Capítulo 14

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En lo más profundo de mi mente una voz inaudible todavía me recriminaba; 'Esto no está bien' decía. Y a veces lo pensaba, ¿realmente estaba haciendo lo correcto al estar con Christian?, ¿era eso lo que quería? Toda duda existente en mi maldita cabeza se esfumaba como el humo cuando lo veía. Ver sus ojos impregnados de un brillo especial que yo causaba, eso era lo que quería.

Poco a poco fueron pasando las semanas, el verano cada vez se iba haciendo más corto, se iba apagando como la llama de una vela. Christian y yo estábamos muy bien juntos. Nunca antes había experimentado esas incontrolables ganas de pasar todo el tiempo del mundo a su lado y no separarme jamás. Sentía que era allí donde pertenecía, en sus brazos.

Por otro lado Elliot y Kate estaban tan acaramelados que hasta daban ganas de vomitar - aunque quizá yo tampoco sea la más indicada para hablar - y Mia y mi hermano eran muy buenos amigos, todos notábamos las cada vez más crecientes miradas de mi mejor amiga hacia mi hermano, hasta él se daba cuenta. Pero al grado más alto al que llega una relación entre ellos es a una amistad, de momento.

Sin duda este estaba siendo el mejor verano de mi vida. Habíamos hecho varias excursiones al bosque todos juntos en las que les habíamos enseñado manejar el arco a Andrea, Rose y Elliot, quien parecía un niño pequeño al pelearse con las pequeñas para ver quién era el primero.

- Tranquilo Lelliot- reí- vamos a ser 3 para ti solo.- miré hacia donde estaban Jack y mi padre que sonreían también.

- No quiero a los 3 para mí solo- levantó una ceja sugerente.- solo quiero que me enseñes tú.- a lo que solté una carcajada y él me guiñó un ojo. Sabía que lo estaba haciendo aposta para molestar a su novia y a Christian.

Mirando de soslayo podía ver a mi amiga reírse y a Christian empezar a levantarse viniendo hacia nosotros, aunque parece que se lo pensó mejor y se paró dónde estaba Ann.

- Kate -empezó Christian poniéndose de rodillas frente a ella que estaba sentada y cogiéndole la mano. Mi mejor amiga intentaba reprimir una carcajada.- ¿Quieres casarte conmigo?

- Oh, no, no, y no, eso ni hablar.- un apresurado Elliot salió al encuentro de su novia y Peeta sin darle tiempo a que esta contestara, dándole un empujón a mí novio que cayó quedando acostado en la hierba carcajeándose.- A mi Kate la dejas, eh. Soy lo bastante fuerte como para ganarte en una pelea.- dijo causando la risa de todos.

- Tranquilo amor - lo calmó la enana intentando no reírse.- solo te quiero a ti.- Y depositó un beso en los labios de su novio.

- Ag -exclamó mi hermano causando aún más risas.- dejaros la cursilería y a practicar el tiro con arco.

- Oh, parece que alguien le hace falta un poco de cariño.- mi madre se dirigía hacia mi hermano.- Ven aquí, que yo te lo doy.- empezó a darle besos por toda la cara poniéndose de puntillas para llegar ya que Jack era más alto que ella.

Mi padre tiró el arco al suelo y se acercó a mi madre separándola de Jack y dejando un beso en los labios de una confundida Carla. Las pequeñas y los Sr. Grey, Kavanagh y Lincon empezaron a silbar y aplaudir. ¿Quién era el siguiente al que iban a besar?

Christian iba acercándose a mí y sentí unas repentinas ganas de salir corriendo. Esa sonrisa pícara que asomaba por su cara no era buena. Tengo que admitirlo, me da mucha vergüenza besarlo delante de todos.

- No... Christian, ni se te...- ya lo tenía en mis labios acallando mis palabras. Sentía como mis mejillas pasaban de mi color aceitunado a rojo. Me agarraba de la cintura apretándome con todas sus fuerzas contra él, disminuyendo mis posibilidades de salir por más que yo lo intentara, estaba claro que él era más fuerte que yo. Solté el arco dejándolo caer al suelo y me rendí. Se estaba muy bien así, casi me había olvidado de que no estábamos solos.

Se separó de mí cuando el aire nos hizo falta a ambos.

- ¿Qué decías? - preguntó con esa sonrisa de lado que me derretía. Aún me tenía sujeta de la cintura.- Tenéis que admitir que este ha sido el mejor beso.- Se dirigió a todos los que estábamos allí. Yo aún seguía roja:- Me las vas a pagar por esto, Christian Grey.- se rió.

- Yo seguro que puedo mejorarlo -saltó Jack. Todos se quedaron un poco confundidos, solo Kate y yo entendimos lo que iba a hacer, nos miramos con una sonrisa cómplice.

Agarró a una tanto atónita como confundida Mia, la levantó de la hierba y la besó. Su beso duró mucho más que el mío con Christian. La enana y yo empezamos a gritar como locas. Nuestros padres se sonreían unos a otros. Mientras las pequeñas se unían a nosotras dejando a unos Elliot y Christian silbando como si no hubiera un mañana. Cuando se separaron se podía ver el rojo de la cara de la oji-azul y la sonrisa de Jack.

Después de un rato solo faltaban por dar un beso las pequeñas, se miraron entre ellas y dijeron a la vez:

- Em... paso.- todos nos reímos. Christian y Jack cogieron a sus respectivas hermanas pequeñas y empezaron a darles besos por toda la cara.

Un momento digno de recordar pensé. Por un momento me gustó la idea de congelarlo y guárdalo en mi memoria para siempre. Ver a mis hermanos y a mi Christian con su hermana me hizo un poco más vulnerable.

<< Joder Anastasia, te estás volviendo toda una sentimental. >> me dije.

Por fin Jack se había decidido por empezar una relación con la oji-azul, que parecía que andaba sobre una nube. Desde el primer día que llagamos aquí no le ha quitado el ojo de encima a mi hermano. Y él a veces la miraba disimuladamente. Sé que le gusta por como la mira. Anda, quien me iba a decir a mí que esto de descubrir los sentimientos de los demás se me iba a dar tan bien.

Pasamos toda la tarde de excursión, hablando, riendo, practicando con el arco...

Pero se acercaba la hora de cenar y aunque las pequeñas y yo nos mostrábamos un poco reacias a irnos, al final aceptamos.

Por el camino Christian y yo nos quedamos bastante atrás, cada vez que echaba a andar para alcanzar al resto, el me sujetaba del brazo y me retenía a su lado. Cuando estábamos a punto de llegar a la casa, me jaló del brazo y nos alejó del grupo.

Me quedé mirándolo esperando una explicación, pero como veía que no tenía la menor intención de responder al final acabé preguntándole:

- Bueno, ¿qué hacemos aquí? - no separaba su mirada de la mía, y ese azul tan profundo de sus ojos me estaba volviendo loca.

- Antes dijiste que te las iba a pagar por el beso, y como te da vergüenza besarme delante de todos...- empecé a reír.

- Así crees que me vas a pagar a besos ¿no? -esto me estaba divirtiendo. Decidí seguirle el juego.

- ¿A qué si no? - su sonrisa era de suficiencia, pero lo que él no sabía era que la pelota estaba en mi campo.

Empezó a acercarse a mí, sujetó mi rostro con las manos y me miró esperando que me negara o que hiciera algún comentario. Me acerqué a él y cuando nuestros labios estaban a escasos centímetros a punto de besarme le mordí el labio inferior.

Se quejó y yo me reí porque había ganado. Me encaminé hacia la casa cuando volvió a cogerme y me beso, pero no era un beso suave como el de antes, era uno apasionado y lujurioso. Caí rendida totalmente ante ese beso, mis piernas temblaban de emoción y me mantenía en pie solo porque él me agarraba de la cintura pegándome más a él, como si no tuviera suficiente. Era como si quisiera estar aún más cerca de mí. Me sentía en el paraíso solo con ese beso, no quería ya pesar en cómo sería otra cosa. Había perdido la noción del tiempo.

Después de un rato más se separó de mí, me sonrió y se alejó en dirección a la casa, dejándome con ganas de más.

Maldito Christian Grey, había ganado él. Ese beso había podido con todo el control que yo tuviera en mi cuerpo hace unos minutos. Ese beso jodidamente perfecto que me ha dejado con ganas de más.

¿Por qué cuando por fin soy feliz todo se desmorona? (Anastasia y Christian)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora