momentos inigualables

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Remus Lupin

Aurora se acerca mientras estoy sentado, olfateo su aroma exquisito y perfecto, tiene la dosis justa del dulce perfume que usa, pero predomina mi aroma que se ha adherido a ella, olerla me hace sentir tranquilo... Quién se le acercaría cuando huele a mi perfume, tan áspero, se expande por la habitación de manera desenfrenada, parece ser obvio que no le pertenece, como si la hubieran hundido en un baño de celos. Me distraigo mientras olfateo conmovido y siento sus labios en mi mejilla, se coloca detrás de mi mientras besa dos veces cada una.

—Pórtate bien, cielo —susurro después de levantarme.

—Siempre lo hago —replica con el ceño fruncido al igual que sus labios.

Me levanto de la silla, haciendo notoria nuestra diferencia de altura, observar su expresión genera un latido constante, tan fuerte que resuena en mis oídos. En ese momento junto nuestros labios, me hace sentir llamas en el cuerpo y caricias en lugares sensibles. Con ambas manos la sostengo de la cintura y amaso su piel a través de la ropa, aun por eso puedo sentir cada gramo de ella, adorando los rollos que se forman en su estómago y parte de su espalda.

—Debes dejarme ir —dice al alejarse de mis labios— Volveré lo antes posible, correré si hace falta. —y vuelve a besar mis labios— Adiós cariño —susurra, no creo que ninguno pueda parar de soltar los labios del otro, pero se aleja y me observa por segundos, sostiene su mirada en la mía— Te amo, te amo por tanto... No creo que sea capaz de enumerar cada una de las causas, pero voy a empezar a enlistarlas —lo dice como si fuera una confesión, sonrío mientras recorro su rostro con mis ojos.

Minutos después la veo caminar en dirección contraria, alejándose y su figura perdiéndose de mi vista, de inmediato un sentimiento ahogante se instala en mi estómago. Intento ponerme hacer otras cosas para distraer mi mente, lavo la ropa, termino de limpiar los platos, cambio las sábanas y tiendo la cama, de a momentos olvido ese sentimiento de vacío, pero al dar una inhalación y percibir que aun el aroma de Aurora no se adhirió a estas paredes me hace recordar la falta que me hace.

Termino cocinando, Teddy dijo algo de puré de papas y salchichas, así que me pongo a pelar las papas, luego la pongo en agua caliente para hervirla, cuando me doy cuenta ya se hizo la hora de buscar a Teddy, por lo que la dejo en la olla con la tapa.

Salgo de casa y camino con rapidez, no voy tarde, pero me apresuro para volver antes de que Aurora regrese y se quede afuera.

Al llegar, agradezco que se esté abriendo el portón, me detengo a centímetros del mismo, esperando con paciencia a que mi hijo me detecte y camine hacia mí, lo veo correr en mi dirección, saltando antes de abrazarme, sus pequeños brazos se entrelazan a mi cintura— Papá, que alegría verte —me sonríe. —¿Y Aurora? —sus cejas azules se fruncen levemente.

—Tuvo que ir a trabajar, pero volverá temprano... Y yo también estoy feliz de verte —sujeto la mano de Ted mientras empezamos a caminar. — ¿Qué tal estuvo hoy?

—Bien... bueno en parte —observé que volvía a fruncir el ceño con más intensidad— Un compañero se portó extraño conmigo, como si yo fuera un problema... o algo así...

—¿Qué fue lo que pasó exactamente? —pregunté con interés.

—Fatnit se sienta unos lugares más adelante del mío, pero hoy se sentó en la misma mesa que yo entonces me confundió, por lo general los asientos no cambian —explicó mientras me miraba, noto con sorpresa que sus ojos cambian a un rosa suave—. Fue extraño, porque no me dirigió la palabra... y a veces hablamos cuando estamos en el patio, somos los únicos jugando en el sube y baja, entonces reímos mucho, es gracioso hasta verlo reír —levanta su mirada con brillo en los ojos— Pero hoy se comportó diferente, como muy observador y callado... no se —negó con la cabeza y esperó a que respondiera.

—Quizás, pudo haberse sentido incómodo, por tener a más gente y que no se encuentren solos —deduje, pensando en algo que es lo más probable, pero no estoy seguro de con que palabras decirlo.

—Y también parecía enojado, le molestaba que Amelia le hablara, y eso que Amelia es muy amable, le gusta dibujar mientras habla.

—¿Y cómo es él? ¿A Fatnit lo has visto hablar con los demás o solo contigo?

—Mmm —se detuvo a pensar— No recuerdo haberlo visto hablar con las chicas de su mesa, pero las veces que estamos juntos yo hago chistes y él solo ríe.

—¿Y a ti qué te parece?

—Me gusta su compañía —contesta con una medio sonrisa en los labios— Aunque no hable demasiado, es bueno hacerlo reír...

—Entonces está bien. Solo habla con Fatnit sobre eso, quizás puedas preguntarle sobre sus gustos o lo que no le gusta, así podrías conocerlo más.

En el momento que estamos a unos minutos de casa, levanta la mirada y sus ojos me miran con admiración, no como si fuera una figura a seguir, si no como si hubiera aclarado sus ideas confusas. — Si, voy a hacer eso. Gracias, papá.

Al llegar seguimos conversando, sobre lo que hizo hoy, los dibujos y los juegos, mientras continúo haciendo la comida, Teddy se emociona al saber lo que vamos a comer, veo que da saltos de alegría y baila, de una manera desigual, pero es tan adorable verlo seguir su ritmo.

Al oír que golpean la puerta con firmeza, mi corazón se acelera, Teddy corre a recibir a Aurora que minutos después entra con una sonrisa en los labios y un comentario sobre el clima que hace afuera. Se me acerca y me abraza mientras me encuentro pisando la papa, su presencia suaviza mi cuerpo por completo, dejo lo que hago para disfrutar de sus brazos sujetándose de mi cintura, Ted no tarda en unirse al abrazo, y una gran emoción me recorre el pecho, el cual inflo tomando aire, sintiéndome afortunado.

eat me; remus lupin (✔︎)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora