Capítulo 36

4.8K 302 13
                                    

Aqui les dejo este lindo capítulo.

El condescendiente sol de ese medio día dejaba caer sus rayos sobre la gran ciudad, provocando el inminente bullicio de las calles y el abarrotamiento de las terrazas de los bares más frecuentados de toda la cuidad.

En una de las terrazas de uno de esos bares estábamos nosotros: Elliot, Jack y yo. Se podría decir que disfrutábamos de la simple compañía de los otros, aunque debatíamos sobre constantes temas que hacían que me desesperara. Sí, los cabrones seguían burlándose de mí.

La impetuosa idea de encontrarnos aquí y charlar un rato fue de Elliot. Atribuía esta salida a que hacía mucho tiempo que no pasábamos un rato alejados de nuestras novias. Más bien eso se podía aplicar a ellos, que se pasaban todos los días metidos en sus casas conviviendo con ellas. Yo por desgracia no tenía esa suerte.

En realidad ni siquiera estaba seguro de lo que tenía con Anastasia, pero prefería no pensarlo demasiado.

La mayoría de temas que tratábamos eras triviales, excepto cuando sacaban el tema de mi relación con Annie. Suerte la de ellos que no estuviera aquí, se les habría acabado la tontería hace tiempo.

- Venga ya Christian, no sabes aceptar las bromas.

Rodé los ojos.

- Mira quien habló, el jactancioso de Elliot.

Jack soltó una carcajada y parece que mi comentario desvió la atención al oji-verde que me miraba entrecerrando los ojos. Si las miradas mataran yo ya estaría muerto.

El mediodía iba a pasando poco a poco sin novedad alguna y se iba acercando la hora de comer. Estábamos por retirarnos de la mesa después de terminar de pagar cuando Jack recibió una llamada.

Nos hizo un gesto con la mano para que aguardáramos y esperamos pacientemente a que terminara de hablar. Se alejó un poco de nosotros para conversar tranquilo y cuando llegó hacia nosotros noté el repentino nerviosismo que mostraba.

- Era Anastasia. -respondió ante nuestras miradas interrogantes. -Tenemos que pasar a por ella.

Elliot y yo seguíamos sin entender porque aquello lo ponía nervioso cuando completó:

- Ha roto aguas.

No hizo falta decir nada más. Corrimos hacia el coche de Jack y este pisó el acelerador hacia la casa de su hermana.

Ahora el que se estaba empezando a poner nervioso era yo. Me sudaban las manos y notaba como un tapón en la garganta que me impedía decir algo. Me resultaba raro que no me hubiera llamado a mí, y cuando le pregunté a Jack me dijo que lo tenía en silencio y no me había dado cuenta. Miro mi móvil y efectivamente tenía una llamada perdida de Anastasia.

Elliot mientras tanto se puso a llamar a su novia y a Mia para que avisaran a los señores Steele, a Rose y a todos los demás y se dirigieran al hospital.

Podía escuchar los gritos del móvil de Elliot que provenían de Kate y mi hermana. Daba la casualidad de que ambas estaban juntas.

En poco más de 10 minutos ya estábamos en el edificio donde vivía. Llamé al timbre y cuando me abrió subí corriendo las escaleras. Cuando iba llamar a la puerta la abrió y apareció una acalorada Anastasia cargada de un macuto pequeño con la ropa del bebé y la suya.

Pequeñas gotas surcaban su frente y caían hacia abajo. Me ofrecí a ayudarle y le cogí el macuto.

Veía como inspiraba y espiraba profundamente, cerrando los ojos cuando le dolía demasiado. Bajamos por el ascensor y le tomé la mano suavemente para darle fuerzas. No me soltó la mano, ni siquiera cuando entramos en el coche. Elliot se había cambiado de copiloto y yo iba detrás acompañando a Anastasia.

¿Por qué cuando por fin soy feliz todo se desmorona? (Anastasia y Christian)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora