eat me; remus lupin (✔︎)

enviame directo a tu cama

No lo veo desde hace una semana, es torturador sentir el tiempo pasar y su tacto perderse, olvidarlo.

Tengo el dibujo de Teddy en la sala, lo puse en un cuadro, porque realmente aprecio lo que el pequeño hizo, nunca nadie me había regalado un dibujo.

Estoy en mi lugar de trabajo, observando a la gente pasar y detenerse en algunas pinturas. Aquí es enorme y mágico, tan limpio y todo huele refrescante.

Después de un rato vuelvo a la parte de atrás, donde está la administración, soy una de las encargadas de verificar que pinturas se exponen. A veces, si tengo suerte, exponen las mías, pero nunca dejaron que las firmara, supuestamente reglas de museos, no se mucho al respecto la verdad.

Saludo a varios de mis compañeros, excepto al chico del accidente, bajó la cabeza y sigo como si nada.

Camino hasta mi cubículo, recojo mi bolso porque es mi hora de salir, estoy aquí desde las seis de la mañana organizando y ya son las cinco de la tarde.

Voy por la salida de emergencia cuando su voz me detiene.

—Brown —llama Ben— Espera.

Me detengo a unos centímetros de la puerta, viéndola tan cerca, los dedos de mis pies se arrugan.

—¿Si? —miro hacia atrás sin voltear mi cuerpo, se acerca a mí, oh no.

Mi corazón late tan fuerte, mientras la vergüenza no me deja respirar.

—Yo quería saber si estas bien —se acercó, quedando detrás de mí.

—Si, excelente —sonreí como pude— Tengo algo importante que hacer, lo siento —termine con una mueca y salí lo más rápido que pude sin esperar nada.

Enfrentarme a él era recordar todo, no estaba preparada, me sentía débil.

Suspiré y volví a mi departamento.

Corrí escaleras arriba, no quería cruzarme con el dueño, estaba decidido en hacérmelo imposible cada vez que me veía.

Estaba huyendo en el lugar que se suponía que debía ser mi hogar, la verdad es que este departamento no se sentía para nada cálido ni reconfortante, pero cuando abrí la puerta, entré y observé el cuadro de Teddy me relajé, de alguna manera esa pequeña hoja dibujada era lo más parecido a un hogar que había tenido.

Dejé mi bolso sobre la silla y fui a mi habitación, caí sobre la cama y busqué en el cajón mi celular. No lo llevo al trabajo ni lo uso mucho, pero después de observar un cuadro varios minutos recordé que le había dado mi número a Remus.

Lo encendí y fui a las notificaciones.

2 notificaciones nuevas

Número Desconocido.
Hola Aurora, soy Remus, perdona mi demora, aún sigo sin comprender el funcionamiento de este aparato, un chico intentó explicarme y algo se me quedó grabado.
Extraño verte.
Con cariño, Rem.

Patalee golpeando la cama con mis pies y sonreí tanto... Él quería verme, me extrañaba...

Contuve mi emoción y le contesté.

Hola, Remus. Se algo sobre esto, así que si tienes algunas preguntas, solo dime.
Yo estoy igual de ansiosa de verte, entiendo que estés ocupado y cuando tú puedas me dices y... nos vemos.
Con amor, tu niña.

Tuve que esperar alrededor de dos horas, donde hice mi comida y después me duche, como toda una impaciente miraba el móvil a cada rato esperando su respuesta.