un desayuno placentero

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ADVERTENCIA:

uso del título "papi" para Remus, si no les gusta se van respetuosamente ;)
un salu2.

Remus Lupin

Por lo general soy muy civilizado, comprensivo, tengo control con lo que digo y hago.

Pero no sé qué pasó.

Retrocediendo, le pregunté si había desayunado, ella me contestó que no con sus ojos brillantes, entonces la invité a casa a desayunar.

En el camino me sentí eufórico, feliz de ser yo quien preparara su desayuno.

Cuidaría de Aurora.

Entramos a casa, dejó sus cosas sobre el sofá de la sala, hablamos entre risas y nos acercamos a la cocina.

—¿Crees realmente que soy capaz?

—Claro que no —fruncí el ceño y bajé dos tasas a la mesada— Quiero creer que sabes cuidar bien de un gato.

—Bueno, para que sepas —empezó un tono algo petulante— Tuve un gato, Gélido se llamaba, pero... —su voz se cortó y en ese momento me gire sorprendido por su repentino corte.

Su pecho subió y bajó algo irregular, los lindos ojos se le habían llenado de lágrimas, ver eso fue como revivir un recuerdo angustiante y triste.

Me acerqué e intenté no hacer que empeorara, sujeté su mejilla y la acaricié. Sentía que no debía ser muy brusco con mis movimientos o la asustaría.

—¿Puedes abrazarme, Remus? —hablar, hizo que ya no pudiera aguantar las ganas de derrumbarse en ese momento.

Le respondí acercándola a mí y apretándola contra mi pecho, hundí mi rostro en su cuello e inspiré su aroma.

No sé qué pasaba por su cabeza, ni que la había estado carcomiendo para terminar así, pero fue reconfortante volverla a sentir cerca y lograr consolarla.

—Sujétame, por favor.

—Lo haré, te prometo que sí.

Sollozó y su mejilla acarició mi pecho —Él era muy malo, pero no solo conmigo.

No estaba del todo seguro a que se refería, pero se quedó callada unos momentos para dejarme entender, seguro no quería decir el nombre de la persona y en eso, se me vino a la mente alguien.

La basura de su padre.

Siguió— No le gustó mucho la idea de adoptar un gatito, pero creo que solo dejó que me encariñara para después hacerme ver como sufría. Él... fue muy malo, yo no debí llevar a él indefenso animal —su respiración se había irregularizado más.

—Tú no tienes la culpa de nada de lo que te pasó —murmure— A veces, y no sé cuál es la razón, le pasan cosas injustas a las personas que menos lo merecen. Pero puedes estar tranquila de que él no volverá, porque ahora estoy yo... para cuidarte.

Su cabeza se alejó lentamente, sus ojos observaron los míos con consuelo, pero luego se desvío a mis labios y me obligué a quedarme duro en mi lugar porque estaba seguro de que me la iba a comer como si fuera un lobo hambriento.

Aurora y todo su esplendor, se acercó lentamente a mi rostro— ¿Está bien si te beso? —murmuró ya estando a centímetros de mí, su dulce aroma inundaba mis sentidos y el calor que proporcionaba su cuerpo me debilitaba.

Mire sus ojos y ya estaba sintiendo que perdía, que me rendiría pero ella era una reina piadosa.

Me incliné hacía adelante mientras que ella permanecía de puntitas. — Haz lo que quieras conmigo —dije, aceptando todo de Aurora.

eat me; remus lupin (✔︎)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora