron a su cama para ver qué era lo que hacía reír tanto a su amigo:
~¿Quién le dió eso Lord Damián?~ preguntaba uno con una sonrisa maliciosa
~¿Hay algo que nos está ocultando?~ decía el otro
~¡Si que pudo capturar su escencia con esta!~ reía mientras tomaba la que era con su cara
~¡Se ven deliciosas! Compartirá con nosotros ¿No es así?~
~¡Claro que no!~ dijo mientras le quitaba la que aún tenía en la mano Ewen
~¡Son mías!~ se las empezaba a comer
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Casi algo | DamiAnya
FanfictionCuando las circunstancias se anteponen a los deseos, las infinitas posibilidades de lo que pudo ser se van colando en la piel dejando grietas dolorosas, a veces llegan a herir hasta lo más profundo del corazón, algunas se curan con el tiempo y hay o...