nuevo papi

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—Son las cuatro de la mañana —murmuró Aurora cuando había girado su cabeza a su mesa de luz.

Ambos estaban acostados en su cama, solo mirándose mientras hablaban del trabajo de Remus, él decía que las clases en el mundo muggle son muy diferentes a las del mundo mágico, qué, si no fuera por una amiga de la Orden no sabría que podría haber hecho, la mujer lo había ayudado a conseguir su trabajo actual y los papeles para inscribir a Teddy en el colegio.

Que Remus le hablara de esa mujer hizo que su estómago se revolviera, su ceño se había fruncido mientras el seguía hablando y Aurora intentaba entender lo que sentía. No pudo evitar preguntarle sobre eso que le pasó, él dijo que eran celos... eso era nuevo, nunca había tenido necesidad de estar celosa.

—Ohh —se lamentó mientras atraía el cuerpo de Aurora al suyo— Realmente quiero quedarme un rato más...

—Lo sé —Remus amó el tono de comprensión que usó. Aurora se acercó hasta él y permitió que se juntaran sus labios.

Necesitaban este momento, en que solo estuvieran ellos, sentir el corazón del otro latir en confirmación de realidad, ver como sus ojos brillaban con una gran intensidad y emoción.

Remus se vistió mientras que Aurora se puso una de sus remeras que usaba para pintar, la misma era blanca y tenía manchas de diferentes colores en el frente.

Cuando llegaron a la puerta él se giró y la observó, el cabello lo tenía despeinado mientras que sus labios permanecían rojos por los tantos besos que se habían dado, y sus ojos hacían contraste mirándolo con admiración.

Remus parecía aún más desprolijo desde la visión de Aurora, tenía el cabello canoso despeinado hacia todos lados, su ropa arrugada y la corbata ni siquiera la llevaba atada, tenía el rostro con sus cicatrices detalladas y sus ojos hacían que se derritiera.

Él junto sus labios una última vez hoy, profundizó introduciendo su lengua al juego y la levantó de los muslos, jadeó cuando empujó su erección contra ella.

—Logras que me ponga duro con solo esos ojitos lindos sobre mi —se había acercado a susurrarle.

Lentamente la bajó, aguantando un gruñido en su pecho porque a sus fosas nasales llegaba el aroma de sus jugos. Nunca tenía suficiente, su mano derecha fue directo a la unión de sus muslos, con la mano completa sintió todo su calor, y su bello hacerle suaves cosquillas, mientras la veía rodar los ojos con la boca abierta.

—Quiero que recuerdes que esta cosita me pertenece enteramente a mí, ¿sí?

—Por supuesto que sí, papi.

Remus inspiró con fuerza, intentando controlar su cuerpo.

—Así me gusta —aprobó y besó su cabeza. Esperó a que el color rojo bajara de sus mejillas y abrió la puerta.

Aurora observo su espalda mientras caminaba dos pasos afuera y luego giró.

—Te quiero nena —hablo con dureza— Pórtate bien y envíale un mensaje a papi cuando despiertes —sus palabras la sorprendieron, luego se inclinó y besó sus labios cortamente, para después bajar las escaleras, nunca apartó la vista de ella hasta que descendió tanto que ya no podía verla.

eat me; remus lupin (✔︎)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora