eat me; remus lupin (✔︎)

no te merezco

Remus Lupin

Estábamos caminando de la mano, a nuestros pies la acera sucia y gris, sobre nosotros un cielo negro azulado, la luna menguante me erizaba los pelos del pecho, presentía cerca mi lobo, el rasguñaba las paredes queriendo salir y aullar.

Antes de que Aurora recuperara la conciencia del orgasmo, puse mi mano en su vientre e hice el hechizo anticonceptivo. Lo hago desde nuestra primera vez, sabía que tal vez ella no le estaba dando la importancia suficiente, que quizás no querría una criatura aún, y no me molestaba en absoluto, todo sea por su bienestar.

Pero aguantar el peso de la culpa estaba causando consecuencias, empezaba a sentirme mal y no era por la luna llena cerca si no por contener este secreto conmigo. Necesitaba decírselo.

—Detente —sostuve su mano mientras me inmovilizaba en medio de la calle— Tengo que decirte algo.

—¿Qué pasa? —preguntó, se detuvo frente a mí y observé su ceño fruncido.

Con la luz de la luna iluminando su rostro ella tenía un aspecto angelical, me hacía pensar que en este mundo solo ella podía ser adorable después de cogerla con la intensidad que lo hice antes.

Ella hacía que terminara de amar vivir.

—Estuve poniendo un hechizo en tu vientre para no dejarte embarazada —expliqué con lo que parecía mi último aliento, no pude evitar detallar todo su rostro por si detectaba algún cambio.

Al principio solo se intensificó más su ceño fruncido y abrió la boca como si fuera hablar, pero no lo hizo, se paró de una manera más recta. Estuvo varios minutos en silencio solo observándome. No podía formular palabras, todo el discurso que había planeado se había ido con el viento que levantaba su cabello y extendía su aroma personal.

Y la vi bajar sus ojos al suelo logrando que los mechones castaños le cubriesen el rostro, y escuché como exhalaba temblorosa.

—Está bien —dijo simplemente, sin ningún sentimiento que pudiera detectar.

—Dime que piensas —mi tono de voz era suave, pero cubierto de temor.

Solo esperé a que levantara la mirada, hasta que lo hizo y vi pequeñas lagrimas salir de sus ojos. Empezó un dolor en la garganta, como si estuviera seca y la apretaran con manos invisibles, luego mi corazón sintió lo mismo, y dejé de respirar en ese mismo momento por miedo a la respuesta.

—Estoy feliz de tenerte —se secó las lágrimas y me abrazó, enviando cualquier incomodidad de mi cuerpo fuera, lejos de mí.

No lograba enviarle mensajes claros a mi cerebro para dejar de estar en shock, solo logré poner mis brazos grandes alrededor de sus hombros.

—Gracias, Remus.

—¿Por qué?

—Eres la cabeza de esta relación —desapego su cara de mi pecho y miró hacia arriba, directo a mis ojos.

—Gracias por hacer eso, me hace sentir un poco tonta por no haber pensado en las consecuencias antes, juro que no se me pasó por la cabeza fuera del sexo... —sus mejillas se tornaron rojizas— Pensaba que al a ver sido... agredida, no podía simplemente.

Estaba en un momento confuso, no quería que se asustara con ninguna de mis expresiones, solo la pegué a mi pecho y la sostuve, dándole un cálido abrazo.

—Siento habértelo ocultado —la garganta me raspó.

—Está bien...

—No —hablé con un tono de voz elevado, haciendo que despegara el rostro de mi pecho y me observara, la sostuve de la mandíbula para después inclinarme un poco— No está bien ocultarle algo a quien amas, mucho menos algo así, y absolutamente me arrepiento, solo... no sé por qué lo hice. Pensé que tu no querías un embarazo sorpresa, porque eres muy joven para cargarlo en tu cuerpo —tomé aire intentando relajarme, la visión de ella se me nubló debido a las lágrimas acumuladas en mis ojos y los cerré.

—Acepto tus disculpas —y me sonrió, sentí como se me desmoronaba todo en ese momento, pero ella estaba ahí, de pie frente a mí, pareciendo simpática y comprensiva, y junté nuestro labios, comprendí que no quería nada más que esto de ahora en adelante, haría lo que fuera por asegurarnos un futuro en familia.