[Destino]

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<<Nunca llegamos tarde a donde realmente nos están esperando>>


Al fin era el día de la boda, el día tan esperado por ambos, era como estar viviendo en un sueño del que no querían despertar jamás.

Han pasado muchas cosas, desde el momento en que se conocieron hasta ahora, han tenido que superar un sin fin de obstáculos, incluso la barrera del tiempo y la distancia, pero es que definitivamente entendieron que nunca puedes alejarte de alguien a quien amas, aunque te vayas.

Comprender que cuando estás destinado a alguien, cuando el amor es real, no importa cuánto tiempo pase, porque la conexión que comparten es inquebrantable.

Ese día amanecieron juntos, con una sonrisa en sus labios, hoy era el día.

Ambos tomaron caminos separados, tenían mucho que hacer cada uno por su cuenta, no se volverían a ver hasta encontrarse en el altar.

Era un día soleado, casi no habían nubes en el cielo, solo un azul resplandeciente, era tan claro como los sentimientos que inundaban a la pareja que hoy contraeria matrimonio.

Las personas encargadas de la decoración del lugar, seguían las órdenes específicas y estrictas que fueron dadas por Anya y Damián, ambos querían que el lugar luciera impecable, vendrían personas importantes, gente ligada al gobierno, socios de alto prestigio, pero los más importantes sin duda eran las personas que habían sido testigo de su romance, aquellos que los apoyaron para estar juntos, quienes sufrieron junto con ellos su separación, quienes se alegraban más que nadie de que esté fuera no el desenlace, si no el comienzo de su nueva historia, una dónde solo exista felicidad a partir de ahora, y que en las tempestades con su compañía solo se fortalezcan el uno al otro, así como había sido hasta ahora.

Los invitados comenzaban a alistarse, las mujeres con sus vestidos, sus maquillajes y sus peinados, los hombres con sus trajes y sus perfumes. Para nadie fue extraño recibir el sobre con la invitación, los que habían podido compartir con ambos no podían pasar desapercibido que desbordaban amor, y los que no ya habían oído los rumores:

~Por fin el menor de los Desmond sentará cabeza~

~Hasta que llegó la mujer que pudo domarlo~

Eran las cosas que decían sobre Damián, de Anya decían cosas como:

~Ya era hora, por su edad ya debería de haberse casado~

~Luego de lo de Liam creía que nadie se atrevería a desposarla~

No eran los mejores comentarios pero sin duda todos estaban de acuerdo en una cosa, se alegraban de que ambos contrajeran matrimonio y les deseaban lo mejor para su futuro juntos.

Yor estaba contenta, su niña estaba feliz y segura de lo que estaba haciendo, Loid por su parte tenía sentimientos encontrados, sabía que Damián era un buen tipo, pero por otro lado esto era la prueba definitiva de que su pequeña ya no era suya y tampoco era pequeña, ¿Cómo paso tan rápido el tiempo?, Pensar que la adoptó por una misión y aunque al principio trato de engañarse tratando de no involucrar sentimientos, termino rendido ante el amor incondicional que deposito en él una indefensa niña que no hizo más que, junto con Yor, llenar su vida vacía de algo a lo que había renunciado tener... Amor, una familia, calidez de hogar, recordaba lo feliz que fue al verla crecer, lo orgulloso que estaba de la persona en la que se convirtió, confiaba en ella y en sus decisiones, tenía la certeza de que esto era lo que quería con todo su corazón, así que la apoyaría y no importa lo que pase en el futuro, él siempre estaría ahí para ella.

Becky por su parte tenía un sentimiento agridulce que la acompañaba, obviamente estaba feliz por su amiga, ella más que nadie entendía sus sentimientos, todo lo que tuvieron que pasar, todo lo que tuvieron que sufrir, cuando de niña soñaba con este día, como ingeniaba planes para juntarlos a ambos, como pese a que todos pensaban que se odiaban, ella pudo notar que en el fondo estaban tratando de ocultarse su cariño, como se frustraba al ver que sus cuerpos pedían a gritos encontrarse y aún así fueron capaces de decirse adiós, como se sorprendió al enterarse que incluso después de tantos años los sentimientos del uno por el otro estaban intactos... Pero por otro lado, tomo entre sus manos el retrato de su boda con Andrew, recordo lo feliz que se sentía ese día, lo perfecto que resultó todo gracias a Anya, observó sus rostros detenidamente que no demostraban más que a dos personas enamoradas, pensó en lo mucho que quería que estuviese junto a ella en este momento, en la falta que le hacía, en el frío que sentía por las noches sin él, trataba de reproducir el sonido de su voz en su cabeza, temia que en algún momento lo olvidará, unas lágrimas se escaparon de sus ojos, las limpio rápido cuando escuchó a alguien que la llamo:

Casi algo | DamiAnya Donde viven las historias. Descúbrelo ahora