primer despertar juntos

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Remus Lupin

Estuvimos toda la noche besándonos, no tenía la fuerza suficiente para soltar sus labios, necesitaba tenerla lo más cerca posible. Incluso me sorprendió que lograra dejar de follarla, pero cuando su voz empieza a fluir me pierdo, olvido el dolor intenso de mis pelotas y la escucho.

Creo que amo como se expresa y la manera en la que a veces desvía sus ojos porque no recuerda algo, frunce el ceño y los labios.

—No quiero que te preocupe, pero alguna vez tengo que ir a trabajar —dijo, sabía que me estaba acusando con la mirada, aunque estuviera oscuro podía sentirlo. La tenía sujetada de la cintura y la apretaba contra mí.

Estábamos uno frente al otro, mi brazo derecho reposaba bajo su cuello mientras que con el otro la acercaba lo más que pudiera, nuestras piernas estaban entrelazadas y una de las mías se encontraba bajo su entre pierna, dejándome sentir el calor de su cuerpo. Olvidé decir que estábamos desnudos, solo no puedo dejar que la ropa no me permita sentir cada gramo de su cuerpo.

—Lo sé —susurré sobre sus labios— No quiero pensar en eso, me gusta tenerte aquí. Pero cuando te vayas, luego tienes que volver, y en tu ausencia mi intensidad y necesidad se volverá más grave —sonreí, desvié la mirada de sus labios a sus ojos— Entonces, la que sale perdiendo eres tú.

—¿Y yo por qué? —inquirió aguantando una risa.

—Vas a tener que soportarme...

Su mano que jugaba con mi cabello empezó a bajar, trazó mi cuello con la yema de sus dedos hasta mi hombro, y se detuvo en mi brazo, donde hizo caricias de arriba a abajo, volviendo mi piel de gallina, cada vello se levantó mientras las caricias solo me daban más sensibilidad.

—¿Te estas poniendo nervioso?

No —gemí, bajó su mano a mi pecho, haciendo círculos con mi vello y movió las caderas acercándose, sentía su coño frotarse con mi muslo, esto me está volviendo débil, y no quiero que pare.

—Puedo sentir como late tu corazón, no me mientas, papi.

Pero nada se volvió muy intenso. Después de eso volví a besar sus labios y cerramos los ojos, esperando a que la relajación se dispersara por nuestros cuerpos y cayéramos en un sueño profundo.

Despertar y verla dormir me dio paz, fue la primera noche después de conocerla que pude dormir con tranquilidad sabiendo que nada iba a pasarle, porque estaba entre mis brazos.

Aurora se alejó un poco al dormir y volví a pegarla a mi cuerpo, me incliné y besé su cuello expuesto, sentí el suave latido de su corazón y su respiración acariciarme la piel.

—Merlín, que mujer tan hermosa —susurré y pasé a besar su mejilla, apretando mis labios contra su piel e intentando despertarla.

—Cielo —hablé un poco más fuerte.

Una parte de mí no quería que se despertara, pero la otra quería tenerla aquí conmigo, hablar, besarla para que sepa que soy yo, que sus ojos me miraran cuando palabras referidas a ella salían de mi garganta.

—Un rato más —su voz fue ronca, y de un movimiento con su mano me sujetó del cabello para que mi cara quedara en su hombro.

—No puedo dejarte un rato más —murmuro con la garganta apretada— Nos levantamos o te follo aquí mismo —besé su hombro y luego lo lamí.

—Deja de hacer eso —una risa somnolienta la dejó.

Alejó un poco su cabeza y la miré a los ojos, los cuales estaban hinchados al igual que todo su rostro, me sonrió sin dientes mientras parpadeaba lento.

—Tengo que ir al baño.

Despacio la vi levantarse y separarse de mí, dejando caer la sábana de su cuerpo, las cortinas dejaban que algo de luz se colara y pude ver las cicatrices que cubrían su estómago, de repente me dolía el pecho tan fuerte y la garganta no me dejaba tragar.

Cuando sus piernas colgaron por el borde de la cama, me moví rápido antes de que se levantara, me arrodillé detrás de ella y la abracé por la cintura, dejando mis manos sobre su estómago, el cual no era plano, se le hacían algunos royos y eso solo lograba excitarme.

Mi nariz había quedado justo en su cabello por lo que al inspirar todo su aroma me llenó los pulmones— Te amo, Aurora. No voy a dejar que nada te pase —prometí.

Sentí que su respiración se volvía algo acelerada, y una de sus manos se posó sobre mi brazo.

—También lo hago Rem, realmente has atrapado mi corazón —me dijo y sentí calidez por todo el cuerpo, esas palabras recién salidas de sus labios me hicieron decidir que no quería alejarla.

Después de un rato apretándola a mi pecho dejé que se levantara a cambio de un beso en la mejilla. Miré su trasero balancearse en dirección al baño con mi miembro empezando a despertar.

No ahora, gemí de frustración en mi cabeza.

El día fue como una brisa ligera, sin complicación y pasó en un flash.

Me levanté a hacer el desayuno, dos tés para Aurora y para mí, y chocolatada para Teddy. Abrí la bolsa del pan y lo empecé a cortar en rodajas para hacer tostadas.

Me encanta el té —sentí unos brazos intentar rodearme, pero llegó hasta la mitad y se sostuvo de mi camisa.

—Lo suponía.

—¿Quieres que despierte a Teddy?

—Por favor —contesté.

Se alejó en dirección a la habitación de mi hijo, y yo volví a las tostadas que se me quemaron un poco, pero lo solucioné raspando con un cuchillo.

Coloqué todo sobre la mesa, esperé a que regresaran y así desayunar juntos. 

:🦆
pequeño bloqueo solucionado 😜

eat me; remus lupin (✔︎)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora