¿Por qué cuando por fin soy feliz todo se desmorona? (Anastasia y Christian)

Capítulo 24

Diciembre. El último mes del año. Navidades, familia, fiesta... La barriga me ha aumentado y las ecografías y el médico me han confirmado que mi bebé es una niña muy sana. Tengo unas inmensas ganas de tenerla en mis brazos.

Mis amigas y mi madre fueron las que me acompañaron y las que se emocionaron cuando vimos esa cosa tan pequeña en la pantalla. Aún retumba en mi oído el grito que pegaron Mia y Kate.

Daniell y Andrew se han enterado de que estoy embrazada de y Christian, después de mucho insistir han comprendido mi opinión de no decirle nada de esto.

Él ahora está feliz, yo no soy quien para destrozar eso. Esas fueron las palabras que los convencieron. Aunque siguieron insistiendo en que seguro que si se enteraba de que iba a tener un hijo volvería conmigo y formaríamos una familia.

No. No quiero eso. Me tiene que amar y estar conmigo porque es eso lo él quiere y porque le nace ese sentimiento hacía mí, pero no puedo obligarlo a estar conmigo. Estoy intentando sacarlo de mi cabeza quedando con Jose y entreteniéndome comprando ropa para mi hija, saliendo con las chicas, incluso alejándome de todo lo que me recuerda a él. ''Intentar lo imposible'' eso es lo que hago.

Respecto a Jack aún seguimos enfadados, no nos hablamos. Me duele estar así. Pero, ¿acaso merecía que me tratara de esa forma? Yo puedo cuidar de mi bebé sola, joder. Soy los bastante madura como para hacerlo y no necesito a nadie. Todos notan la tensión que hay entre nosotros, es más que palpable.

Muevo el café mientras veo como el humo se pierde a través del aire. Ajena a todo. Solo me concentro en el café que hay encima de la mesa de la cafetería que comparto con Jose. Noto su mirada clavada en mí todo el tiempo, no habla. Me remuevo en la silla un poco incómoda, iba a preguntarle que porque me miraba cuando de repente oigo el tono de mi móvil sonar.

-Número privado.- contesto a la mirada interrogante de mi amigo.

¿Quién podrá ser? A lo mejor es algún graciosillo que va a gastarme una broma. Decido cogerlo ante la atenta mirada de Jose.

-¿Sí?

-Hola, Anastasia.- me da un vuelco el corazón al escuchar su voz. Me quedo muda, congelada. Una lágrima resbala por mi mejilla. No encuentro mi voz.

-¿Qué pasa?- Jose me mira preocupado. Solo me hace falta decir su nombre en silencio y lo comprende todo.

-¿Te pillo en un mal momento?- sigue ahí esperando a que alguna palabra salga de mis labios.

-Eh...no.- me decido a responder, no sé de dónde ha salido mi voz, suena bastante sosegada.- Hola. ¿Para qué me has llamado? ¿Ha pasado algo?

-No, tranquila, es solo que quería saber si podemos vernos.- el aire se me corta por una fracción de segundo. Mi corazón va a cien mil por hora en este momento, siento que se me va a salir del pecho.

Quedamos en el centro de la ciudad a las dos. No le he preguntado si puedo llevar a alguien, pero no quiero ir sola, así que decido que me acompañe Jose.

¿Qué querrá ahora? ¿Ya no es feliz? ¿Se ha cansado de esa chica? ¿Se ha enterado de que estoy embarazada (bueno eso no es un problema, se va a dar cuenta en cuanto me vea)? Preguntas que abrasan mi mente. Tengo miedo de lo que pueda decir. Tengo miedo de enfrentarme a él. Me aterra verlo de nuevo y que todos mis sentimientos que ahora guardo, salgan de ese gran cofre cerrado con llave para darme una bofetada en la cara y recordarme que lo sigo amando, que sigo enamorada de él a pesar de todo lo que ha ocurrido.

-Allí nos vemos. Hasta ahora, Annie.- me da otro vuelco el corazón y eso que solo me ha llamado por la abreviatura de mi nombre.

Me doy cuenta de que esto va a ser mucho más difícil de lo que creía, porque aún sigo reaccionando a sus palabras como una adolescente. ¿Cómo reaccionaré cuando lo vea dentro de unas horas? Volver a ver todo lo que he intentado olvidar durante 3 meses. Sus labios, sus ojos, su pelo, su cuerpo...

-Adiós, Christian.