eat me; remus lupin (✔︎)

no va a regresar

Aurora Brown

En cuanto llegamos, Remus hizo que soltara mi bolso, levantándome para acercarme al sofá de la sala, la sorpresa se dispersó tarde, cuando ya lo tenía encima de mí, con su varita en mano.

Murmuró un hechizo que no conocía, ni sabía como se pronunciaba, sosteniendo su varita sobre mi vientre. Aguanté la respiración observando la concentración plasmada en su rostro, se había arrodillado con cada pierna extendida a los lados de las mías.

—Listo —me envió una mirada y se inclinó hacia adelante para presionar sus labios en mi estómago por encima de la ropa.

Cada músculo de mi cuerpo cosquilleó, esperando recibir más caricias con sus labios, era muy egoísta querer su atención en mí todo el tiempo, pero me hacía sentir segura y amada, como nunca antes lo había sido.

Luego me ayudó a ponerme de pie, volviendo a llevar mi bolso y dirigiéndonos a su habitación. Después de entrar cerró la puerta sin hacer mucho ruido, dejó mi bolso en el suelo, y con el mismo cuidado puso el seguro.

—¿Dónde debo dejar mis cosas? —pregunté al levantar mi bolso.

—Donde quieras.

Estaba dándole la espalda, por lo que sentí su voz cerca, justo encima de mí, me giré aún con la sensación de sus labios en mi barriga.

—Podría simplemente dejarlas en el bolso y…

—No —negó rotundamente— No tengo tantas cosas en el armario así que puedes dejar una parte ahí. Lo demás ponlo en el baño, es la puerta a la derecha.

Parpadeé— Okey.

Se sentía extraño.

Jamás había compartido muchas cosas en mi vida, y esto era como el extremo más alejado, una habitación…

Sin darle importancia a mis pensamientos autodestructivos, abrí la puerta del armario, era oscuro, como de pino, estaba justo en la esquina izquierda de la habitación. Como dijo Remus, solo tenía ocupadas cuatro perchas y dos cajones.

Dejé el bolso en el suelo mientras observaba el espacio— Voy a darme una ducha —se me acercó por detrás y besó mi mejilla para después alejarse.

Giré un poco la cabeza para verlo entrar al baño y dejar la puerta levemente abierta, solo una rendija de luz salía del interior.

Sentí mis pies amoldarse, como si ahora fuera consiente de lo rápido que estaba yendo todo, un subidón de adrenalina me recorrió todo el cuerpo y una sonrisa se desplegó en mis labios.

Empecé a guardar todo, no quería ocupar mucho espacio por lo que dejé la mayoría de las prendas amontonadas juntas. Escuché la ducha empezar a correr, un sonido constante y suave, comparado con mi departamento era hasta relajante, porque donde vivo es como si el agua golpeara contra el suelo.

Cuando acabé, solo dejando lo que debía llevar al baño, inspiré con fuerza, ojalá su aroma se adhiera a mi ropa, así cuando regrese tendré algo que me recuerde que esto pasó.

Volví a levantar el bolso y me dirigí al baño, pero me detuve en la puerta, estaba por tocar cuando se abrió repentinamente y una sensación acalorarte empezó a extenderse de dentro.

Remus estaba respirando con irregularidad, con una toalla amarilla que le rodeaba la cintura, el vello empezaba a expandirse subiendo por su estómago, su pecho se veía el doble de grande debido a su retención de aire en los pulmones, también vi, con hipnotismo, pequeñas gotas caer de su pelo mojado a su rostro y bajando por su pecho. Miré directo a su rostro y sentí que no podía mover un musculo, sus iris tenían pequeñas líneas amarillas alertándome lo que le estaba pasando.