Capítulo 5

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Me hace mucha ilusión irme de vacaciones con mi familia, pero la pereza que me da hacer las maletas no es que sea poca. Estaremos aproximadamente todo el verano. Me gustaría que Kate y Elliot se pudieran venir conmigo, no estaría mal tener conocidos, no soy muy amistosa que digamos.

Según ha dicho mi padre la casa del lago es de una familia llamada Grey, creo que era. Son bastantes importantes para la empresa en la que trabajan mis padres.

Al final vamos a tener que posponer el día del viaje (que era mañana) a la semana que viene, porque a mis padres les ha surgido un pequeño improvisto de trabajo en el último momento (como siempre).

Decido dejar lo de hacer las maletas para otro momento, prefiero llamar a Kate y quedar. Justo cuando tenía el móvil en la mano para llamar a mi mejor amiga, me llega un mensaje de Elliot diciendo que necesita decirme una cosa urgentemente.

Supongo que tendré que cancelar mis planes con Kate. Cuando respondo al mensaje, no pasan ni 5 minutos y lo tengo llamando a la puerta de mi casa. Al abrirla lo veo muy nervioso, cosa rara en él:

- ¿Y esas prisas? - pregunto mientras le indico que pase.- ¿Qué ha pasado?

- Tengo algo importante que decirte.- Me asusta un poco su tono de voz y parece que su nerviosismo es contagioso.

- Vayamos a mi habitación. -propongo.

Al llegar a mi cuarto él se sienta en la silla de mi escritorio y yo en la cama.

- ¿Y?

- Yo... -empieza.- verás, eh... lo que quería decirte es que... es sobre Kate.

- ¿Le ha pasado algo? -pregunto. Tengo el presentimiento de donde va a ir a parar esta conversación.

- No, es solo que, buf, creo que... me gusta un poco, o mucho, no sé, me gusta. Joder y eso que te lo estoy diciendo a ti, me va a dar un infarto cuando se lo tenga que decir a ella.- resopla.

Me río, mis sospechas eran ciertas.

- No me cuentas nada nuevo. -Me mira sorprendido:

- ¿Qué?

- Sí, se os nota mucho, siempre picándoos y haciendo tonterías -respondo como si nada. - ¡Oh venga ya, lo sospecha medio instituto!

- ¿Tan evidente es? -se le asoma una sonrisa nerviosa. Tal es su nerviosismo que aparte de nuestras voces se oye el molesto sonido que hace la silla al moverse de un lado a otro.

- ¿Por qué estás tan nervioso? No creo que sea tan malo confesarlo.

- Quiero decírselo a ella, me gusta desde hace mucho tiempo, pero ¿y si no siente lo mismo? ¿Y si me rechaza?

- No pierdes nada por intentarlo, además no lo sabrás hasta que lo intentes.- << ¿Yo dando consejos sobre el amor? Vale, esto sí que es raro. >>

- ¿Tú crees que hay posibilidades de que sienta lo mismo? -.

Me hace gracia la situación, nunca había visto a Elliot así. Kate le tiene que gustar de verdad. Los tres nos conocemos desde que éramos unos mocosos. Siempre hemos estado muy unidos. Ella nunca me ha dicho quien le gusta, pero sospecho de quien se trata. Cuando han salido los líos de Elliot como tema de conversación, intentaba evitarlo, además la he pillado más de una vez mirándolo. Y no es que lo mirara como se mira a tu mejor amigo.

- Todo es posible, si te soy sincera creo que está coladita por ti,- su sonrisa se ensancha.- pero eso lo tienes que averiguar tú.

- Muchas gracias Annie, eres la mejor amiga que se puede tener.- se levanta y me da un abrazo.- Ahora que lo pienso ¡me has dado consejo sobre...!

- Sí, sí, ya lo sé.- le interrumpo.- Ni lo nombres.

- Va a resultar que la que dice no creer en el amor es toda una cupido.

- Ni lo sueñes.

Estallamos en carcajadas.

- Prométeme que no le vas a hacer daño, o si no te mataré.- le aviso.

- Tranquila Chica en Llamas, prometo no hacerle daño, no me lo perdonaría.

Nos despedimos y quedamos en que ya me contará. No me gusta que Kate sufra, me preocupa que lo pase mal en su relación con Elliot, él siempre ha sido muy mujeriego. Sin exagerar, creo que ha estado con casi todas las chicas del instituto y las que no son del instituto también, todos líos de 2 días.

No quiero que con mi mejor amiga sea igual, ella es un trozo de pan y Elliot tendrá su merecido si llega hacerle algo.

Cuando se va me quedo pensando en todo lo me que ha contado y en lo que me ha prometido.

Yo soy muy cabezona y nada me hace cambiar de opinión. Las promesas no siempre se cumplen y tengo miedo de que me pase eso, o de que no sea capaz de afrontar todos los baches que se presenten. A lo mejor mi mayor miedo es que me prometan estar siempre a mi lado y luego no lo cumplan. Creo que es por eso por lo que veo una tontería enamorarse. Los miedos se tienen que superar, o eso dicen. Pero a veces pienso que las promesas son falsas ilusiones.

No quiero ilusionarme, porque me lastimarán.

¿Por qué cuando por fin soy feliz todo se desmorona? (Anastasia y Christian)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora