Mientras camino en dirección a la casa de Kate me despejo.
Voy a intentar averiguar sobre el tema Elliot y Kate y no hay nada mejor que una noche juntas para sonsacárselo.
Cuando llamo al timbre, me recibe una rubia con ojos verdes, con el pelo recogido en un moño un poco despeinado y vestida con un pijama de verano rosa y blanco con corazones. << Típico de la enana. >>
- ¡Pasa, pasa!
Tan solo me da tiempo a saludar a sus padres dos segundos, y ya me tiene agarrada por el brazo conduciéndome a toda velocidad hacia su habitación, la cual puedo describir de memoria: paredes lilas decoradas con los posters de sus grupos de música favoritos y de fotos de nosotras con Elliot, en frente de la ventana el escritorio blanco, al lado de este un puf del mismo color. A la derecha hay una gran estantería llena de libros y cajones donde se puede guardar la ropa. Justo en frente de esta se encuentra la cama de matrimonio con sábanas blancas y cojines lilas (sin duda es mi parte favorita de toda la habitación, aunque la estantería llena de libros no está nada mal) y por último, al lado izquierdo de la cama se encuentra el armario más grande que se haya podido ver, no es de extrañar que ahí quepa un centro comercial entero: ropa, zapatos, complementos y accesorios.
Creo que no hace falta mencionar que mi mejor amiga es una fanática a la ropa y a todo lo que tenga que ver con ella.
- Tengo muchas cosas que contarte.- dice.
- Ya lo creo que si.- respondo. Dejo mis cosas en el primer sitio que encuentro y me acuesto en la blandita cama. Bueno, empieza. Estoy deseando escucharte.
- Bueno, la primera es que he conseguido la forma de poder ir contigo a la casa del lago de esa tal familia Grey.
- ¡Dios, eso es genial! ¡Kate te amooo! -empiezo a gritar.
- Lo sé, lo sé. Resulta que mis padres conocen a los Grey desde hace unos cuantos años y en un principio estábamos invitados, pero mis padres negaron la invitación. Me enteré hace unos días y les di la lata hasta que acabaron aceptando. También he encontrado el modo de que se venga el plasta de Elliot.- dice.
- ¡Eres increíble! -exclamo.- Ahora tengo aún más ganas de que llegue el día, si eso es posible.
Cuando nombra a Elliot recuerdo que es lo que tengo que averiguar, decido preguntarle, pero ¿cómo lo hago sin sonar tan interesada?
- Será genial tener al loco y enamorado de Elliot allí.- Mierda.
- Sí, será genial,- dice riéndose.- ¿de quién se nos ha enamorado esta vez?
Intenta sonar tranquila, como si la curiosidad no la matara, pero sé que está todo lo contrario.
- ¿Eh? -<<Ya podrías cagarla menos, Annie>>.- Ni idea, ¿Elliot enamorado? Vaya tontería ¿no?
- Oh, vamos, sé que lo sabes, no te hagas la tonta.
- ¿Y a ti por qué te interesa tanto?
- ¿Qué? ¿A mí? No sé, es mi amigo, si lo sabes tú también tengo derecho a saberlo yo.
- ¿Te puedo hacer una pregunta?- Este es el momento.
- Sí, adelante.
- ¿Te gusta Elliot?
Su cara cambia a un color rojo tomate al segundo de formular la pregunta.
- Yo... sí, me gusta. Era eso una de las cosas que quería decir...
No le da tiempo a terminar, porque yo ya estoy saltando y gritando como una loca encima de la cama.
- ¡Anastasia! ¿Qué pasa?- grita Kate.- Me estás asustando.
- Nada, nada ¡por fin te lo he sacado!
- ¿Qué? ¿Ese era tu plan esta noche? Espera, ¿lo sabías?
- No era un plan, era una como una misión secreta, bueno de secreta ya no tiene nada. Y sí, ya lo sabía, solo quería asegurarme de que estaba en lo cierto.
Kate me da un golpe en el brazo. Yo me río.
- Eres la peor de las amigas, jum.
- Algún día me darás las gracias, ya te enterarás de por qué, ahora prefiero dejarte con la duda. Le guiño un ojo y estallamos en carcajadas.
Misión resuelta, estos dos acaban saliendo juntos. Y si Elliot no se decide a decírselo, ya me las ingeniaré yo.
- ¿Y a ti quién te gusta? -pregunta.
- Em... Elliot.
- ¡¿Qué?!- grita como una histérica.
- Era broma, mujer. Ya sabes lo que pienso.
- Uf, menudo susto me has dado.- dice un poco más tranquila.- No quiero ser posesiva, pero Elliot es mío.
>>Pues sabes, yo pienso que algún día acabarás enamorándote.
- Tranquila, enana, todo tuyo.-respondo.- Creo que no puedo negarte ese pensamiento tuyo, pero sabes que no quiero tener nada que ver con eso.
- Y lo respeto, pero es inevitable. Solo espero no tener que matar a alguno por ahí, eh.
Y así pasamos la noche entre risas, más risas y con el insomnio de la noche presente.
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¿Por qué cuando por fin soy feliz todo se desmorona? (Anastasia y Christian)
FanfictionFanfic FSOG